¿Y después de las elecciones, qué?

España, Europa y Estados Unidos tienen, en poco tiempo, citas electorales que pueden ser cruciales para el futuro de sus sociedades. Estas elecciones son muy importantes, básicamente, por una razón: en muchos años es la primera vez que nos enfrentamos a populismos y nacionalismos con una probabilidad cierta de gobernar y eso, sin duda, pone de pelos de punta a mucha gente.

En este sentido, las cosas no van tan bien como nos gustaría, pero debemos ser conscientes de que tampoco van tan mal. El mundo, y en ello cuento, no solo a España, Europa y Estados Unidos, ha experimentado un tiempo muy largo de paz y prosperidad. Indicadores sociales como la mortalidad infantil o la esperanza de vida han mejorado de manera exponencial, incluso en regiones como África. La pobreza y la desigualdad son mucho menores que hace ochenta años. Nos guste o no, en Occidente, el nivel de vida de la población medido como se quiera ha ido a mejor.

Ni hablar de cómo ha mejorado la política: atrás quedaron tiranos como Hitler, Stalin y las dictaduras sangrientas del siglo XX, lo cual no implica que haya que bajar la guardia ni que las guerra “no mundiales” no nos afecten. La amenaza yihadista o países como Corea del Norte son un lastre que debemos atender.

Dicho esto, la situación económica de España ha mejorado desde el final de la crisis. El paro ha bajado y la economía crece, dos indicadores necesarios para mantener la sociedad del bienestar que los cuatro partidos mayoritarios, cada uno a su manera, propugnan. Nadie sabe a estas alturas qué pasará en las elecciones ni quién gobernará España los próximos años, pero de lo que si estamos seguros y esto me parece lo más importante es que ningún gobierno podrá hacer lo que le venga en gana. El partido o partidos que gobiernen deberán ser prudentes en sus acciones y concertar casi todas las medidas importantes que decidan tomar: la reforma de la constitución y la cuestión territorial deberá acometerse por consenso; y, no solo por una mayoría de derechas o de izquierdas. Quizás es un bueno momento para resolver tres de los grandes problemas de España: la constitución, la organización territorial y la educación; y, dejar para más adelante otras cuestiones igual de importantes para el día a día, pero que pueden esperar.

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Es curioso pero ningún partido habla de Europa en la campaña, básicamente porque quita votos. Hablar de Europa no es prudente ni popular, pero deberíamos reflexionar sobre este tema porque el futuro de la Unión Europea es otro de los grandes desafíos que enfrentamos. Casi nadie en Europa habla de Europa y su gobernanza. Qué debemos hacer para retomar la confianza en Europa: creo que la respuesta se encuentra en redefinir cuál es el objetivo de la Unión Europea. Para qué sirve a los ciudadanos más allá de mantener la paz y la concordia (cosa que no está tan mal si miramos la historia de los últimos doscientos años). Creo que es importante pensar en una Unión Europea mas reducida, al menos, en lo que se refiere a la unión política, la cual debe incluir la unión monetaria (más o menos consolidada con el euro) y la unión fiscal.

En este punto, entra de lleno la próxima votación del referéndum del Brexit sobre la permanencia o salida de la Unión Europea. A estas alturas nadie sabe tampoco que pasará, pero desde mi punto de vista, siendo coherente con lo dicho anteriormente, no pasará nada pues el Reino Unido no forma parte del proyecto europeo que tiene futuro. Si gana el “si“ se abran marchado de Europa donde nunca se integraron del todo; si gana el “nó” se quedarán en esa Europa que debe redefinirse y donde mucho me temo los ingleses no ven un futuro muy promisorio. En todo caso pienso que el “remain” se va a imponer” y el Brexit no se producirá.

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Por último, quedan las elecciones en Estados Unidos que pintan de lo más interesante (al menos hace años que no había un republicano tan populista como Trump, ni una lucha por la izquierda de la izquierda). Un país, que digan lo que digan, ha sufrido la peor crisis económica y financiera de los últimos años y ha salido adelante en tan solo cinco años, lo cual muestra que a pesar de la amenaza de las economías emergentes sigue siendo una locomotora mundial.

Por esa razón, las elecciones norteamericanas posiblemente son más relevantes para nuestro bienestar que lo que pase en España, o incluso en Europa. Con el resultado de las elecciones presidenciales americanas nos jugamos que el ámbito atlántico pierda importancia, y que los factores positivos de una globalización (con sus luces y sombras) se desvanezca. Donald Trump puede generar una política que vaya en contra de los valores que hacen de ese país el motor de la economía mundial, la integración, la tolerancia y el empuje de una clase media que ha logrado avances en productividad sin precedentes; y que lidera el conocimiento y la tecnología que nos ayuda a mejorar nuestro bienestar.

Tenemos que preguntarnos porque el populismo está avanzando. Hay que preguntarse por qué sucede y no negar la mayor. Esta pregunta tiene muchas respuestas, pero se me ocurren algunas que nos deben hacer pensar. La primera es la falta de trabajo tanto cualificado como no cualificado. El empleo ya no se crea como antes y la sociedad tendrá que dar respuesta a un mundo sin empleo y con muchos pensionistas; así será la sociedad del futuro. La segunda es que la nueva economía tecnológica es deflacionista. Todo se hace más barato, el capital en si mismo y su propiedad ya no son relevantes (incluso el discurso de la clase anticapitalista tendrá que cambiar). La lucha se dará al interior del mercado laboral, pues esa será la fuente de la desigualdad que no parece disminuir. El 1% más rico de la población ha surgido ya no del capital, sino de los elevados salarios de los ejecutivos que gestionan mega empresas que nadie controla, al menos como antes. La tercera respuesta se encuentra en el mundo de las finanzas. Los bancos comerciales y la intermediación pronto tenderán a desaparecer y el mundo interconectado suplantará a una élite financiera que ha sido la dominante en los últimos cincuenta años. El cuarto tema es el nuevo orden internacional, los países del Pacífico y los emergentes habrán logrado, antes que tarde, una importancia impensable hace unos años. Los países emergentes han pasado de representar el 36% del PIB Mundial en 2012 al 60% en 2020, mientras que la UE ha retrocedido del 30% al 15% en tan solo 40 año. Las instituciones multilaterales tendrán, por tanto, nuevos protagonistas, lo cual puede implicar que los bienes públicos internacionales se cada vez más públicos y menos occidentales.

Por todo esto, creo que lo que pase en España el 26-J no es tan relevante ni será tan grave, tanto si sigue Rajoy y su política de austeridad como si gana Iglesias y el populismo llega al poder, pues hoy más que nunca el meollo de la cuestión, nuestro bienestar futuro está en Europa y mucho más en Estados Unidos.

Hace poco me llamó la atención una frase que mencionaba el secretario de Naciones Unidas a los estudiantes en una universidad americana: “voten programas y no candidatos” y un estudiante que estaba a mi lado se preguntaba: “dónde se pueden consultar los programas” ….

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Carpe Diem

Daniel Sotelsek

La Tragedia Griega Toca su fin

After a few months away, I´m back with a post of a major topic as far as macroeconomic policy is concerned. The endless Greek tragedy. And why is it endless? Basically for three reasons.

The first reason to analyze is the longevity of the crises, almost five years over the edge.  Secondly, we need to understand the importance of  streamlining  the decision-making  process and try to remove the eternal bureaucracy that it involves.
Last but not least, delve into a deeper topic, which refers to the voluntary choice of the member countries of the European union at the time of transferring the monetary sovereignty.
In my opinion this process needs to end. Based on the classic idea of the tragedy , when the end is known , the tragedy is consummated . And I think that we all know which is the end for Greece : a default on its debt , whatever the stated context is. 

A mi vuelta con el blog depués de un receso, recurro al tema de mayor actualidad en lo que a política macroeconómica se refiere. La interminable tragedia griega”. Y, es tragedia y es interminable básicamente por tres razones.

La primera, porqué un país como Grecia no se merece estar tanto tiempo (casi cinco años) al borde del abismo. Desde el primer rescate financiero, su gente está sufriendo sin saber para qué, ni para cuándo se prevé el final. El segundo motivo es porque la tragedia griega ha puesto de manifiesto la pesada maquinaria europea de toma de decisiones, que se enreda en consultas y reuniones del Consejo Europeo hasta tal punto que es casi imposible seguir los acontecimientos de forma ordenada.  Este laberinto decisional implica un riesgo que va más allá del propio problema griego y que se adentra en las tripas de una Unión que tiene todas las papeletas para fracasar en su visión de alcanzar una Unión cada vez más estrecha, que lleve quizás a los Estados Unidos de Europa.

