Los laberintos de la economía en el Siglo XXI

Los laberintos de la Economía en el Siglo XXI

If you understand: the productivity, the imperfect information and the trilema (International Macroeconomic) may be you will understand something about the welfare but if you do not understand one of this concepts you must be sure: you will never understand how the people can be more happy.

Mejor no hablemos de política pues en éstos días da la impresión que nada funciona. El Brexit de espejismo va mutando poco a poco en realidad, España puede estar abocada a unas terceras elecciones sucesivas y, la campaña de Donald Trump no muestra signos de agotamiento . Ya veremos que ocurre.

 En este post quería recuperar tres ideas, conceptos y teorías que han cambiado la forma de entender la economía en los últimos 60 años y, que de alguna forma han superado la primera revolución teórica de J. M. Keynes. Además, estas ideas coinciden con las principales preocupaciones de la mayor parte de los agentes económicos (los gobiernos -incluidos los organismos multilaterales, las empresas, los trabajadores y los que conocemos genéricamente como “los mercados”).

 En primer lugar tenemos “la productividad”, concepto que más o menos lo define todo, pues sin “productividad” es imposible avanzar en el bienestar de la sociedad. El crecimiento económico ya no tiene sentido sin un incremento de lo que se denomina “Productividad Total de los Factores” (PTF), en tanto en cuanto los factores trabajo y capital son cada día más productivos, con los mismos insumos podemos obtener una mayor cantidad de bienes y servicios. También hay quién afirma que la distribución de la renta al final depende esencialmente de la PTF.

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 El año que viene se cumplen 60 años desde que en 1957 R. Solow (nobel de economía en 1987) escribiera un artículo denominado: TECHNICAL CHANGE AND THE AGGREGATE PRODUCTION FUNCTION donde básicamente venía a decir que no sabemos muy bien porqué hay crecimiento. O, lo que es igual hay un factor, que no es el trabajo ni el capital, que explica un porcentaje elevado del crecimiento económico. A ese factor lo denominó el “factor residual” (que de residual no tenía nada ya que algunos estudios consideraban que ese factor explicaba en algunos casos el 70% del crecimiento) o, también “la medida de nuestra ignorancia”. Durante todo este tiempo los economistas ligados a la teoría del crecimiento han tenido como objetivo fundamental inspeccionar ese residuo (igual que en la bioquímica).

 En estos años, se han encontrado muchas explicaciones que han mermado nuestra ignorancia. Por ejemplo, entender que no solo basta con contar la mano de obra, sino también su calidad (educación , experiencia, entrenamiento). O, que no basta con acumular capital, sino también analizar cuánta tecnología e innovación se incorpora en ese capital. También se ha estudiado cómo la ubicación geográfica de esos factores y su movilidad logran explicar parte del residuo. Cómo los llamados problemas institucionales (estados democráticos, violencia, corrupción, seguridad jurídica..) también explican parte de esa ignorancia.

 Pero llegados al punto en el que se ha refinado el estudio del “factor residual”, nos sigue faltando qué es lo que explica la productividad. Debemos decir que aún nuestra medida de la ignorancia sigue siendo muy elevada y, que debido a ello se han cometido muchos errores a la hora de generar políticas. Por ejemplo, aplicando políticas educativas de gasto pensando que mejoraban nuestra productividad; o, infraestructuras que ayudaban a generar externalidades para un crecimiento sano. Ciertamente, cada vez con más frecuencia, muchos bancos internacionales de desarrollo , entre ellos el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial, se vuelven a plantear la misma pregunta. Y, muchos coinciden que nuestra medida de la ignorancia sigue siendo importante; y, que no sabemos muy bien qué es lo que hace aumentar la productividad, sobre todo a la hora de utilizar políticas públicas conocidas.

 La segunda cuestión tiene que ver con la “información” durante muchos años y hasta hace muy poco tiempo (aún algunos lo creen) se pensaba que en el mercado se ajustaba casi todo y, que, por lo tanto, se lograban equilibrios más o menos estables. Por desgracia, la realidad nos ha demostrado que los mercados funcionarían de esa forma si la información fuese perfecta. En 1970 (hace unos cincuenta años), un incomprendido economista G. Akerlof (por cierto cuyo director de doctorado fue R. Solow) veía como un paper “The Market for “Lemons: Quality Uncertainty and the Market Mechanism” era rechazado tres veces por prestigiosas revistas, artículo que años más tarde, en 2001, le valió un premio nobel compartido con Spence y Stiglitz y, quizás, bromas aparte, una boda con Janet Yellen (actual Chairman de la FED).

