Los laberintos de la economía en el Siglo XXI

Los laberintos de la Economía en el Siglo XXI

If you understand: the productivity, the imperfect information and the trilema (International Macroeconomic) may be you will understand something about the welfare but if you do not understand one of this concepts you must be sure: you will never understand how the people can be more happy.

Mejor no hablemos de política pues en éstos días da la impresión que nada funciona. El Brexit de espejismo va mutando poco a poco en realidad, España puede estar abocada a unas terceras elecciones sucesivas y, la campaña de Donald Trump no muestra signos de agotamiento . Ya veremos que ocurre.

 En este post quería recuperar tres ideas, conceptos y teorías que han cambiado la forma de entender la economía en los últimos 60 años y, que de alguna forma han superado la primera revolución teórica de J. M. Keynes. Además, estas ideas coinciden con las principales preocupaciones de la mayor parte de los agentes económicos (los gobiernos -incluidos los organismos multilaterales, las empresas, los trabajadores y los que conocemos genéricamente como “los mercados”).

 En primer lugar tenemos “la productividad”, concepto que más o menos lo define todo, pues sin “productividad” es imposible avanzar en el bienestar de la sociedad. El crecimiento económico ya no tiene sentido sin un incremento de lo que se denomina “Productividad Total de los Factores” (PTF), en tanto en cuanto los factores trabajo y capital son cada día más productivos, con los mismos insumos podemos obtener una mayor cantidad de bienes y servicios. También hay quién afirma que la distribución de la renta al final depende esencialmente de la PTF.

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 El año que viene se cumplen 60 años desde que en 1957 R. Solow (nobel de economía en 1987) escribiera un artículo denominado: TECHNICAL CHANGE AND THE AGGREGATE PRODUCTION FUNCTION donde básicamente venía a decir que no sabemos muy bien porqué hay crecimiento. O, lo que es igual hay un factor, que no es el trabajo ni el capital, que explica un porcentaje elevado del crecimiento económico. A ese factor lo denominó el “factor residual” (que de residual no tenía nada ya que algunos estudios consideraban que ese factor explicaba en algunos casos el 70% del crecimiento) o, también “la medida de nuestra ignorancia”. Durante todo este tiempo los economistas ligados a la teoría del crecimiento han tenido como objetivo fundamental inspeccionar ese residuo (igual que en la bioquímica).

 En estos años, se han encontrado muchas explicaciones que han mermado nuestra ignorancia. Por ejemplo, entender que no solo basta con contar la mano de obra, sino también su calidad (educación , experiencia, entrenamiento). O, que no basta con acumular capital, sino también analizar cuánta tecnología e innovación se incorpora en ese capital. También se ha estudiado cómo la ubicación geográfica de esos factores y su movilidad logran explicar parte del residuo. Cómo los llamados problemas institucionales (estados democráticos, violencia, corrupción, seguridad jurídica..) también explican parte de esa ignorancia.

 Pero llegados al punto en el que se ha refinado el estudio del “factor residual”, nos sigue faltando qué es lo que explica la productividad. Debemos decir que aún nuestra medida de la ignorancia sigue siendo muy elevada y, que debido a ello se han cometido muchos errores a la hora de generar políticas. Por ejemplo, aplicando políticas educativas de gasto pensando que mejoraban nuestra productividad; o, infraestructuras que ayudaban a generar externalidades para un crecimiento sano. Ciertamente, cada vez con más frecuencia, muchos bancos internacionales de desarrollo , entre ellos el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial, se vuelven a plantear la misma pregunta. Y, muchos coinciden que nuestra medida de la ignorancia sigue siendo importante; y, que no sabemos muy bien qué es lo que hace aumentar la productividad, sobre todo a la hora de utilizar políticas públicas conocidas.

 La segunda cuestión tiene que ver con la “información” durante muchos años y hasta hace muy poco tiempo (aún algunos lo creen) se pensaba que en el mercado se ajustaba casi todo y, que, por lo tanto, se lograban equilibrios más o menos estables. Por desgracia, la realidad nos ha demostrado que los mercados funcionarían de esa forma si la información fuese perfecta. En 1970 (hace unos cincuenta años), un incomprendido economista G. Akerlof (por cierto cuyo director de doctorado fue R. Solow) veía como un paper “The Market for “Lemons: Quality Uncertainty and the Market Mechanism” era rechazado tres veces por prestigiosas revistas, artículo que años más tarde, en 2001, le valió un premio nobel compartido con Spence y Stiglitz y, quizás, bromas aparte, una boda con Janet Yellen (actual Chairman de la FED).

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 La idea no era demasiado sofisticada. Akerlof observó que en el mercado unas personas saben más que otras; y, a partir de esa “información asimétrica” se podían explicar demasiadas cosas que no siempre son tenidas en cuenta cuando reina la estabilidad.

 La información asimétrica, por ejemplo, es causa de que muchas veces se paguen salarios más bajos a trabajadores que son más cualificados, pero como los empleadores no lo saben, prefieren ofrecerles un salario como si todos fuesen mediocres. Una muestra de cómo se intentó resolver esta cuestión fue cuando se propuso contratar trabajadores de acuerdo a su “record” bancario. El resultado fue que quedaban fuera del mercado de trabajo gente preparada, lo cual implicaba que existía una información imperfecta. Y, ocurría una “selección adversa”.

 Un primo cercano de ésta es el “riesgo moral”. Veamos la primera derivada. Si tomas un seguro completo es posible que tengas menos cuidado con la velocidad y el riesgo de accidentes; si el gobierno ayuda a un banco porque su quiebra es un problema sistémico, corre el riesgo que el banco no se cuide como debiera. (esto nos suena…).

 La segunda derivada es “el salario de eficiencia” (Stiglitz) que implica pagar más de lo que te mereces porque con ello me evito controlar que en tus horas de trabajo no te comportes de manera inadecuada. (el trabajador lo hará mejor) y con ello evito la falta de información. Esto se puede reconocer como la teoría del “principal” (empleador) y el “agente” (trabajador) la cual ha cambiado la forma de pensar sobre la economía y, sobre todo, de la política económica. La reflexión es: “pregunte a un joven negro de Washington, con un buen récord bancario, quién encuentra el mejor trabajo”. Muchas de las políticas públicas y las regulaciones que se establecen para el buen funcionamiento de la economía se enfrentan a este problema y corren el riesgo de lograr efectos perversos si no se tiene en cuenta.

La tercera cuestión tiene que ver con el funcionamiento de la macroeconomía a nivel internacional y su famoso “trilema” o, también conocido como “la trinidad inconsistente”, término con el que fue bautizada por Krugman (nobel de Economía en 2008) y Obstfeld en 1997.

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Viene a decirnos que un país debe elegir entre: a) movilidad de capitales libres (que entren y salgan sin restricciones) y, b) gestionar el tipo de cambio (desde el gobierno –normalmente, los bancos centrales) a través del valor de la moneda nacional respecto al valor de las divisas (tipo de cambio fijo) y, c) autonomía en la política monetaria o, lo que es igual, fijar, a través del manejo de su oferta y demanda de dinero, el tipo de interés.