La tercera cuestión tiene que ver con un tema más de fondo, que se refiere a la elección voluntaria de los países miembros a la hora de ceder su soberanía monetaria. Hasta ahora los ejemplos eran casi insignificantes como Ecuador o Panamá, pero el Euro ha demostrado que el concepto de “las áreas monetarias óptimas” no era tan antiguo y, que asimilar un sistema de cambio “super fijo” tiene entre sus riesgos la incertidumbre del “coste de salida” que nadie conoce; pero que, a tenor, de los últimos acontecimientos  no son temas despreciables. A Merkel y a Hollande ya se les nota preocupados.

Mi opinión es que este proceso toca a su fin. Y, me baso en la idea clásica de la tragedia. Cuando se conoce  el final,  la tragedia está consumada; y, en este caso me parece que todos sabemos cuál es el final, al menos para Grecia: un impago de su deuda sea cuál sea el decorado de este último acto y, sea cuál sea el tiempo de representación en la dilatada negociación europea.

Veamos rápidamente los números para situarnos: Grecia tiene una deuda de unos 315 mil millones , un PIB de unos 200 mil millones, un crecimiento entre 0% y 1% y unos intereses que, en promedio (esto cada vez es más difícil de calcular dada la variedad de mecanismos que se usaron para refinanciar en los últimos años) pueden oscilar entre un 3% y 4%. Para pagar los intereses necesita, aproximadamente, un 5% o 6% de su PIB. Si sigue creciendo a este ritmo y, en teoría, cumple con el rango de déficit/superávit primario de 0%  a 1% (lo cual implica menos necesidad de financiamiento) no hay solución posible.

Para muestra un botón, los vencimientos del 2015 representan un 12% del PIB aproximadamente.

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Para pagar su deuda necesita que estos números cuadren de alguna forma razonable:

a) Incrementar el crecimiento (recordemos que es una economía con un 26% de sus recursos laborales en paro) a tasas cercanas al 6% sostenido en el tiempo. Este escenario queda descartado como solución en el corto plazo. Más aun conseguir que sea vía inversión y por cuenta externa más que de consumo, lo que implica aún mas sacrificios para la población.

b) Superávit primario del orden del 6% para poder hacer frente a los intereses lo que se logra subiendo impuestos (sin que la actividad no se deprima) a una sociedad que no tiene una estructura institucional consolidada; o, bajando los gastos del Estado (la pregunta es por dónde se puede comenzar, sin que esto signifique un adelanto de las elecciones y vuelta a comenzar). Este escenario también queda descartado en el corto plazo.

c) Que la deuda deje de ser una preocupación para la política económica. Y, esto se logra o bien “reestructurando la deuda” (en cualquier forma: quita, plazos perpetuos, intereses cercanos a cero etc etc). O bien, “dejando el euro y pasando a una moneda nacional” que se pueda devaluar (con el coste que supone un corralito: fuga de divisas y cierre de los mercados) a costa de hacer un default o impago preventivo.

Como se puede observar la tragedia está consumada y el final va depender, no tanto de los griegos sino de los acreedores, que a estas alturas ya valoran el coste de salida del euro, o bien asumiendo el impago, como es obvio, o bien perdonando las deudas,  lo cual implica un antecedente desconocido en la UE.

A estas alturas, la UE, el BCE y el FMI actúan como los verdaderos protagonistas de la tragedia, asumiendo que el camino de las reformas llevarán a Grecia a una salida ordenada de su problemática. Pero todos saben que este camino reformista solo supone ganar tiempo, pues no hay nadie que se atreva a decir que subiendo el IVA se recaudará lo suficiente; o, que bajando las pensiones, el gobierno podrá aguantar. Este camino no se puede hacer desde el euro, sino desde una devaluación nominal que permita una primer sinceramiento de la economía. Parece obvio, pero hemos olvidado que la moneda representa dos cuestiones fundamentales: la riqueza de un país, y la confianza de generar más riqueza y pagar las deudas. Así que en este escenario, Grecia debería tener una moneda mas devaluada, sin lugar a dudas.

Esta reflexión no es gratuita en la práctica. El default te saca de los mercados un tiempo mas o menos largo, los capitales huyen. En realidad, la fuga de capitales no es algo nuevo. En abril se fueron del sistema bancario griego 5.000 mil millones de euros y el BCE tiene prestado 80.700 millones en líneas de emergencia, que se garantizan con letras griegas de corto plazo. Europa repudiará esta acción en función de los efectos colaterales que produzca la salida del euro; y, por otra parte en Grecia el fenómeno de la inflación generado por una posible devaluación distorsionará una salida ordenada.

Algunos opinan (entre ellos Klaus Scmidt-Hebbel) que esta conclusión es buena para el mundo, pues se pone en tela de juicio la entrega de la soberanía monetaria a una Unión política sin haber acordado la entrega de soberanía en política fiscal. Así se pone en evidencia que la corrupción del sistema político es mucho más costosa: en inestabilidad política y en subdesarrollo económico. Situaciones como ésta piden a gritos reformas de libro que no funcionan como se esperan y, por último, se hace más evidente el riesgo de la aparición de los populismos.

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La segunda razón que mencionamos es que lo que suceda a estas alturas y con dos rescates a cuestas y un tercero en camino,  supone que la UE ya no puede echar órdagos a nadie. Los comunicados europeos sobre la tragedia griega ya no se toman en serio en los mercados. Las discusiones en el seno de Europa (tanto de los líderes de los gobiernos como del Eurogrupo –incluido por cierto el FMI- parecen una discusión de patio de vecinos, donde se aspira no ya a una solución para Grecia y los acreedores, sino a disimular actitudes que no resten votos en las circunscripciones nacionales. No es serio que varios millones de griegos se levanten con la incertidumbre de cobrar o no sus pensiones porque una línea del memorándum de Yanis Varufakis incluye una coma en un sitio inadecuado. Ya es hora de tomar de decisiones y decir si los que pierden son los acreedores o son los griegos. La incertidumbre no es un buen consejo en economía y esta tragedia dura cinco años, con lo cual el daño mayor ya está hecho. Pase lo que pase a Grecia nadie le devolverá su bienestar y Europa quedará en el lugar que se merece: “no sabe no contesta”. Los argumentos del “moral hazard” y del “me too” (para ver estos argumentos un excelente artículo de Pablo Gerchunoff y Llach) cada día tienen menos relevancia porque la realidad se impone. Grecia está en quiebra y, también pesan los argumentos políticos. Si Grecia se salva, quien gana políticamente es la izquierda más radical y este factor puede ayudar a que en otros países las ideologías populistas avancen. Pero nuevamente la realidad política puede superarnos y si hay quiebra, es posible que los radicalismos de uno u otro signo salgan todavía más fortalecidos.

Por último, hagamos una breve referencia al proyecto del euro,  que está en tela de juicio con Grecia. Puede iniciarse un efecto dominó que afecte a otros países, cuyo nivel de endeudamiento y déficit público tampoco son viables si tienen que pagar sus deudas en solitario sin la ayuda Europea. En este sentido, si Europa quiere una moneda común, al menos, tendrá que tener una política fiscal común (esto implica renunciar a la soberanía fiscal) y poder emitir eurobonos, porque éstas dos últimas cuestiones son la base de una moneda común). Es la única salida para restablecer la confianza en el sistema y generar expectativas favorables de que las deudas se pagan. En definitiva, supone tener un banco central que puede emitir moneda en la misma denominación que los compromisos que se adquieren. No se puede echar balones fuera durante tanto tiempo porque donde no hay confianza, no hay expectativas. Y, donde no hay expectativas favorables, no puede haber una moneda común. Esto es cierto con Grecia dentro del Euro, o fuera del Euro.

El final dependerá de muchos factores y los resultados sobre los costes y beneficios de salvar o no a Grecia; y, de qué Grecia se quede o no en el  Euro están en su fase decisiva. Pero esto no obvia, que la tragedia griega ya toca a su fin.  Las expectativas se han desvanecido y la incertidumbre campa por doquier.

