Una salida equitativa de la crisis

Conversando con mi amigo Guido Zack me gustaría introducir un elemento nuevo al debate iniciado en el post anterior, se decía que Europa estaba al borde del abismo: Grecia a punto de salir del euro, los países rescatados con una extraña calma que parece el ojo de un huracán, y España e Italia con primas de riesgo que implican un rescate implícito de sus economías. A esta situación se llegó como consecuencia de una serie de malas decisiones, tanto desde el lado público como privado. El crecimiento acelerado de la unión monetaria, la falta de una mayor coordinación fiscal, errores en las decisiones de inversión (colocando demasiado dinero en actividades de construcción e inmobiliarias), la lentitud de acción del Banco Central Europeo una vez desatada la crisis, el retiro anticipado de las medidas de estímulo, y una infinidad de etcéteras…

El análisis de estos errores serán útiles para evitarlos en el futuro, pero en este momento España se encuentra en una situación de recesión, extrema desconfianza en la posibilidad de crecimiento futuro, lo que desincentiva cualquier tipo de gasto privado, el sector público casi sin poder de reacción por la cada vez más dudosa solvencia del Estado. Pero lo más preocupante de todo es la situación social. Con una tasa de paro de 25%, que más que se duplica para los jóvenes menores de 25 años, cada vez más familias sin ningún tipo de ingresos, incrementos en el pago de servicios públicos básicos, como salud, educación, transporte, lo que se está provocando es la perpetuidad de la crisis y que sus efectos no se limiten a una coyuntura horrible, sino que penetren en la estructura de la economía española. La falta de ingresos en muchas familias, unidas al aumento de tasas en educación (producto del ajuste) lo que logra es una deserción universitaria que va a condicionar el futuro de los recursos humanos. Lo mismo ocurre con la migración de las personas, en términos generales, con mayor formación del país.

Parecer ser hora de plantear soluciones alternativas al recorte. La distribución de los costos de la crisis no puede volver a ser la misma de siempre y recaer en los estratos medios y bajos. Más allá de la justicia o injusticia que ello acarrea, esta vez parece que la situación social no aguanta, por lo que de no modificar esta lógica nos terminaremos perjudicando todos, sin discriminación de ingresos ni cuentas bancarias.

Una posibilidad de solución equitativa, aunque traumática, sería la salida del euro, devaluación y vuelta a la peseta “pesetización” de deudas y créditos. Así, quienes posean una deuda en euros, pasará a ser en pesetas con un valor menor. Lo mismo ocurrirá con quienes tengan depósitos. No obstante, al no haber experiencias de salidas de países de uniones monetarias, y menos aún de países tan grandes como España, las consecuencias son totalmente desconocidas y quizás los costes son demasiados elevados (el problema es para quién).

Otra opción de salida equitativa similar, que no implica la salida del euro, es la renegociación generalizada de deudas. Esto significa un recorte, pero no de gasto, sino de deudas, tanto internas como externas. Por un lado, el Estado debería proponer una reestructuración de la deuda soberana. A lo mejor no sea necesario una quita sobre el principal, sino un período de gracia, digamos de tres años, en los que no se paguen intereses ni capital. Si bien sería una reducción de valor presente de la deuda, esto depende de la tasa de descuento a la que se realice el cálculo. Con la situación actual y la volatilidad de los mercados financieros, esta tasa de descuento bien podría considerarse igual a uno (es decir, que las inversiones alternativas no dan interés), con lo que la quita sería inexistente. De esta forma, todos esos recursos del Estado podrían utilizarse para incrementar la demanda, o al menos para postergar recortes. Por otro lado, también se podría considerar la reestructuración interna de las deudas. Del mismo modo que el Estado, los bancos podrían dar años de gracia para el pago de las deudas, dependiendo de la situación de cada deudor o bien los que están en disposición de pagar que lo hagan a un fondo para generar crédito o sea pagar a riesgo. Así, las familias endeudadas tendrían la posibilidad de incrementar su gasto. Es cierto que estas medidas generarían mucha inestabilidad en algunas instituciones financieras y que ello podría minar la posibilidad de incrementar el crédito. Pero no se puede desconocer que esa inestabilidad ya existe y que el crédito está completamente detenido. En este contexto, puede caer alguna institución, algo que también ya está sucediendo…

En definitiva, este post no intenta ser una propuesta de medida económica, no se pretende decir que ésta es la salida de la crisis ni mucho menos. Simplemente se plantea que se deben buscar nuevas soluciones, alternativas al recorte fiscal tras recorte, básicamente sobre los estratos medios y bajos, que culminará con un estallido social y una salida brusca del euro. Este post pretende incentivar la discusión creativa. España cuenta con un gran capital humano, que hay que aprovechar, antes de que éste se pierda en la maraña de recortes de gastos sobre la salud, educación y otros beneficios que las generaciones pasadas supieron regalarnos. Es hora de devolver este regalo a las generaciones futuras. Sin duda pensar en el crecimiento debe ser la obsesión de todos pero mientras tiene que haber imaginación de lo contrario la recesión será mucho mayor, el paro ni te cuento y el déficit a las nubes, un cóctel perfecto para la especulación financiera en estado puro.