 Lamentablemente aunque muchos gobiernos quieren influir sobre los tres instrumentos -movilidad, tipo de cambio y tipo de interés-, solo es posible elegir dos de ellos. Si elijo un tipo de cambio y también el tipo de interés, no puedo tener movilidad de capitales. Si elijo el tipo de cambio y la movilidad, no puedo influir en el tipo de interés. Si elijo el tipo de interés y la movilidad debo dejar que el tipo de cambio fluctúe.

 Los países desarrollados normalmente han elegido la movilidad y el tipo de interés; y dejan fluctuar su moneda, pero en el caso de la zona Euro al fijar el tipo de cambio y tener movilidad se renuncia a la política monetaria.

 Este trilema viene de un modelo conocido como “Mundel – Fleming” en honor a dos economistas que intentaron en los años 60 decirnos mas o menos lo mismo. Robert Mundell, economista canadiense y premio nobel en 1999, mostró, en 1963, en su artículo “Capital Mobility and Stabilization Policy under Fixed and Flexible Exchange Rates”, la inefectividad de la política monetaria cuando hay tipos de cambios flexibles y movilidad de capitales. Y Fleming llegó a la misma conclusión.

Ambos escribieron sus respectivos artículo trabajando en el FMI, por lo que no era casual, por tanto, su preocupación sobre cómo deben actuar los países para lograr aumentar su competitividad (se entiende que lo que hay detrás es la capacidad para devaluar o bien expandir la demanda). Si bien esto influye totalmente a la hora de fijar la política económica, hay algunos estudios nuevos especialmente de H. Rey en “International Channels of Transmission of Monetary Policy and the Mundellian Trilemma” donde con base al modelo Mundell, Rey viene a decirnos que los movimientos de la FED respecto al tipo de interés influyen más allá de lo que esperamos. Y, que, por tanto, la opción de tener política monetaria independiente no parece ser del todo real. En todo caso, el trilema nos deja, al igual que los otros dos temas, un cuestionamiento muy importante a la hora de definir el bienestar de la sociedad a través de mecanismos en este caso vinculados a la competitividad externa.

 Como conclusión, podemos afirmar que la productividad, la competitividad y el funcionamiento del mercado (información simétrica) son conceptos que están presentes en nuestro día a día; pero, quizás nos somos conscientes que cuando nos dan recetas para lograr mejoras en estos objetivos, el grado de incertidumbre sobre los resultados es muy elevado. O, por decirlo de otro modo, sabemos muy poco sobre cómo ser más productivos, sobre cómo hacer para que los mercados funcionen bien y, sobre qué coste pagar para ser más competitivos.

 Carpe Diem

Daniel Sotelsek

Repasando temas de “competitividad” (parte 2)

Reviewing issues of “competitiveness” (part 2)

¿Tiene España un problema de competitividad? (parte 2)

Does Spain have a competitiveness problem? (part 2)

Last week we left an open question in our “reviewing economic issues.” We theoretically analyzed  if Spain did have a competitiveness problem or not. To do this, we said, that foreign trade indicators could give us an idea.

Here we are going to review two important indicators that will approach us to the answer.  The first one that we will see is the current account, which measures actual operations (trade of goods and services) that take place between residents of a country and the rest of the world. The second indicator is an analysis of the composition of sales and foreign purchases.

La semana pasada habíamos dejado una pregunta sin responder en nuestra sección “repasando temas de economía”. Habíamos analizado en forma teórica si España tenía realmente un problema de competitividad o no. Para ello, decíamos, los indicadores de comercio exterior podían darnos una idea.

El primero que veremos es la cuenta corriente, que mide las operaciones reales (comercio de bienes y servicios) que se dan entre los residentes de un país y los del resto del mundo. Como puede verse en el gráfico siguiente es cierto que España ha tenido un déficit importante de cuenta corriente en los últimos años, que se aminoró desde el comienzo de la crisis. Esto daría a entender que podría haber un problema de competitividad, dado que no es capaz de generar los recursos necesarios para financiar sus compras al extranjero. La contrapartida de la cuenta corriente del balance de pagos es la cuenta de capital, que mide el intercambio de los flujos de dinero. De esta forma, la manera que tuvo España durante los últimos años de financiar sus compras fue a través de  endeudarse.

                                                    Cuenta corriente de España % del PIB

                                                       Fuente: INE

Pasemos ahora a analizar la composición de las ventas y compras al exterior. Como puede verse en los siguientes gráficos, las exportaciones de España se concentran en sectores de elevado valor agregado. En efecto, casi la mitad son manufacturas de consumo, bienes de consumo duradero, sector del automóvil y bienes de equipo, mientras que una cuarta parte son semi-manufacturas, y la restante cuarta parte son bienes de bajo valor agregado como alimentos, productos energético y materias primas. Por el lado de las importaciones, la compras de España al exterior se concentran en productos de bajo valor agregado, como productos energéticos, alimentos y materias primas, mientras que las semi-manufacturas representan algo más de la quinta parte, y los productos de mayor valor agregado es menos del 40%. Si se observan este tipo de indicadores para economías en desarrollo, que en la actualidad no se encuentran en recesión, en términos generales se verá que las exportaciones se concentran en productos de bajo valor agregado, mientras que las importaciones son de mayor valor agregado.

Exportaciones de España por sectores económicos  e Importaciones de España por sectores económicos

Fuente: datacomex: http://datacomex.comercio.es/

Entonces, si bien España presente un fuerte déficit por cuenta corriente, a partir de los datos de exportaciones e importaciones por sectores económicos, no se puede afirmar que tenga problemas de competitividad. La conclusión que puede extraerse de este análisis es que España no tiene dificultades para producir productos con valor agregado a precio internacionales. Es decir, no tiene problemas de competitividad en términos internacionales. Su déficit por cuenta corriente se resolvería en caso de poder devaluar su moneda. Pero su moneda debería devaluarse en relación a sus propios socios europeos, ya que como veíamos en el post anterior el grueso del intercambio se da con ellos. El país más competitivo de Europa es Alemania. Al compartir la moneda (y ceder la posibilidad de devaluar) la mayor parte de sus socios europeos son incapaces de competir con ese país en el mercado internacional. ¡Muchos de los problemas se resolverían si -en lugar de Grecia, Portugal o España- fuera Alemania la que saliera del Euro y apreciara su moneda!

Volviendo a soluciones posibles, en el post anterior veíamos que una solución que se plantea es la deflación de precios y salarios en España y otros países con problemas, pero esto lleva mucho tiempo, al igual que las ganancias de productividad, sin contar con el efecto contractivo sobre la demanda.

