Las discusión acerca de la situación económica de España y de las medidas necesarias para apuntalar la economía no cesa. En los últimos días, el Banco de España (BdE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) expresaron sus respectivas opiniones al respecto, con la llamativa sorpresa de que el organismo internacional planteó medidas menos ortodoxas que el BdE.
El último informe “Perspectivas de la Economía Mundial” del FMI apunta a que España no será capaz de cumplir con el objetivo de déficit planteado para este año (ver post), y que ni siquiera en 2017 presentará un resultado negativo menor al 3%, objetivo último de las políticas de austeridad. Pero más llamativo aún resulta que en su análisis económico de España resalta que el motivo de esta evolución de las cuentas públicas se debe a la recesión, por lo que plantea que el gobierno se habría pasado de la raya en el ajuste fiscal. De esta forma implícitamente estaría afirmando que el ajuste no necesariamente genera una mejora en las cuentas públicas.
En la vereda de en frente se sitúa el BdE. En efecto, su gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, manifestó que aprecia la existencia de un riesgo elevado de que el Gobierno no pueda cumplir con los Presupuestos del Estado para 2012, debido la posibilidad de percibir menores ingresos fiscales a los estimados, así como mayores gastos por prestaciones de paro y pensiones. Hasta ahí, el diagnóstico coincide con el del FMI. Pero las posibles soluciones son diametralmente opuestas, pues pide al Gobierno tener previstas medidas adicionales, entre las que se destaca subir la tributación indirecta, en clara alusión al Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA).
En definitiva, se puede apreciar que mientras desde afuera nos recomiendan estimular la economía, en el interior de nuestras mismas instituciones se propone lo contrario, lo que parece ser un claro contrasentido en los intereses de cada institución. Tal contrasentido se explica por esta idea que venimos mencionando en repetidas oportunidades en el blog: la austeridad fiscal en un contexto recesivo, puede no mejorar la solvencia del país. Un país que no crece, siempre es insolvente. Hasta que nuestros dirigentes entiendan eso, la economía española seguirá en recesión y el Estado será cada vez más insolvente.
Cuando pasa estas cosas lo que se puede poner en duda es la virtud de un área monetaria óptima como la del euro.
Que piensa el FMI sobre la economía mundial: