Repasando Economía a través de la composición del PIB

Reviewing Economy through GDP composition.

A brief analysis of the Spanish crisis through the composition of GDP

Breve análisis de la crisis española a través de la composición del PIB

 La crisis sigue su curso. Ya nadie duda de que España está atravesando una de las recesiones más severas de su historia, pero lo más preocupante es que aún no hay atisbos de recuperación. De los últimos 17 trimestres, 11 presentaron variaciones negativas, lo que provocó un decrecimiento acumulado de más de 5,5% del PIB desde el anterior máximo histórico del segundo trimestre de 2008. Pero, como decíamos, esto no es novedad para nadie. Lo que pretendemos mostrar con este post es la composición del PIB desde 2008 a la fecha, de forma de identificar dónde sucedieron las contracciones más severas.

En el gráfico 1, podemos observar la evolución del PIB y sus principales componentes desde el año 2000 a la fecha. Allí se identifica la caída del producto de 2008, la tibia recuperación de los dos años posteriores y la nueva caída en 2012.

Dentro de los componentes se puede apreciar que el consumo se mantuvo relativamente estable, con una leve caída en 2009 y 2012, pero siempre por encima de los 800 mil millones de euros. Donde se ve la principal contracción es en la inversión, que pasa de los 326 mil millones de euros en 2007 a los actuales 210 mil millones, es decir una reducción de más del 35%. Finalmente, el comercio exterior fue un aliciente en esta crisis, tanto por el lado de las exportaciones como de las importaciones. Las ventas al exterior, luego de una lógica caída en 2009, al año siguiente casi habían retornado a los valores previos a la crisis, para superarlo en 2011 y continuar ascendiendo en 2012. Haber sido capaces de incrementar las exportaciones en un momento de tanta fragilidad mundial como el que se vive, pone en tela de juicio el argumento de la falta de competitividad de España. Por su parte, estrechamente relacionado con la reducción del nivel de actividad, las importaciones se redujeron, realizando un aporte positivo al crecimiento tanto en 2009 como en 2012.

En resumen, con un consumo interno relativamente constante y un sector externo con aportes positivos al PIB, entonces la formación bruta de capital es la principal responsable de la caída en el nivel de actividad. Esto no es una buena noticia, dado que esta variable suele tomarse como un indicador adelantado de la evolución del producto, ya que las expectativas tienen un papel fundamental en las decisiones de inversión.

Así como el consumo no es una variable de la que podamos hablar demasiado, la inversión es clave para formar la expectativa de cuándo saldremos de esta crisis.

Veamos la composición de la formación bruta de capital fijo. Como muestra el gráfico 2, a excepción de los activos fijos inmateriales, todos los rubros de la inversión presentan una evolución decreciente. Como era de esperar, la construcción en vivienda es la más afectada, seguida de otros tipos de construcciones (obra pública, por ejemplo), con una caída acumulada desde 2007 del orden del 55% y 35% respectivamente. Pero la maquinaria y equipo (es decir, la inversión productiva) también cae ya un 20% respecto al máximo previo. Finalmente, cabe destacar que el total de la construcción llegó a representar más del 70% de la formación bruta total, por lo que los elevados valores de inversión que presentó España en la década pasada no eran producto de inversiones productivas, sino más bien especulativas relacionadas con el mercado inmobiliario.

En definitiva, tan solo observando la composición del PIB, era evidente que el crecimiento de España no era sostenible. La elevada participación de la inversión en construcción era el componente más dinámico de la demanda, mientras que la inversión productiva tenía un comportamiento más moderado. Si bien es cierto que de haber desincentivado el crecimiento del sector de la construcción, a través de políticas públicas fiscales y monetarias, durante el auge previo se hubiera crecido a un menor ritmo, no es menos verdadero que hoy en día estaríamos cayendo a una menor velocidad, o quizá incluso creciendo levemente. En otras palabras, el crecimiento de España hubiera sido más estable, con todos los beneficios que ello trae aparejado.

Gráfico 1: PIB de España y componentes

Sin título

Fuente: Elaboración propia con base en datos de INE

 

Gráfico 2: Inversión de España y componentes

Sin título1

Fuente: Elaboración propia con base en datos de INE