En definitiva, no es cierto que el problema principal de España sea de competitividad. Sí es cierto que es menos competitiva que Alemania, pero casi todos los países del mundo son menos competitivos que Alemania. Entonces, descartada la posibilidad de que Alemania salga del euro para apreciar su moneda y equilibrar el comercio europeo, la solución de la deflación de precios y salarios solo genera un costo social muy importante sobre la población, y lleva tanto tiempo que no parece ser la dirección adecuada. Entonces, la otra posibilidad es incrementar el consumo interno. Como no puede obligar a las personas a consumir e invertir más, la opción es que el gasto parta del mismo Estado. Pero ahí nos enfrentamos al déficit público y la dificultad para financiarlo. La alternativa es que los países europeos con holgura fiscal (fundamentalmente Alemania) hagan el esfuerzo e incrementen su gasto público. Caso contrario, lo más probable es que España y otros países se vean obligados a devaluar su moneda en relación a Alemania. Esto no es otra cosa que salir del Euro.

Repasando economía: cómo medimos la pobreza

Reviewing economic issues: how do we measure the poverty?

With this post, the blog has 100 entries, wich for me has been a pleasure. I Take this opportunity to thank all those who participate in it and i would like to wish you all a happy  2013.

Con este post, el blog cuenta con 100 entradas que para mi ha sido un placer y aprovecho para agradecer a todos los que participan en él y de paso quisiera desearos un feliz 2013.

Pobreza absoluta y relativa

En el último tiempo se puede observar recurrentemente artículos periodísticos alarmantes denunciando que la pobreza en España ya alcanza al 20% de su población. Cuando se entra en profundidad puede notarse que se culpa a la crisis de esta situación. Por el contrario, del otro lado del atlántico, vemos una fuerte reducción de la pobreza, que ha bajado de 44% de la población en 1999, a 33% diez años después. ¿Quiere decir esto que de continuar estas tendencias prontamente España tendrá más pobreza que América Latina? Es posible aunque poco probable. Pero antes se debe tener en cuenta las diferencias metodológicas de la medición de la pobreza entre las diferentes regiones, ya que suelen ser indicadores muy distintos y no comparables.

En España, así como en la mayor parte del mundo desarrollado, la pobreza es un concepto relativo, dado que se mide como el porcentaje de la población que percibe unos ingresos menores a un determinado porcentaje, que suele encontrarse entre 40% y 60%, de la mediana del ingreso. Así, por ejemplo, si la mediana del ingreso de un país es 10.000, entonces serán pobres todos aquellos que cobren menos de 4.000 (si situamos el porcentaje en 60%) o 6.000 (si lo situamos en 40%).

Cabe aclarar el motivo por el que se toma la mediana y no la media. Como los ingresos más elevados de la población suelen ser extremadamente altos, al promediarlos tienen mucha importancia en la media, llevándola a valores elevados y eventualmente amplificando la cantidad de pobres. En cambio, al tomar la mediana, todos los ingresos –sin importar su monto- ponderan igual. Es por eso que, dada la distribución típica del ingreso de las economías capitalistas, la media tiende a ser mayor que la mediana.

Entonces, la pobreza relativa es más bien un indicador de distribución del ingreso, que de escasez de recursos. Bajo esta definición, un país que tiene más pobreza bien puede tener mejores condiciones sociales. ¿Cómo es esto? Muy fácil: si su ingreso es mayor. Por ejemplo, supongamos dos países A y B, con ingresos medianos de 20.000 y 10.000, respectivamente. Suponiendo que se consideran pobres a todos aquellos que perciban menos del 60% del ingreso mediano, entonces en el país A serán pobres los que cobren menos de 8.000, mientras que en el país B menos de 4.000. Así, un ciudadano del país A que cobre 6.000 será considerado pobre, pero puede tener una mejor situación que un “no pobre” del país B que cobre, por ejemplo, 5.000. En definitiva, la pobreza relativa es un indicador de distribución de exclusión social, es decir de la capacidad de tener un nivel de vida similar al de la gente que nos rodea.

Pobreza relativa en España

Sin título

Fuente: Elaboración propia con base en datos de OECD

Muy diferente es la definición de pobreza que suelen utilizar los países en desarrollo. En estas economías, donde una porción importante de la población no alcanza siquiera a adquirir una canasta básica, se hace indispensable medir qué porcentaje se encuentra en dicha situación. Para ello, se mide en primer lugar la canasta básica alimentaria, representada por el valor monetario necesario para adquirir los nutrientes mínimos indispensables para que una persona pueda crecer y desarrollarse satisfactoriamente. Luego, se mide también la canasta básica total, es decir el valor monetario necesario para adquirir no solo los alimentos, sino también otros bienes considerados básicos como vestimenta, vivienda, etc.

Entonces, una vez que se posee estos dos umbrales, se considera pobre a todo aquel cuyo ingreso sea menor a la canasta básica total, y pobre extremo o indigente a quien su ingreso no sea suficiente para adquirir la canasta básica alimentaria. De esta forma, un pobre o indigente de un país, sin importar el ingreso medio o mediano de la economía, seguirá siendo pobre o indigente en otro país. De aquí que a esta medición de pobreza se la denomine absoluta.

Para concluir, cuando se lee en los medios de difusión que la pobreza en España alcanzó al 20% de la población no significa que una quinta parte de los habitantes no alcanza a adquirir con sus ingresos la canasta básica, sino que perciben un ingreso menor al 60% de la mediana. De esta forma, en términos generales, los pobres relativos de España no son pobres absolutos. Por el contrario, de seguro todo pobre absoluto sería también pobre relativo en España.

Este post no busca minimizar el problema de la pobreza relativa en España. Es, en efecto, un tema a tener en cuenta, ya que el indicador es muy útil para observar el impacto de la crisis en los estratos más bajos de la población. Por su parte, este post sí busca maximizar el problema de la pobreza en América Latina y otras regiones en desarrollo, pues la pobreza absoluta es sin lugar a dudas más acuciante que la relativa.

Pobreza absoluta en América Latina

Sin título1

Fuente: Elaboración propia con base en datos de CEPAL

En definitiva, hablar de pobreza y de distribución de la renta no son dos cara de la misma moneda, creo que es mejor decir que son dos monedas de un mismo patrón monetario. Queda para la próxima introducir un elemento que a poco a poco hemos ido olvidando y es la actitud que tenemos ante la pobreza: suponer como hemos hecho hasta ahora en el post, que somos neutrales es suponer demasiado, pero conocer el coeficiente de nuestro compromiso es identificar un juicio de valor que no siempre nos resulta un dato alentador en la sociedad moderna.

Quizá vale la pena repasar el video Hans Rosling sobre “los estados a través de los último 200 años” . De una manera implícita nos viene a decir cosas muy parecidas a la forma que tenemos de medir la pobreza y con cierto grado de optimismo que no nos viene nada mal en los tiempos que corren.

[youtube=http://youtu.be/V8lbiiTF2P0]

Repasando Economía a través de la composición del PIB

Reviewing Economy through GDP composition.

A brief analysis of the Spanish crisis through the composition of GDP

Breve análisis de la crisis española a través de la composición del PIB

 La crisis sigue su curso. Ya nadie duda de que España está atravesando una de las recesiones más severas de su historia, pero lo más preocupante es que aún no hay atisbos de recuperación. De los últimos 17 trimestres, 11 presentaron variaciones negativas, lo que provocó un decrecimiento acumulado de más de 5,5% del PIB desde el anterior máximo histórico del segundo trimestre de 2008. Pero, como decíamos, esto no es novedad para nadie. Lo que pretendemos mostrar con este post es la composición del PIB desde 2008 a la fecha, de forma de identificar dónde sucedieron las contracciones más severas.

