Luego de un fatídico año para la economía mundial, Estados Unidos terminó 2011 con ciertas noticias alentadoras. En efecto, el diciembre la mayor economía del mundo creó más de 200.000 puestos de trabajo, por encima de los esperado. De esta forma, la tasa de paro se situó en 8,5% de la PEA, la menor desde febrero de 2009, aunque aún en niveles muy elevados en términos históricos.
La recuperación del empleo fue liderada por el sector manufacturero, a la vez que los servicios acompañaron al crear puestos de trabajo por vigésimo mes consecutivo. Así, son las empresas privadas las responsables de la mejora, ya que el sector público –en línea con los recortes de presupuesto- destruyó 12.000 empleos en el último mes del año.
Este comportamiento se explica, al menos parcialmente, por el incremento de la productividad de la economía, que ha alcanzado en los últimos cuatro años los mayores niveles de su historia desde la Segunda Guerra Mundial. En el 3° trimestre, la productividad creció 2,3%, liderada nuevamente por la industria manufacturera. Desde julio de 2009, el incremento de la productividad superó el 20%, mientras que en la industria manufacturera alcanzó 34%.
En definitiva, si bien la economía de Estados Unidos tiene problemas muy significativos, como un crecimiento por debajo del potencial y la mayor desigualdad en la distribución del ingreso de los últimos 50 años, presenta ciertos aspectos alentadores. El crecimiento de la productividad y la reducción del desempleo son dos ejemplos de ello. De esta forma, para las autoridades americanas la mayor amenaza actualmente es la situación de la Zona Euro y el eventual contagio.