Y ahora 5.000 millones adicionales para ajustar.

Nuevo acuerdo por el déficit, ajusten las previsiones de crecimiento…

Luego de que Rajoy haya anunciado hace pocos días un objetivo de déficit fiscal para 2011 de 5,8% del PIB (ver post), incumpliendo así con el acuerdo realizado anteriormente, la Unión Europea pidió un esfuerzo adicional de medio punto porcentual, que fue aceptado por el gobierno. Esto significa más ajuste en un contexto de recesión, lo que se traducirá indefectiblemente en más recesión.

Ante la fuerte desviación del déficit fiscal de 2011, que alcanzó 8,5% del PIB, el presidente del Gobierno anunció una flexibilización del objetivo en el presente año, como consecuencia de la pesada herencia recibida y la aceleración de la caída del producto. Bruselas se mostró reacio al principio, pero finalmente terminó negociando y pidiendo un esfuerzo adicional de 0,5 puntos porcentuales, para reducir el déficit hasta 5,3% del PIB. Esto significa un ajuste adicional de 5.000 millones de euros, para totalizar 32.000 millones de recortes.

Entonces, el nuevo acuerdo de objetivo representa un reducción del déficit fiscal equivalente a 3,2% del PIB. Las previsiones del Banco de España para la variación del nivel de actividad de 2012 son una disminución de 1,7%. La pregunta que cabe es qué parte de la demanda compensará los 1,5 puntos porcentuales que separan la reducción del déficit de la previsión de la evolución del PIB, incluso sin considerar el efecto del multiplicador keynesiano.

Tanto el consumo como la inversión privadas se encuentran decreciendo al 1,1% y 6,2% interanual en el último trimestre del año pasado, respectivamente. Así, el único componente de la demanda capaz de hacer tal compensación son las exportaciones netas. Si bien las ventas al exterior venían creciendo, últimamente mostraban una desaceleración al compás del nivel de actividad mundial y europeo. Así, existe la posibilidad de que realicen un aporte positivo, pero de seguro dejarán la mayor parte del trabajo a las importaciones. De esta forma, es necesaria una caída muy significativa de las compras externas para alcanzar una variación negativa del PIB como la estimada por el Banco de España, componente que por cierto está estrechamente vinculado a la demanda privada.

En definitiva, lo más probable es que el PIB en España se contraiga más de 1,7% en el presente año. Esto significará no solo más desempleo y peores condiciones sociales, sino también más déficit y mayores necesidades de ajuste. A no ser que alguien se anime a proponer algo diferente.