En el gráfico 1, podemos observar la evolución del PIB y sus principales componentes desde el año 2000 a la fecha. Allí se identifica la caída del producto de 2008, la tibia recuperación de los dos años posteriores y la nueva caída en 2012.

Dentro de los componentes se puede apreciar que el consumo se mantuvo relativamente estable, con una leve caída en 2009 y 2012, pero siempre por encima de los 800 mil millones de euros. Donde se ve la principal contracción es en la inversión, que pasa de los 326 mil millones de euros en 2007 a los actuales 210 mil millones, es decir una reducción de más del 35%. Finalmente, el comercio exterior fue un aliciente en esta crisis, tanto por el lado de las exportaciones como de las importaciones. Las ventas al exterior, luego de una lógica caída en 2009, al año siguiente casi habían retornado a los valores previos a la crisis, para superarlo en 2011 y continuar ascendiendo en 2012. Haber sido capaces de incrementar las exportaciones en un momento de tanta fragilidad mundial como el que se vive, pone en tela de juicio el argumento de la falta de competitividad de España. Por su parte, estrechamente relacionado con la reducción del nivel de actividad, las importaciones se redujeron, realizando un aporte positivo al crecimiento tanto en 2009 como en 2012.

En resumen, con un consumo interno relativamente constante y un sector externo con aportes positivos al PIB, entonces la formación bruta de capital es la principal responsable de la caída en el nivel de actividad. Esto no es una buena noticia, dado que esta variable suele tomarse como un indicador adelantado de la evolución del producto, ya que las expectativas tienen un papel fundamental en las decisiones de inversión.

Así como el consumo no es una variable de la que podamos hablar demasiado, la inversión es clave para formar la expectativa de cuándo saldremos de esta crisis.

Veamos la composición de la formación bruta de capital fijo. Como muestra el gráfico 2, a excepción de los activos fijos inmateriales, todos los rubros de la inversión presentan una evolución decreciente. Como era de esperar, la construcción en vivienda es la más afectada, seguida de otros tipos de construcciones (obra pública, por ejemplo), con una caída acumulada desde 2007 del orden del 55% y 35% respectivamente. Pero la maquinaria y equipo (es decir, la inversión productiva) también cae ya un 20% respecto al máximo previo. Finalmente, cabe destacar que el total de la construcción llegó a representar más del 70% de la formación bruta total, por lo que los elevados valores de inversión que presentó España en la década pasada no eran producto de inversiones productivas, sino más bien especulativas relacionadas con el mercado inmobiliario.

En definitiva, tan solo observando la composición del PIB, era evidente que el crecimiento de España no era sostenible. La elevada participación de la inversión en construcción era el componente más dinámico de la demanda, mientras que la inversión productiva tenía un comportamiento más moderado. Si bien es cierto que de haber desincentivado el crecimiento del sector de la construcción, a través de políticas públicas fiscales y monetarias, durante el auge previo se hubiera crecido a un menor ritmo, no es menos verdadero que hoy en día estaríamos cayendo a una menor velocidad, o quizá incluso creciendo levemente. En otras palabras, el crecimiento de España hubiera sido más estable, con todos los beneficios que ello trae aparejado.

Gráfico 1: PIB de España y componentes

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Fuente: Elaboración propia con base en datos de INE

 

Gráfico 2: Inversión de España y componentes

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Fuente: Elaboración propia con base en datos de INE

Repasando temas de “Inclusión financiera y microfinanzas”

Reviewing issues “Financial inclusion and microfinance”

La inclusión financiera como herramienta de desarrollo ¿o de subdesarrollo?

Esta semana invitamos al blog a Guido Zack para que nos comente su experiencia sobre un tema que sin duda se va extendiendo cada vez más en España y que en países de menor desarrollo ya se tienen sobradas experiencias. En este post Guido, nos comenta su experiencia sobre el seminario y siguiendo la línea de temas se aborda la “inclusión financiera y las microfinanzas”.

Financial inclusion as a tool of development or underdevelopment?

This week we invited Zack Guido in our blog to tell us his experience about a subject that no doubt is spreading more and more in Spain, and where the less developed countries already have more than enough experiences.In this post Guido tells us his experience on the seminar and tackles the issue of “financial inclusion and microfinance.”

Para consultar sobre este foro pueden ir a : http://www.forolappif.com/web/index.html

Para ampliar esto temas , adjunto unas notas preliminares sobre microfinanzas Conferencia_microcreditos

La semana pasada, el Banco Central del Ecuador, con la colaboración del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), organizó un foro internacional de “Avances, perspectivas y lecciones aprendidas de la inclusión financiera”. El objetivo era compartir las principales experiencias de América Latina en relación a las políticas públicas tendientes a ampliar el acceso y uso de los servicios financieros. Para ello, se invitaron a ponentes de diversas nacionalidades, entre las que se encuentran Ecuador, Venezuela, Perú, Colombia, Paraguay, México, Honduras, Guatemala, Costa Rica.

La inclusión financiera consiste en el acceso y uso de servicios y productos financieros por parte de la población en el mercado formal. Los servicios esenciales son las transacciones bancarias, el ahorro, el crédito y los seguros. Las ventajas de la inclusión financiera no se limitan a evitar el uso del efectivo, con los costos que eso acarrea tanto en términos de comodidad como de riesgo potencial de robo o pérdidas. También tiene las ventajas de fomentar el ahorro, suavizar en forma temporal el consumo, permitir compras o inversiones importantes a través del crédito. Asimismo, se supone que la inclusión financiera ayuda a evitar el sobre-endeudamiento, pues es de esperar que las instituciones que operan en el mercado formal no tengan un trato abusivo al cliente, a diferencia de lo que podría ocurrir en el mercado negro.

Se debe tener en cuenta la importancia de la inclusión financiera para países con estructuras sociales desiguales, en donde hay un importante porcentaje de la población por debajo de la línea de la pobreza absoluta, cantidad que se amplía al considerar la población vulnerable. A diferencia de lo comúnmente pensado, estos estratos de la población no consumen todo el ingreso que perciben, sino que se ven obligados a ahorrar, dado la gran volatilidad de sus ingresos. Si consumieran todo lo que les ingresara cada mes, los meses de ingresos bajos no serían capaces de cubrir sus necesidades primarias. Entonces, el ahorro se hace más indispensable aún que para estratos más elevados. La inclusión financiera es una herramienta que, bien utilizada, colabora en esta tarea de ahorro y suavización del consumo, a la vez que permite generar la capacidad de obtener fuentes de financiamiento, tanto para pequeños emprendimientos productivos como para casos excepcionales de mayor consumo. Desde ya que estamos hablando de micro-créditos, que suelen tener montos muy pequeños, menores a los 250 euros.