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 La idea no era demasiado sofisticada. Akerlof observó que en el mercado unas personas saben más que otras; y, a partir de esa “información asimétrica” se podían explicar demasiadas cosas que no siempre son tenidas en cuenta cuando reina la estabilidad.

 La información asimétrica, por ejemplo, es causa de que muchas veces se paguen salarios más bajos a trabajadores que son más cualificados, pero como los empleadores no lo saben, prefieren ofrecerles un salario como si todos fuesen mediocres. Una muestra de cómo se intentó resolver esta cuestión fue cuando se propuso contratar trabajadores de acuerdo a su “record” bancario. El resultado fue que quedaban fuera del mercado de trabajo gente preparada, lo cual implicaba que existía una información imperfecta. Y, ocurría una “selección adversa”.

 Un primo cercano de ésta es el “riesgo moral”. Veamos la primera derivada. Si tomas un seguro completo es posible que tengas menos cuidado con la velocidad y el riesgo de accidentes; si el gobierno ayuda a un banco porque su quiebra es un problema sistémico, corre el riesgo que el banco no se cuide como debiera. (esto nos suena…).

 La segunda derivada es “el salario de eficiencia” (Stiglitz) que implica pagar más de lo que te mereces porque con ello me evito controlar que en tus horas de trabajo no te comportes de manera inadecuada. (el trabajador lo hará mejor) y con ello evito la falta de información. Esto se puede reconocer como la teoría del “principal” (empleador) y el “agente” (trabajador) la cual ha cambiado la forma de pensar sobre la economía y, sobre todo, de la política económica. La reflexión es: “pregunte a un joven negro de Washington, con un buen récord bancario, quién encuentra el mejor trabajo”. Muchas de las políticas públicas y las regulaciones que se establecen para el buen funcionamiento de la economía se enfrentan a este problema y corren el riesgo de lograr efectos perversos si no se tiene en cuenta.

La tercera cuestión tiene que ver con el funcionamiento de la macroeconomía a nivel internacional y su famoso “trilema” o, también conocido como “la trinidad inconsistente”, término con el que fue bautizada por Krugman (nobel de Economía en 2008) y Obstfeld en 1997.

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Viene a decirnos que un país debe elegir entre: a) movilidad de capitales libres (que entren y salgan sin restricciones) y, b) gestionar el tipo de cambio (desde el gobierno –normalmente, los bancos centrales) a través del valor de la moneda nacional respecto al valor de las divisas (tipo de cambio fijo) y, c) autonomía en la política monetaria o, lo que es igual, fijar, a través del manejo de su oferta y demanda de dinero, el tipo de interés.

 Lamentablemente aunque muchos gobiernos quieren influir sobre los tres instrumentos -movilidad, tipo de cambio y tipo de interés-, solo es posible elegir dos de ellos. Si elijo un tipo de cambio y también el tipo de interés, no puedo tener movilidad de capitales. Si elijo el tipo de cambio y la movilidad, no puedo influir en el tipo de interés. Si elijo el tipo de interés y la movilidad debo dejar que el tipo de cambio fluctúe.

 Los países desarrollados normalmente han elegido la movilidad y el tipo de interés; y dejan fluctuar su moneda, pero en el caso de la zona Euro al fijar el tipo de cambio y tener movilidad se renuncia a la política monetaria.

 Este trilema viene de un modelo conocido como “Mundel – Fleming” en honor a dos economistas que intentaron en los años 60 decirnos mas o menos lo mismo. Robert Mundell, economista canadiense y premio nobel en 1999, mostró, en 1963, en su artículo “Capital Mobility and Stabilization Policy under Fixed and Flexible Exchange Rates”, la inefectividad de la política monetaria cuando hay tipos de cambios flexibles y movilidad de capitales. Y Fleming llegó a la misma conclusión.

Ambos escribieron sus respectivos artículo trabajando en el FMI, por lo que no era casual, por tanto, su preocupación sobre cómo deben actuar los países para lograr aumentar su competitividad (se entiende que lo que hay detrás es la capacidad para devaluar o bien expandir la demanda). Si bien esto influye totalmente a la hora de fijar la política económica, hay algunos estudios nuevos especialmente de H. Rey en “International Channels of Transmission of Monetary Policy and the Mundellian Trilemma” donde con base al modelo Mundell, Rey viene a decirnos que los movimientos de la FED respecto al tipo de interés influyen más allá de lo que esperamos. Y, que, por tanto, la opción de tener política monetaria independiente no parece ser del todo real. En todo caso, el trilema nos deja, al igual que los otros dos temas, un cuestionamiento muy importante a la hora de definir el bienestar de la sociedad a través de mecanismos en este caso vinculados a la competitividad externa.

 Como conclusión, podemos afirmar que la productividad, la competitividad y el funcionamiento del mercado (información simétrica) son conceptos que están presentes en nuestro día a día; pero, quizás nos somos conscientes que cuando nos dan recetas para lograr mejoras en estos objetivos, el grado de incertidumbre sobre los resultados es muy elevado. O, por decirlo de otro modo, sabemos muy poco sobre cómo ser más productivos, sobre cómo hacer para que los mercados funcionen bien y, sobre qué coste pagar para ser más competitivos.

 Carpe Diem

Daniel Sotelsek

La gobernanza global pasa factura

Global governance takes its tool

What does the World Trade Organization (WTO) , the International Monetary Found (IMF)  and the European Union (EU) have in Common?
They are  supranational organizations that incited by the globalization process, have re-formulated their mission and organization. In this post we will discuss how global governance affect us.

 La gobernanza global pasa factura

¿Qué tienen en común la Organización Mundial del Comercio (OMC), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea (UE)? Son organizaciones supranacionales que, espoleadas por el avance del proceso de globalización, han reformulado su misión y organización; en este post comentaremos cómo afecta a la gobernanza global, la renovación institucional de estas tres instituciones; también reflexionaremos sobre lo que estas organizaciones no comparten: su eficacia o efectividad en la gestión de los bienes públicos globales.

Las tres instituciones son fruto, en su estado actual, de la globalización. Nadie imaginaba, hace tan solo 30 o 40 años, un mundo tan inter-conectado, en el cual los bienes y servicios circularan con gran rapidez. Tampoco imaginábamos que el FMI junto a la UE y el Banco Central Europeo formaran un trio -los hombres de negro- que permitiera generar control y estabilidad financiera en una de las zonas más prósperas del planeta. Pocas personas podían aventurar una Europa tan amplia como la actual y, con tantos problemas nuevos, que van más allá de lo económico,  afectando a cuestiones políticas, sociales, culturales, etc..

 En cuanto a los bienes públicos, hay un amplio consenso en que su provisión debe ser tanto a escala local como a escala global.  En el caso de los bienes públicos locales, casi todos aceptan que los gobiernos deben imponer impuestos, regulaciones y  recomendaciones para que la provisión de los así llamados bienes públicos puros (no exclusión y no rivalidad en el consumo) e impuros (como puede ser el caso de la congestión de tráfico o de la generación de una externalidad negativa) sea eficiente.  Por el contrario, a escala global al no haber una gobernanza mundial,  la provisión de determinados bienes públicos es todavía un concepto abstracto y con contados ejemplos reales.

En definitiva, el debate acerca de la  gobernanza global y la gestión de los bienes públicos globales (estabilidad, seguridad, bienestar, sostenibilidad ambiental) está más presente que nunca, al tiempo que el debate nunca ha sido tan difícil como ahora.

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En todo caso, la hipótesis de partida de este post sobre la gobernanza global debe construirse sobre un hecho: de las tres instituciones mencionadas, una de ellas –la UE- aparenta mayor fortaleza; pero tiene, a mi juicio, una debilidad estructural -la brecha entre sus objetivos como Unión y los objetivos de sus estados miembros- que pone en cuestión la posibilidad de proveer determinados bienes públicos globales. Con el añadido de que, de una forma u otra, esta organización es un elemento imprescindible de  la gobernanza global.

Las otras dos instituciones que mencionamos están atravesando un período de serias dificultades. El FMI intenta su reorganización para transformarse en una  institución que se pueda sumar a la gobernanza mundial. Y, la OMC intenta volver a la ronda de negociaciones sobre el comercio mundial que logre una mayor liberalización.

