Los recortes incrementan la desconfianza acerca de la solvencia del Estado
Un día después de que el Gobierno desglosara los Presupuestos Generales del Estado, en lo que constituyó el mayor recorte de la historia de la democracia española (ver post), se salió al mercado en busca de fondos líquidos que aliviara las necesidades de financiamiento del Sector Público. No obstante, la emisión no resultó como se esperaba, colocándose tan solo el piso del objetivo y a un interés mucho más elevado que la última subasta. Es evidente que los recortes no generaron la confianza que el Gobierno esperaba.
El último día hábil antes de los festivos de Semana Santa, el Gobierno puso a prueba la bondad de su plan de ajuste, al salir al mercado de deuda. El resultado de la subasta indica una extrema desconfianza del mercado acerca de que las medidas implementadas sean capaces de asegurar la solvencia del Estado. En efecto, se colocaron menos de 2.600 millones de euros, cuando lo previsto era entre 2.500 y 3.500. Asimismo, el tipo pagado alcanzó casi un 7%, lo que generó un fuerte incremento de la prima de riesgo, que se ubicó en 400 puntos. Por su parte, el IBEX-35 mostró una caída de 2,7%, en consonancia con las restantes plazas europeas.
Los expertos del mercado achacan el resultado negativo a la ausencia de una estrategia de crecimiento en España. Por un lado, las medidas de austeridad, que recaen fundamentalmente, sobre la clase media, acentúan el pesimismo de los ciudadanos, lo que se verá reflejado en el consumo. Por otro, la subida del Impuesto Sobre Rentas Físicas (IRPF) o la supresión de deducciones en el Impuesto de Sociedades, unidas al recorte en inversión, castigan al tejido productivo nacional, lo que desincentiva la inversión. Con el Estado en franca retirada y el sector externo poco significativo, ¿quién será capaz de apuntalar la demanda?
En conclusión, los recortes en España apuntan a generar confianza acerca de la solvencia del Estado, de forma de permitir un mayor acceso al mercado de crédito al sector privado y así fomentar la inversión. Sin embargo, aún con esas mejoras, la inversión no estará asegurada mientras la demanda se encuentre tan deprimida. Pero, para peor, las medidas ni siquiera logran el objetivo propuesto, es decir la generación de confianza. Parece cada vez más evidente que un país que no crece no es solvente por definición, por lo que los recortes lo único que logran es alejar el objetivo de solvencia del Estado.
Tal solo un día después de la huelga general que paralizó al país para reclamar en contra de las políticas de ajuste, el gobierno de Rajoy anunció el mayor recorte del presupuesto público que haya tenido lugar en la historia de la democracia española. Estas políticas de austeridad se enmarcan en el objetivo de déficit acordado con Bruselas de 5,3% del PIB (ver post), 3,2 puntos porcentuales menos que el año pasado.
En definitiva, solo se hizo explícito lo que se venía anunciando hace tiempo: la política del gobierno es la austeridad para generar confianza en la solvencia del país y así incentivar la inversión. La pregunta que cabe es para quién se va a invertir si nadie será capaz de incrementar la demanda.
Al final hay que elegir entre salir creciendo o ajustando y estos son caminos distintos, pero debe quedar en claro que con una moneda común los márgenes para salir de la crisis creciendo en lugar de ajustes importantes y reformas estructurales a largo plazo no es muy amplio.
En todo caso generar confianza es importante ojala la logremos …….
CÓMO NO SMIRAN LOS DE FUERA: CUESTION DE CONFIANZA
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