Mi papel en el foro fue comentar el caso español de inclusión y educación financiera. No fue una tarea sencilla, ya que España es un país muy diferente a cualquiera de los latinoamericanos. En particular, posee un ingreso promedio mucho más elevado, aún con la recesión de los últimos años. Asimismo, la distribución del ingreso es más equitativa. De esta forma, la pobreza absoluta es insignificante en España, mientras que abarca a más del 30% de la población de América Latina. En parte por ello es que en nuestro país las micro-finanzas se encuentran mucho menos desarrolladas, no habiendo sido necesarias para alcanzar un grado de inclusión financiera de los más elevados del mundo.

Pero, un momento. Si la inclusión financiera supone que fomenta el ahorro y la suavización del consumo, ¿cómo puede ser que España sea un país con una inclusión financiera tan importante y que esté tan endeudado, provocando una elevada volatilidad? La respuesta es simple: la inclusión por sí sola no garantiza nada; es necesario combinarla con educación financiera y con una buena regulación y supervisión de los bancos. Sin educación y regulación, la inclusión financiera es un arma de doble filo, que puede generar los resultados inversos a los deseados.

La regulación y supervisión financiera se utiliza, entre otras cosas, para que las entidades no realicen prácticas abusivas con los clientes, quienes tienen menos conocimiento financiero y por tanto pueden ser condicionados en sus decisiones. A su vez, la educación financiera tiene como objetivo aumentar el conocimiento de los clientes para que no tomen decisiones encontradas con sus deseos de riesgos incurridos. Si falla cualquiera de las dos, entonces la inclusión financiera puede colaborar a una situación de sobre-endeudamiento.

Cualquier parecido con la realidad española NO es pura coincidencia. En España, el amplio acceso de la población a los servicios financieros se utilizó por los bancos para otorgar créditos por encima de la capacidad de pago de los clientes. Esto se realizó bajo la lógica de una rentabilidad de corto plazo, ya que una vez los precios de los activos financieros e inmobiliarios dejaran de incrementarse, los préstamos se harían impagables. La morosidad actual del 10% en el sector financiera español es prueba de ello. Pero, ¿quién le quita lo bailado a los trabajadores de los bancos, cuyas remuneraciones guardaban relación con la rentabilidad de corto plazo?

Una de las conclusiones del foro fue que la inclusión financiera es una importante herramienta de desarrollo para países con situaciones sociales deficientes. En efecto, se presentaron numerosos casos de éxito, en donde un pequeño crédito fue fundamental para sacar de la pobreza a poblaciones enteras. No obstante, es necesario que la inclusión financiera venga acompañada de educación y regulación. Caso contrario, puede suceder todo lo contrario a los beneficios de la inclusión. Como, por ejemplo, en España.

http://www.forolappif.com/web/index.html

Conferencia_microcreditos

Repasando temas de “competitividad” (parte 2)

Reviewing issues of “competitiveness” (part 2)

¿Tiene España un problema de competitividad? (parte 2)

Does Spain have a competitiveness problem? (part 2)

Last week we left an open question in our “reviewing economic issues.” We theoretically analyzed  if Spain did have a competitiveness problem or not. To do this, we said, that foreign trade indicators could give us an idea.

Here we are going to review two important indicators that will approach us to the answer.  The first one that we will see is the current account, which measures actual operations (trade of goods and services) that take place between residents of a country and the rest of the world. The second indicator is an analysis of the composition of sales and foreign purchases.

La semana pasada habíamos dejado una pregunta sin responder en nuestra sección “repasando temas de economía”. Habíamos analizado en forma teórica si España tenía realmente un problema de competitividad o no. Para ello, decíamos, los indicadores de comercio exterior podían darnos una idea.

El primero que veremos es la cuenta corriente, que mide las operaciones reales (comercio de bienes y servicios) que se dan entre los residentes de un país y los del resto del mundo. Como puede verse en el gráfico siguiente es cierto que España ha tenido un déficit importante de cuenta corriente en los últimos años, que se aminoró desde el comienzo de la crisis. Esto daría a entender que podría haber un problema de competitividad, dado que no es capaz de generar los recursos necesarios para financiar sus compras al extranjero. La contrapartida de la cuenta corriente del balance de pagos es la cuenta de capital, que mide el intercambio de los flujos de dinero. De esta forma, la manera que tuvo España durante los últimos años de financiar sus compras fue a través de  endeudarse.

                                                    Cuenta corriente de España % del PIB

                                                       Fuente: INE

Pasemos ahora a analizar la composición de las ventas y compras al exterior. Como puede verse en los siguientes gráficos, las exportaciones de España se concentran en sectores de elevado valor agregado. En efecto, casi la mitad son manufacturas de consumo, bienes de consumo duradero, sector del automóvil y bienes de equipo, mientras que una cuarta parte son semi-manufacturas, y la restante cuarta parte son bienes de bajo valor agregado como alimentos, productos energético y materias primas. Por el lado de las importaciones, la compras de España al exterior se concentran en productos de bajo valor agregado, como productos energéticos, alimentos y materias primas, mientras que las semi-manufacturas representan algo más de la quinta parte, y los productos de mayor valor agregado es menos del 40%. Si se observan este tipo de indicadores para economías en desarrollo, que en la actualidad no se encuentran en recesión, en términos generales se verá que las exportaciones se concentran en productos de bajo valor agregado, mientras que las importaciones son de mayor valor agregado.

Exportaciones de España por sectores económicos  e Importaciones de España por sectores económicos

Fuente: datacomex: http://datacomex.comercio.es/

Entonces, si bien España presente un fuerte déficit por cuenta corriente, a partir de los datos de exportaciones e importaciones por sectores económicos, no se puede afirmar que tenga problemas de competitividad. La conclusión que puede extraerse de este análisis es que España no tiene dificultades para producir productos con valor agregado a precio internacionales. Es decir, no tiene problemas de competitividad en términos internacionales. Su déficit por cuenta corriente se resolvería en caso de poder devaluar su moneda. Pero su moneda debería devaluarse en relación a sus propios socios europeos, ya que como veíamos en el post anterior el grueso del intercambio se da con ellos. El país más competitivo de Europa es Alemania. Al compartir la moneda (y ceder la posibilidad de devaluar) la mayor parte de sus socios europeos son incapaces de competir con ese país en el mercado internacional. ¡Muchos de los problemas se resolverían si -en lugar de Grecia, Portugal o España- fuera Alemania la que saliera del Euro y apreciara su moneda!

Volviendo a soluciones posibles, en el post anterior veíamos que una solución que se plantea es la deflación de precios y salarios en España y otros países con problemas, pero esto lleva mucho tiempo, al igual que las ganancias de productividad, sin contar con el efecto contractivo sobre la demanda.