¿Todo esto nos hacer ser pesimista sobre el futuro de la gobernanza global? La respuesta, desde mi perspectiva es que no; por el contrario, la necesidad de la provisión de bienes públicos globales nos hace estar cada más cerca de la problemática y de la pregunta que hemos postergado durante mucho tiempo: ¿Cómo construir instituciones supranacionales? y ¿Cómo adaptar su funcionamiento a los cambios provocados por la globalización?

Comencemos con la OMC:  la mayoría piensa que no se avanza en las rondas de negociaciones para liberalizar el comercio porque la organización es muy débil. Sin embargo, algunos argumentos como los de S. Guriev nos indican justamente lo contrario. Guriev afirma que si el avance no es rápido, se debe a que los gobiernos saben que cuando la OMC aprueba condiciones, su nivel de cumplimiento en el mediano plazo es muy fuerte. En otras palabras, cuando se producen acuerdos en la OMC, se consolida una gobernanza global del comercio internacional que ningún país por poderoso que sea, puede incumplirla por mucho tiempo. Este mecanismo de sujeción a la norma se refuerza por la propia dinámica de la globalización. Por lo tanto que la OMC no avance como nos gustaría es una paradójica buena señal de que la gobernanza comienza a funcionar.

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En lo que respecta al FMI , hasta hace poco tiempo era institución dedicada a proveer soluciones a los problemas de los países en desarrollo y de algunos países emergentes. Ahora juega un rol fundamental en la provisión de un bien público global como es la estabilidad financiera. En ese sentido, muchos se quejan de que tampoco avanza al ritmo que nos gustaría. Y, de forma similar al caso de la OMC, es posible que este avance lento nos muestre que el camino de la gobernanza mundial está a la vuelta de la esquina. Pensemos, por ejemplo, en la lucha en la que están empeñados muchos países para conseguir mayores cuotas de decisión, o en el caso del yuan para que forme parte  de las monedas de reserva. Quizás esa falta de acuerdo se deba a que gradualmente se acepta más y más que las decisiones del FMI en materia de recomendación son equiparables a la calificación de las agencias de riesgo; y, que sus decisiones ya no pueden ser menospreciadas pues forman parte de una gobernanza que quién sabe puede en el corto plazo imponer los primeros impuestos o tasas financieras globales.

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El caso de la Unión Europea es otro ejemplo de creación de una autoridad supranacional proveedora de bienes públicos que los Estados no pueden generar a su nivel con un grado de eficiencia aceptable. Pensemos en la moneda única vs la gestión de tipos de cambio nacionales. O determinados acuerdos ambientales que  hoy en día, sin el protagonismo de la UE, difícilmente podrían aprobarse. Otros acuerdos también se enfrentan a desafíos importantes que ponen en duda la legitimidad y existencia de la UE. Pensemos, por ejemplo, en la situación a la que se ha llegado con la flexibilización de los criterios de Maastricht: casi todos los países los incumplen (bueno mejor dicho todos), lo cual muestra una debilidad manifiesta de la UE en tanto que proyecta la idea de que no puede imponerse un gobierno europeo más allá de lo nacional, si lo que está en juego es el bienestar de los ciudadanos nacionales.

Consejo de la UE grande

En este sentido, sobre el futuro de la UE, son más numerosos los optimistas que los pesimistas. Al fin y al cabo, Europa ha logrado una paz y prosperidad como nunca en su historia ha logrado un estado social y de derecho. Logros muy relevantes en los países del Norte y grandes aspiraciones en los países del Sur. Europa ha logrado superar retos como la unificación alemana o la ampliación al Este. Mientras que en el caso de la OMC y el FMI posiblemente se dé lo contrario, siendo mayoría los pesimistas que afirman que las instituciones se han quedado anticuadas y que no sirven para mucho.

Mi posición es distinta. Creo que la provisión de bienes públicos globales  (podemos incluir la mejora de la equidad o la regulación de la economía colaborativa entre otros ya muy conocidos) necesita de organizaciones globales que vayan más allá de la UE. Comparando Europa con la OMC o con el FMI, creo que hay una mayor debilidad en la UE respecto a la hipótesis de una gobernanza supranacional capaz de proveer bienes públicos globales. Ello se debe básicamente a dos cuestiones: la primera que son menos los países involucrados y, la segunda que algunos países son demasiados grandes para caer. Un riesgo moral que ninguna de las otras dos instituciones soportan. Hay ejemplos de sobra que muestran como en Europa se puede sancionar a Grecia o Portugal, pero no a Francia o Alemania. Mientras que también hay ejemplos de sobra conocidos en los que la OMC puede sancionar a países grandes, incluso a Estados Unidos sin temor a una represalia.

