España e Italia llegan a la final y se imponen en la cumbre del Euro

España e Italia llegan a la final y se imponen en la cumbre del Euro

Alemania ha perdido dos-cero frente a Italia, con goles de Monti y Rajoy  quienes contaron con la buena suerte y un árbitro de lujo: Holland.

El jueves y viernes se realizó en Bruselas la cumbre de líderes europeos. En la agenda había numerosos temas de gran relevancia. Uno de los principales era la forma en que se terminaría formalizando el rescate a la banca española. En especial se discutiría la forma en que se iba hacer llegar el dinero a las entidades. La forma estipulada por la Unión Europea era necesariamente a través de los estados. Así, el rescate iba a generar un incremento en la deuda pública española, así como en el déficit a través de los intereses, además de que abría la puerta a exigencias de parte de Bruselas al Estado, dado que éste era el deudor directo. La posición del Gobierno era intentar que el dinero llegase en forma directa a los bancos, pero no existía mecanismo para formalizar este tipo de ayuda. Los detractores de esta idea argumentaban que Bruselas no podía otorgar un crédito directo a los bancos, dado que su supervisión era responsabilidad de los respectivos estados.

El otro tema de relevancia era el pedido de España e Italia de hacer un uso “flexible” de los fondos del rescate, permitiéndoles comprar deuda soberana en el mercado secundario, de los países sometidos a presión de los mercados pese a estar realizando las reformas necesarias. Así, se posibilitaría disminuir los tipos de interés, sin ser sometidos a planes de ajuste adicional, sino simplemente cumpliendo con las recomendaciones ya realizadas por la Unión Europea.

Un tercer tema, de menor relevancia, fue el disparador de la discusión. Al tratar la aprobación del plan de crecimiento de 120.000 millones de euros, ideado por las principales economías del continente, los mandatarios de España e Italia (apoyados por Francia) se negaron a formalizar el acuerdo. Para ello, solicitaban medidas adicionales tendientes a estabilizar los mercados financieros, de forma de relajar las primas de riesgo que ambos países estaban enfrentando y que eran poco sostenibles por mucho más tiempo.

Para sorpresa de muchos, la presión surtió efecto, en parte también por el apoyo del gobierno francés. Por un lado, se decidió que se comenzará a desarrollar el mecanismo por el cual el Banco Central Europeo se convertirá hacia fines de año en el supervisor único de las entidades financieras. Así, se da un gran paso en pos de la unión bancaria, y se permitirá que el rescate a la banca se desarrolle en forma directa, imponiendo condiciones a las entidades ayudadas y, al menos en los papeles, no a los Estados. Asimismo, no incrementará el endeudamiento ni el déficit público, evitando la exigencia de ajustes adicionales. Incluso, los fondos de rescate perderán su carácter de acreedor preferente, algo que intranquilizaba mucho a los otros acreedores. Por otro lado, también se podrá adquirir deuda en el mercado secundario con los fondos de rescate, lo que permitirá incrementar el poder de fuego para controlar la prima de riesgo.

En definitiva, la cumbre ha sido una buena señal en medio de una tormenta perfecta. Las modificaciones darán un mayor margen de maniobra a las instituciones tanto europeas como nacionales. En el corto plazo, permitirán que se pueda controlar los costos de las financiaciones de los países de la Unión Monetaria. Pero los más importante es que deja en claro la posición de los gobernantes europeos de enfrentar la crisis con más Europa, y no con la disolución del Euro. Es un pequeño paso en la dirección correcta, que debe complementarse con menores exigencias respecto a los ajustes y con avances hacia la unión fiscal, de forma de interrumpir el proceso recesivo en el que gran parte del continente se ve inmerso.

Ahora bien esto se llama cesión de soberanía, El Banco de España ya no tendrá tutela sobre el sistema y lo más probable (una vez se conozca la letra pequeña) es que al final Merkel dará el visto bueno siempre y cuando la unión fiscal sea una realidad porque Europa es lenta en la toma de decisiones pero los estados a través de sus parlamentos nacionales son muy poco de fiar a la hora de cumplir los sacrificios.

Como ya dije son buenas noticias, esperemos que la final del domingo no sea un presagio sobre la posibilidad de un solo ganador España o Italia, por el contrario lo ideal sería que todos ganen. Estos acuerdos permiten esbozar un pequeño gesto al mundo: Europa se pone de pié. Ahora bien no echemos las campanas al vuelo: distribuir el ajuste entre más ciudadanos, en este caso europeos del norte, no disminuye ni el monto del ajuste ni los problemas de productividad  y seguramente la alegría de unos se verá compensada por el cabreo de los otros.

Aprovechemos la oportunidad……………