En definitiva, no es cierto que el problema principal de España sea de competitividad. Sí es cierto que es menos competitiva que Alemania, pero casi todos los países del mundo son menos competitivos que Alemania. Entonces, descartada la posibilidad de que Alemania salga del euro para apreciar su moneda y equilibrar el comercio europeo, la solución de la deflación de precios y salarios solo genera un costo social muy importante sobre la población, y lleva tanto tiempo que no parece ser la dirección adecuada. Entonces, la otra posibilidad es incrementar el consumo interno. Como no puede obligar a las personas a consumir e invertir más, la opción es que el gasto parta del mismo Estado. Pero ahí nos enfrentamos al déficit público y la dificultad para financiarlo. La alternativa es que los países europeos con holgura fiscal (fundamentalmente Alemania) hagan el esfuerzo e incrementen su gasto público. Caso contrario, lo más probable es que España y otros países se vean obligados a devaluar su moneda en relación a Alemania. Esto no es otra cosa que salir del Euro.

Repasando temas de “competitividad” (parte 1)

Reviewing issues of “competitiveness” (part 1)

¿Tiene España un problema de competitividad?

Does Spain have a competitiveness problem?

Today we are going to continue reviewing economic issues.  Every day we see in newspapers and on the news, analysis on issues of economy, but often this information are not precise (sometimes even the journalists who write are  no accurate in what they say). Since the beginning of the crisis, it has been said that the real problem is not the debt in Spain, but rather the low competitiveness. But what is really the competitiveness? How can you measure the competitiveness or at least have an idea of ​​their level relative to other countries?

Seguimos “repasando temas de economía”, que todos los días vemos analizados en los periódicos y en las noticias, pero que muchas veces no conocemos con precisión (a veces ni siquiera los periodistas que escriben). Desde el comienzo de la crisis se está hablando que el problema real de España no es la deuda, sino la baja competitividad. Pero, ¿qué es realmente la competitividad? ¿Cómo puede medírsela o al menos tener una idea de su nivel relativo a otros países?

La competitividad de un país es la capacidad que posee para producir bienes y servicios a precios internacionales. Un país que sea capaz de producir a los precios de mercado, entonces podrá vender obteniendo ganancias, lo que a su vez genera empleo, consumo y crecimiento. En cambio, un país cuyos costos de producción sean mayores a los precios internacionales, solo puede producir con pérdida, por lo que no lo hará, cediendo la posibilidad de obtener un mayor mercado y una tasa de crecimiento y bienestar más elevada.

Cabe aclarar que es muy difícil resumir la competitividad de un país en un solo número, ya que como mínimo tiene un nivel de competitividad por sector económico, e incluso por producto. Por ejemplo, los países desarrollados históricamente se caracterizaron por ser competitivos en productos de elevado valor agregado, como manufacturas y servicios, mientras que los países en desarrollo han sido más competitivos en productos de bajo valor agregado, como materias primas. No obstante, esta caracterización en los últimos años se ha visto modificada por la elevada competitividad ganada por muchos países en desarrollo en la producción de manufacturas, con China como principal exponente, aunque los eslabones de mayor valor agregado de la cadena siguen realizándose en términos generales en los países desarrollados.

Pero, ¿cómo se determina la competitividad de un país? En resumidas cuentas se puede definir  por dos conceptos. En primer lugar, por lo costos internos de producción valorados en moneda local. Cuanto menores sean los costos de producción, más competitivo será un país. El otro componente es el tipo de cambio, lo que traduce los costos internos en moneda local a precio internacional. Un país con una moneda sobrevaluada tendrá mayores dificultades de ser competitivo que otro con una moneda devaluada.

Entonces, afirmar que España tiene un problema de competitividad es decir que: o bien tiene costos en moneda local muy elevados, o bien tiene una moneda sobrevaluada. Como el grueso del comercio exterior de España se realiza con países de la unión monetaria, la competitividad se resume a los costos internos, ya que se comparte la misma moneda. De esta forma, se alcanza la conclusión de que España tiene que bajar costos internos. Pero, ¿cómo se hace esto?

La primera y más agradable opción es mejorando la productividad. Con los avances técnicos y tecnológicos, el proceso de producción se hace más barato. El problema es que este tipo de mejoras suelen desarrollarse muy lentamente, por lo que las políticas públicas tendentes a generar ganancias de productividad son a largo plazo (pero no por ello poco importantes). La otra posibilidad es reducir precios y salarios. A igualdad de productividad, un país será más competitivo si sus salarios e insumos son más baratos.

Hay quienes afirman que la reducción de salarios es relativamente veloz, al menos lo suficiente como para proponer que la solución de la baja competitividad de España pasa por reducir precios y salarios. Dos objeciones al respecto. La primera es que desde hace más de 80 años, con la aparición de los sindicatos y los avances en los derechos de los trabajadores, reducir salarios no es tan fácil. De esta forma, quienes plantean esta solución pueden estar obviando un aspecto fundamental de la economía actual (¡los economistas nos especializamos en demorar nuestra comprensión de la realidad, por lo que muchas veces analizamos la economía presente como si fuera la de hace más de un siglo!). Pero más allá de la velocidad del ajuste de salarios, también queda el tema de que una reducción en la capacidad de consumo de las clases trabajadoras, generará un efecto contractivo sobre la demanda que puede hacer perder escala a la industria y así perder  productividad y competitividad. La idea que subyace a esta afirmación es que el comercio exterior será capaz de reemplazar al consumo local como motor de la demanda interna. Pero no olvidemos que las exportaciones de España representan menos del 30% del PIB total (incluido las importaciones), porcentaje bastante elevado en términos internacionales, pero que tiene que hacer un esfuerzo casi imposible para compensar las variación en el consumo interno, que representa el 80% del PIB (ver gráfico).

Ahora bien, todo esto es suponiendo que España tiene un problema de competitividad. Pero, ¿y si no lo tiene realmente? ¿Y si la crisis no es por un problema de competitividad, sino por un escasez de demanda? En ese caso, la receta de ajustar los salarios y los precios solo agravaría el problema. Para dar una primera respuesta a estas preguntas, se puede observar el balance comercial y por cuenta corriente de nuestro país, así como la composición por sectores económicos de las exportaciones e importaciones. Pero, dado que ya nos hemos extendido demasiado, esto lo dejaremos para la semana próxima.


 La productividad nos puede jugar una mala pasada….

[youtube=http://youtu.be/buzTgihniig]

Repasando temas de “Deuda Pública y Privada”….

Reviewing issues of “public and private debt” ….

Today we are going to continue this section talking about the debt in Spain. I think this issue previously required an explanation on some basic concepts, for later understand some questions that we ask ourselves day by day.

Hoy continuamos esta sección con un tema como el de la Deuda en España. Me parece que este tema requiere una explicación sobre algunos conceptos para entender algunas preguntas que nos hacemos todos los días….

¿Cuán endeudados estamos realmente?

Continuando con el nuevo bloque “repasando temas de economía”, en esta oportunidad vamos a tratar un tema en muy boga últimamente: la deuda soberana. ¿Cuándo un país se encuentra muy endeudado?