La reflexión final con la que quiero concluir este post es que, paradójicamente, el tipo de instituciones globales como el FMI o la OMC, que aparentan haber fracasado, son las instituciones que gradualmente, paso a paso, están garantizando la provisión de ciertos bienes público globales.

Y, si no son éstas, otras ocuparán su lugar. Pero, en cualquier caso, siempre bajo la forma de instituciones globales, no necesariamente supranacionales.  Mientras que el modelo de la UE sigue atrayendo al resto de organizaciones regionales supranacionales, son otras instituciones globales las que están cosechando más éxitos, reemplazando a los estados y foros regionales en la provisión de bienes públicos globales que ni los estados ni las organizaciones supranacionales por criterios organizativos o de tamaño están en condiciones de proveer. Pensemos en la aparición de mega-ciudades y qué organizaciones están sirviendo de canalizadores de iniciativas que dan respuesta a problemas como la adaptación al cambio climático. En el caso del comercio y las finanzas, éstas se han globalizado, ahora hace falta asegurar determinados bienes públicos que aseguren que la globalización discurra por los cauces que nos interesan a todos.

Por último me gustaría introducir el tema de la “equidad” como bien público, pero nuevamente cuando nos referimos a la desigualdad global entre los ciudadanos (no entre las naciones) nos damos cuenta que los niveles son exageradamente elevados (GINI =0,67 de promedio -concepto 1-) y que no tiene nada que ver con la idea nacional o supra nacional (UE) de la equidad donde lo que interesa es la equidad entre los ciudadanos de un mismo territorio (GINI ponderado por habitante de 0,55 -concepto 2-). La pregunta nuevamente es si las Instituciones que no sean globales podrán resolver un problema global como el de la equidad.Y la respuesta posiblemente es que “no”.

Dejamos planteada la idea para un siguiente post que analice el papel de instituciones como el Banco Mundial y los Bancos de Desarrollo Multilaterales y su rol como proveedores de “bienes públicos globales”

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Carpe Diem

Repasando economía: cómo medimos la pobreza

Reviewing economic issues: how do we measure the poverty?

With this post, the blog has 100 entries, wich for me has been a pleasure. I Take this opportunity to thank all those who participate in it and i would like to wish you all a happy  2013.

Con este post, el blog cuenta con 100 entradas que para mi ha sido un placer y aprovecho para agradecer a todos los que participan en él y de paso quisiera desearos un feliz 2013.

Pobreza absoluta y relativa

En el último tiempo se puede observar recurrentemente artículos periodísticos alarmantes denunciando que la pobreza en España ya alcanza al 20% de su población. Cuando se entra en profundidad puede notarse que se culpa a la crisis de esta situación. Por el contrario, del otro lado del atlántico, vemos una fuerte reducción de la pobreza, que ha bajado de 44% de la población en 1999, a 33% diez años después. ¿Quiere decir esto que de continuar estas tendencias prontamente España tendrá más pobreza que América Latina? Es posible aunque poco probable. Pero antes se debe tener en cuenta las diferencias metodológicas de la medición de la pobreza entre las diferentes regiones, ya que suelen ser indicadores muy distintos y no comparables.

En España, así como en la mayor parte del mundo desarrollado, la pobreza es un concepto relativo, dado que se mide como el porcentaje de la población que percibe unos ingresos menores a un determinado porcentaje, que suele encontrarse entre 40% y 60%, de la mediana del ingreso. Así, por ejemplo, si la mediana del ingreso de un país es 10.000, entonces serán pobres todos aquellos que cobren menos de 4.000 (si situamos el porcentaje en 60%) o 6.000 (si lo situamos en 40%).

Cabe aclarar el motivo por el que se toma la mediana y no la media. Como los ingresos más elevados de la población suelen ser extremadamente altos, al promediarlos tienen mucha importancia en la media, llevándola a valores elevados y eventualmente amplificando la cantidad de pobres. En cambio, al tomar la mediana, todos los ingresos –sin importar su monto- ponderan igual. Es por eso que, dada la distribución típica del ingreso de las economías capitalistas, la media tiende a ser mayor que la mediana.

Entonces, la pobreza relativa es más bien un indicador de distribución del ingreso, que de escasez de recursos. Bajo esta definición, un país que tiene más pobreza bien puede tener mejores condiciones sociales. ¿Cómo es esto? Muy fácil: si su ingreso es mayor. Por ejemplo, supongamos dos países A y B, con ingresos medianos de 20.000 y 10.000, respectivamente. Suponiendo que se consideran pobres a todos aquellos que perciban menos del 60% del ingreso mediano, entonces en el país A serán pobres los que cobren menos de 8.000, mientras que en el país B menos de 4.000. Así, un ciudadano del país A que cobre 6.000 será considerado pobre, pero puede tener una mejor situación que un “no pobre” del país B que cobre, por ejemplo, 5.000. En definitiva, la pobreza relativa es un indicador de distribución de exclusión social, es decir de la capacidad de tener un nivel de vida similar al de la gente que nos rodea.

Pobreza relativa en España

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Fuente: Elaboración propia con base en datos de OECD

Muy diferente es la definición de pobreza que suelen utilizar los países en desarrollo. En estas economías, donde una porción importante de la población no alcanza siquiera a adquirir una canasta básica, se hace indispensable medir qué porcentaje se encuentra en dicha situación. Para ello, se mide en primer lugar la canasta básica alimentaria, representada por el valor monetario necesario para adquirir los nutrientes mínimos indispensables para que una persona pueda crecer y desarrollarse satisfactoriamente. Luego, se mide también la canasta básica total, es decir el valor monetario necesario para adquirir no solo los alimentos, sino también otros bienes considerados básicos como vestimenta, vivienda, etc.

Entonces, una vez que se posee estos dos umbrales, se considera pobre a todo aquel cuyo ingreso sea menor a la canasta básica total, y pobre extremo o indigente a quien su ingreso no sea suficiente para adquirir la canasta básica alimentaria. De esta forma, un pobre o indigente de un país, sin importar el ingreso medio o mediano de la economía, seguirá siendo pobre o indigente en otro país. De aquí que a esta medición de pobreza se la denomine absoluta.

Para concluir, cuando se lee en los medios de difusión que la pobreza en España alcanzó al 20% de la población no significa que una quinta parte de los habitantes no alcanza a adquirir con sus ingresos la canasta básica, sino que perciben un ingreso menor al 60% de la mediana. De esta forma, en términos generales, los pobres relativos de España no son pobres absolutos. Por el contrario, de seguro todo pobre absoluto sería también pobre relativo en España.

Este post no busca minimizar el problema de la pobreza relativa en España. Es, en efecto, un tema a tener en cuenta, ya que el indicador es muy útil para observar el impacto de la crisis en los estratos más bajos de la población. Por su parte, este post sí busca maximizar el problema de la pobreza en América Latina y otras regiones en desarrollo, pues la pobreza absoluta es sin lugar a dudas más acuciante que la relativa.

Pobreza absoluta en América Latina

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Fuente: Elaboración propia con base en datos de CEPAL

En definitiva, hablar de pobreza y de distribución de la renta no son dos cara de la misma moneda, creo que es mejor decir que son dos monedas de un mismo patrón monetario. Queda para la próxima introducir un elemento que a poco a poco hemos ido olvidando y es la actitud que tenemos ante la pobreza: suponer como hemos hecho hasta ahora en el post, que somos neutrales es suponer demasiado, pero conocer el coeficiente de nuestro compromiso es identificar un juicio de valor que no siempre nos resulta un dato alentador en la sociedad moderna.

Quizá vale la pena repasar el video Hans Rosling sobre “los estados a través de los último 200 años” . De una manera implícita nos viene a decir cosas muy parecidas a la forma que tenemos de medir la pobreza y con cierto grado de optimismo que no nos viene nada mal en los tiempos que corren.

[youtube=http://youtu.be/V8lbiiTF2P0]

Artículo sobre pobreza en España

Os adjunto el Resumen del artículo publicado por : Ismael Ahamdanech y Daniel Sotelsek

http://www.fondodeculturaeconomica.com/editorial/trimestre/DetalleArticulo.aspx?articulo=3155

Trimestre Económico, vol LXXXIX, num 315, julio-septiembre de 2012, pp 665-692

Distribución del Ingreso, bienestar económico y pobreza en las Regiones Españolas

  

Resumen

En este trabajo se introducen herramientas de dominancia estocástica e inferencia estadística para descomponer la diferencia en bienestar económico y pobreza entre distintos territorios económicos en efecto desigualdad y efecto renta media. Para ello se derivan las matrices de varianzas y covarianzas de las curvas de Lorenz generalizadas que se emplean en dicha descomposición. La metodología es aplicada a España y sus regiones para el período 2003-2007, llegándose a la conclusión de que en algunas regiones, especialmente Andalucía y Madrid, la distribución de la renta es anti-pobre.

 

Abstract

This paper introduces inference based stochastic dominance tools to decompose the difference between economic welfare and poverty among countries or regions into inequality effect and income effect. To this aim, the variances and covariances matrix of the generalized Lorenz curve used in that decomposition are developed. The methodology is applied to Spain and its regions for the period 2003-2007. The conclusion is that in some regions, especially Andalucía and Madrid, the income distribution is clearly anti-poor.

En estos momento estamos trabajando con datos nuevos para ver el efecto de la crisis sobre la pobreza en las distintas regiones españolas, especialmente porqué como estamos viendo no todas les regiones actúan de la misma forma y la trilogía “crecimiento-distribución de la renta-pobreza” es mucho mas relevante.

Congreso de Ciencias Sociales en Mexico

Las ciencias sociales enfrentan hoy un panorama complejo que requiere de propuestas innovadoras. Procesos de consolidación democrática, defensa de derechos humanos y aceptación de la diversidad social se desarrollan al lado de profundas crisis económicas y sociales, del aumento de la violencia y de un avance sobre los recursos naturales sin precedentes que empieza a alterar las formas de producción. Se suman a lo anterior, problemas y transformaciones derivados del crecimiento de las grandes metrópolis, de la persistencia de la desigualdad social, de los efectos del cambio tecnológico sobre los procesos de trabajo, comunicación y aprendizaje, de la presencia de nuevos actores sociales y de la nueva configuración de las relaciones internacionales, todo lo cual incita a alentar el dialogo constructivo entre las diferentes disciplinas sociales para conjuntar perspectivas y ofrecer nuevas respuestas y soluciones.

En este marco, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y El Colegio de México, proponían una nueva realización del Congreso Nacional de Ciencias Sociales que se desarrolló del 26 al 1 de marzo de 2012 en el Distrito Federal de México. Al mismo asistieron más de mil estudiantes, investigadores y académicos.

Las amplias temáticas se plantearon en función de los ejes propuestos: i) Tensiones y desafíos de la democracia contemporánea, ii) Violencia y seguridad, iii) Diversidad social y cultural, iv) Riesgos y vulnerabilidades sociales, v) Medio ambiente y sociedad, vi) Desigualdad social y política, vii) cambio tecnológico y organización social, entre otros.

La Universidad de Alcalá estuvo representada por un artículo (que pronto adjuntaremos al blog) conjunto con Abel Mendilaharzu, investigador del Instituto de Estudios Latinoamericano (IELAT), coincidente con el eje de Desigualdad social y política, en el que se analizaba la relación entre el crecimiento económico, la desigualdad y la pobreza a través del Crecimiento Pro-pobre, haciendo foco en los casos de España, México y Brasil.

El mismo fue presentado en una mesa redonda junto al de otros investigadores, donde se dio paso a un interesante debate que giró en torno a la importancia conjunta que tienen los aspectos cualitativos y cuantitativos del análisis de la pobreza y desigualdad, concluyendo que ambos son fundamentales para el estudio de estas temáticas y que es un error prescindir de alguno de ellos para la explicación de los fenómenos sociales. Del trabajo fue destacada su fortaleza metodológica, a la vez de la atrayente comparación alcanzada entre países heterogéneos.

Asimismo, recibió importantes aportes cualitativos que ayudan a recordar que los fenómenos de pobreza y desigualdad, no son solo estadísticas, sino situaciones sociales de complejas características.

Finalmente, el Congreso concluyó con la conferencia magistral del Dr. Randall Collins de la Universidad de Pensilvania sobre violencia social.