Todos los días aparecen noticias en los diarios y en la televisión acerca del enorme esfuerzo que debe hacer España para enfrentar los pagos de su deuda externa y las dudas acerca de su capacidad de pago. Una primera mirada a un simple gráfico hará que todas estas cuestiones, que ya tan arraigadas las tenemos, resulten al menos llamativas. Como se puede ver en el gráfico siguiente, España es de los países desarrollados menos endeudados. Entonces, ¿por qué se duda de nuestra capacidad de pago y no de la de Japón, país que lidera la lista, o de Estados Unidos o Alemania, quienes tienen en endeudamiento en términos del PIB mayor a España?

Deuda bruta del gobierno general

% PIB

Fuente: International Monetary Fund, World Economic Outlook Database, October 2012

En primer lugar, una aclaración. El indicador que observamos no es el endeudamiento en términos monetarios, sino en términos del producto bruto interno anual (PIB), es decir de todo lo que produce una economía en el lapso de un año. Esto es así porque justamente una parte de esa producción será, indirectamente, la destinada al pago de la deuda. El camino es el siguiente: el Estado recauda impuestos sobre una gran diversidad de bases imponibles (el consumo, las ganancias, etc.). Estas bases imponibles están estrechamente relacionadas con la producción. Entonces, una deuda en términos absolutos no nos dice nada acerca de la capacidad de pago. Por ejemplo, la deuda nominal de Estados Unidos sería por magnitud impagable para cualquier otro país. Del mismo modo, la deuda de Grecia, para muchos impagable por dicho país, sería insignificante para otros países, entre ellos España. Entonces, se toma la deuda en relación del PIB, para dar cuenta de la capacidad de pago de la economía.

Hecha esta aclaración, queda por contestar la pregunta principal de este post. Si España está entre los países menos endeudados en términos del PIB dentro de los países desarrollados, entonces ¿por qué se duda tanto de nuestra capacidad de pago?

En primer, una obstáculo es que al no tener Banco Central propio, España no posee la capacidad de emisión de la moneda en la que está denominada su deuda. En otras palabras, si un país está endeudado en una moneda cuya emisión tiene potestad, entonces ante cualquier dificultad para recaudar lo necesario para hacer frente a los pagos de la deuda, siempre queda la opción de emitir dinero. Si bien muchos economistas advierten acerca del riesgo inflacionario, entre otros, de esta práctica, muchos otros la desestiman o la toman como un mal menor, mientras que en la realidad es lo que hacen muchos países, entre ellos Estados Unidos. Pero España no tiene la potestad autónoma de emitir Euros, por lo que para pagar su deuda solo le queda la opción de recaudar impuestos. Perder la capacidad de emisión es perder la capacidad de hacer política monetaria

Luego, también se deben tener en consideración los plazos de vencimiento de esa deuda. Un país puede tener un porcentaje de deuda sobre PIB muy bajo, por ejemplo 25% como Australia, pero que toda esa deuda deba ser pagada en un mismo año. Si no se hacen los ahorros necesarios en los años previos, pagar en un solo año el equivalente a la cuarta parte de la producción anual de una economía es prácticamente imposible. Por lo tanto, ese país de seguro caería en default. Por el contrario, una país con un cociente de endeudamiento elevado, por ejemplo más del 100% del PIB como Estados Unidos, puede tener plazos de vencimientos muy a largo plazo, por lo que puede tener tiempo para generar el ahorro para el pago, o incluso para que la economía crezca y ese porcentaje se reduzca por el simple hecho del aumento del PIB. Como vemos en el siguiente gráfico, el 9% de la deuda española tiene un vencimiento menor a un año, es decir que España debe pagar o renegociar más del 6% del PIB en deuda en los próximos 12 meses.

Deuda española por vencimiento

% del total

Fuente: Eurostat

Esto abre otro campo de discusión. Si hay confianza en la capacidad de pago del país, muchas veces no importa tanto qué porcentaje de la deuda vence en el corto plazo, porque se da por sentado que la mayor parte de ese monto se renegociará. Pero si no hay tanta confianza en la solvencia del país, entonces muchos inversores no aceptarán renegociar la deuda y solicitarán el cobro en efectivo. En ese caso, sí importa que el país cuente con los recursos líquidos necesarios. Esta confianza, en parte, es la que lleva a que para países como Alemania, Reino Unido o Estados Unidos, con porcentajes de deuda mayores a los de España, no se ponga en duda en con tanta insistencia su capacidad de pago.

Por último, pero no por ello menos importante, se debe tener en cuenta el interés que paga la deuda contraída. Por mayores que sean los plazos del capital de las deuda, los intereses se suelen pagar todos los años. Un país que tenga una deuda con vencimiento a largo plazo, pero cuyos intereses sean muy elevados, puede presentar problemas de solvencia por la dificultad de hacer frente, ya no al principal de la deuda, sino a los intereses. España, los últimos años, ha venido sufriendo subas cada vez más importante en los intereses que debe ofrecer para colocar deuda. Básicamente, esto es la famosa “prima de riesgo”. Que la prima esté en 450 puntos básicos, significa que España está pagando por su deuda 4,5 puntos porcentuales más que Alemania.

En definitiva, las dudas acerca de la solvencia de España no radican tanto en su nivel de deuda en relación el PIB, sino más bien en su vencimiento, y más aún debido al elevado interés que se paga. Se debe tener en cuenta que la hiperinflación alemana de posguerra se produjo principalmente por los elevados costos que los aliados le impusieron, los cuales representaban el 8% del PIB anual. España, con una deuda del 70% del PIB (y creciendo), 9% de la cual se debe hacer frente en los próximos 12 meses (es decir, más del 6% del PIB) y un interés que alcanza casi al 6% anual (es decir, otro 4% del PIB, totalizando un 10%), se enfrenta a un calendario de pagos muy exigente. Para ello, deberá renegociar buena parte de la deuda, pero para ello se le exige cada vez más intereses, lo que a su vez agrava el problema.

Un elemento adicional es el incremento de la deuda que se genera porque no somos capaces de tener más ingresos que gastos en el Estado:  eso que se llama déficit del sector público es la cifra que debemos sumar a nuestra deuda: por ejemplo si este año el déficit del estado es del 6%, hay que agregar para el año 2013 ese incremento del endeudamiento que a su vez genera intereses. Si sumamos esto a la cifra anterior del 10%, España tiene un esfuerzo teórico de 16% (si el déficit no se coloca a largo plazo) tema que sin duda pone en tela de juicio nuestra solvencia

Parte de la solución está en manos del Banco Central Europeo, y sus posibles compras de deuda soberana. Pero ya avisaron que para eso España tiene que pedir el rescate completo, lo que posiblemente terminará haciendo pues necesita como agua de mayo que al menos bajen los intereses.

Otro tema que es necesario explicar sobre la deuda es que debemos dividir la administración central (de la que estábamos hablando) y las comunidades autónomas. Son éstas últimas las que han aumentado de manera considerable su endeudamiento en 2011: un 17% más y ya representa un 13,1% del PIB de España. Desde 2008 la deuda de las comunidades se ha incrementado un 130%. La suma de ambas es la “Deuda Pública”

Por último hay que aclarar que la deuda pública (de la administración y de las comunidades) no es lo mismo que la deuda privada. En la gráfica se puede ver desde el año 1994 y hasta 2011 como ha evolucionado la deuda pública y privada. Esta última representa el 200% del PIB en 2008 y ha crecido al 10% anual desde el año 2001, lo cual significa que el sector privado que ha empujado el crecimiento lo ha hecho a través del crédito. Desde 2009 el sector privado ha ido disminuyendo suavemente su deuda o sea ahorrando más. Ese es el motivo por el cual muchos afirman que no es posible que en una economía ahorren todos: sector público y sector privado sino el despegue no es posible, a menos que vengan nuevos inversores de fuera.

Lo importante es destacar que el endeudamiento global de España ha llegado a ser en 2011 cercano al 270% cifra que sin duda genera una llamada de alerta.

PD: para analizar y comparar la deuda privada de los países puede consultarse:

http://data.worldbank.org/indicator/FS.AST.PRVT.GD.ZS/countries/1W?display=default

Repasando temas de “EMPLEO y DESEMPLEO”….

Reviewing issues of “Employment and Unemployment” ….

Today we will start with a new seccion on the blog called “Reviewing Economic Issues”. Here we are going to treat some ideas and topics that are not always clear for everyone: for example do we have 4.8 or 5.8 million unemployed?

Join us in the analysis of this article!

Hoy comenzamos con un nuevo bloque de “repasando temas de economía” para tratar algunas idea y temas que no siempre son claros para todo el mundo: por ejemplo ¿tenemos 4,8 o 5,8 millones de parados?

¿Qué significa realmente la tasa de paro?

El tema del paro en España es fuente de conversaciones en muchos sitios y no siempre resulta fácil interpretar las cifras que se publican, por ello este post trata de aclarar un par de conceptos que seguro nos ayudarán a interpretar mejor esta realidad.

Recientemente se han conocido los datos de paro de España, tanto el estimado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) como por el Servicio Público de Empleo Estatal (antiguo INEM). Si bien ambos organizaciones coinciden en que la cifra es muy elevada,  el primero indica una cantidad de parados que asciende a 5,77 millones de personas, el segundo dice que son 4,8 millones. ¿En qué se basa la diferencia?

El margen que separa ambas cantidades se debe a que miden cosas diferentes. El INE, a través de la Encuesta Permanente de Hogares (EPA), mide la cantidad de desempleados totales. La definición que utiliza de desempleado es aquella persona que quiere trabajar y busca activamente empleo. Es decir que, por ejemplo, un estudiante o un jubilado que no tiene trabajo, pero tampoco quiere tenerlo, no es considerado desempleado. Por su parte, el Servicio Público de Empleo Estatal mide la cantidad de desempleados registrados. Los desempleados registrados son aquellos que están inscritos en las oficinas del antiguo INEM, es decir los que tienen derecho a percibir alguna prestación por desempleo u otro beneficio. Esto quiere decir que el desempleo registrado excluye a ciertos colectivos demandantes de empleo, como ser los que buscan su primer empleo, los beneficiarios del subsidio agrario o personas apuntadas a cursos de formación de los Servicios Públicos de Empleo.

Explicada la diferencia entre desempleo total y registrado, pueden quedar muchas dudas en relación a los indicadores del mercado de trabajo. Por ejemplo, si España tiene unos 48 millones de habitantes, y la cantidad total de desempleados es menor a los 6 millones, ¿por qué se dice que el desempleo es del 25%?

Esto se debe a que la tasa de paro no se calcula sobre la población total, sino sobre la población económicamente activa (PEA). La PEA es toda persona que participa activamente en el mercado de trabajo, ya sea trabajando o buscando empleo. De este modo, aquel estudiante o jubilado que mencionábamos antes, que no trabajaba pero tampoco lo desea, no es desempleado ni considerado parte de la PEA. Entonces, el 25% es la relación entre los que no tienen trabajo y lo buscan activamente, y los que participan activamente en el mercado de trabajo (estos mismos desempleados más los que tienen empleo).

Pero si el cociente se mide sobre la PEA, ¿cómo puede ser que la tasa de empleo sea del 45%? ¿No debería ser del 75%? El problema aquí surge porque la tasa de empleo se mide sobre la población en edad de trabajar (entre 15 y 65 años), al igual que la tasa de actividad, que es la cantidad de activos (pertenecientes a la PEA) como porcentaje del total de habitantes en España. Actualmente la tasa de actividad es del 60%. Entonces, si se multiplica la tasa de actividad por el cociente de empleados sobre PEA, alcanzamos la cifra de la tasa de empleo: 60% x 75% = 45%.

 

Cabe destacar que bajo estas definiciones los trabajadores informales son parte de los ocupados, es decir que no son considerados desempleados. En el extremo, una economía en donde todos los pertenecientes a la PEA están empleados a en la economía informal, la tasa de paro sería cero, ya que este indicador no está diseñado para medir el problema de la informalidad. En cambio, la tasa de informalidad, medida como la cantidad de trabajadores informales sobre la cantidad total de trabajadores, sería 100%.

En conclusión, se debe tener mucho cuidado al interpretar los indicadores, ya que cada uno está hecho para un fin específico y no puede dársele cualquier interpretación (¡el eventual error no es de los indicadores, sino de las personas que lo interpretan!). Así, es incorrecto decir que la cuarta parte de los españoles está desempleado, ya que no es el 25% del total de la población total, sino de la población que participa activamente en el mercado de trabajo. Hay que tener en cuenta cuál es la magnitud de referencia. También se debe considerar la distinción entre desempleo total y desempleo registrado, ya que estos últimos son una parte (no todos) de los primeros. Finalmente, si bien el desempleo es un problema muy grande, que hoy sufrimos todos los habitantes de España, un país sin desempleo no deja de tener problemas. Por ejemplo, muchas economías latinoamericanas hoy cuentan con tasas de paro muy bajas, pero tasas de informalidad muy elevadas. Al punto de que en muchos países estar trabajando no es garantía de no ser pobre absoluto, ya que el salario es menor que la canasta básica. Pero ésta es otra distinción que dejamos para otro post.

Definición Tasa
Población económicamente activa (PEA) Población que participa en el mercado de trabajo, ya sean empleados y desempleados que buscan trabajo en forma activa Tasa de actividad = PEA / población en edad de trabajar
Ocupados Población que se encuentra empleada Tasa de empleo = ocupados / población en edad de trabajar
Ocupados informales Población ocupada en trabajos no registrados, sin cotizaciones a la seguridad social Tasa de informalidad = ocupados informales / ocupados totales
Desempleados Población que no posee empleo y que busca trabajo en forma activa Tasa de paro = desempleados / PEA
Desempleados registrados Población inscrita en el Servicio Público de Empleo Estatal

Bienvenidos a mi Blog

Daniel Sotelsek

Hola a todos,  os quiero dar una calurosa bienvenida a mi blog personal. En este espacio podréis consultar mi trayectoria profesional y académica y, sobre todo os invito a compartir experiencias sobre los temas en los que os puedo aportar: las finanzas, la economía y la educación superior.  Os animo a participar en debates sobre los que podamos construir nuevas soluciones y generar entre todos conocimiento.

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