Daniel Sotelsek

Un nuevo Bretton Woods del mundo emergente

“A New Bretton Woods for the Emerging World”

 Last June was the 70th anniversary of the Bretton Woods agreement signing. That day, on July the 22nd of 1944, in the city of New Hampshire, the creation of three institutions that would form the core at the center of the worlds’ economic and monetary policy took place. The shared goal was to adopt a system that would maintain the exchange rate tying the currency to the U.S. dollar, and tying the later to gold. The fantastic trio was formed by: the International Monetary Fund (IMF), in charge of the monetary stability and the financial crisis management; the World Bank, supporting the system as a development bank by lending money to the poorest countries; and The General Agreement on Tariffs and Trade (GATT), which served as a debate forum to encourage international commerce.

“Un nuevo Bretton Woods del mundo emergente”

bretton woodsEl pasado junio se cumplían setenta años de la firma en New Hampshire de los “acuerdos de Bretton Woods”. (BW) En esa efemérides, el 22 de julio de 1944 se creaban, entre otras instituciones, las tres que formarían el núcleo central de lo que vendría a ser el núcleo de la política económica y monetaria mundial bajo un denominador común: adoptar un sistema de tipo de cambio fijo con el dólar y de éste con el oro. Los tres magníficos eran el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyo principal objetivo era la estabilidad monetaria y la gestión de crisis financieras, el Banco Mundial (BM) que perseguía apoyar el sistema, como banco de desarrollo prestando a los países más pobres y el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio General (GATT en sus siglas en inglés) que tenía por misión ser un foro de discusión que fomentara el comercio internacional.

 Es curioso pero en ese año de 1944 también se cumplían casi setenta años desde que Alemania adoptara en 1871 el patrón oro (seguido rápidamente por el resto de países europeos) y, ahora setenta años más tarde, asistimos a una cumbre en Fortaleza (Brasil) donde los conocidos como países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) se reúnen para tratar básicamente los mismos problemas que hace ciento cincuenta años: el orden económico, financiero y comercial mundial.

 En cuanto a BW no me extenderé en temas que son de sobra conocidos, sino más bien voy a insistir en tres preguntas que considero relevantes: la primera consiste en responder si los acuerdos tuvieron éxito y la respuesta es un rotundo si.   Tras la I y II Guerra Mundial, el mundo ha conocido una época de expansión sin precedentes en cuanto a crecimiento económico se refiere. La distribución de la renta y los niveles de vida de todo el planeta habían progresado y, por último, muchos países se independizaron del régimen colonial para constituirse en naciones libres. Hacia 1971, el sistema comenzó a fallar y el espíritu del sistema de tipo de cambio fijo desapareció; para volverse a sistemas de flotación libres y semilibres.

 Esto nos lleva a la segunda cuestión: ¿Cuál es el sistema de tipo de cambio mejor? Y, la respuesta no puede ser otra que “no lo sabemos” o, mejor dicho estoy seguro de que no lo sabemos.

 El sistema de tipo fijo ayuda a mantener la disciplina, a mantener los objetivos de inflación a raya, a incentivar el comercio, etc, etc. En cambio, el sistema de tipo flexible permite un mayor manejo de la política monetaria, una mayor movilidad de capitales y, también puede mejorar el comercio, amén que reduce la vulnerabilidad.

 Cada día estoy más convencido de que la adopción de sistemas fijos o flexibles responde más a una cuestión de ciclos que de reglas contrastadas. Hacia finales del siglo pasado, la Unión Europea nuevamente ensayó con un sistema fijo (el euro) y diez años más tarde muchos cuestionan la moneda única y piden una mayor flexibilidad. Los países de menor desarrollo ven ahora con buenos ojos sistemas flexibles, que les permiten mantener grandes reservas y sistemas fijos en los países de su entorno. El mejor sistema sería el que acompañe el ciclo y las necesidades de ese momento. La historia reciente nos muestra ese ciclo de adopción de sistemas fijos y flexibles de forma muy clara.

 Por último, la tercera cuestión es si en BW se negociaron las distintas propuestas iniciales de los países: la respuesta a esta pregunta es en parte negativa, pues si bien había varias propuestas, EE.UU .fue el que impuso su criterio a través de la fuerza que le otorgaba tener el 50% del PIB Mundial y el 7% de la población y, además, ser el vencedor de la contienda.

 Básicamente Keynes era el impulsor de una propuesta donde la liberalización del comercio fuera controlada de manera tal de que no se generasen desequilibrios entre las naciones ricas y las pobres. Y, por otra parte, se proponía una moneda internacional (ICU) para hacer crecer la demanda y evitar la deflación. Finalmente EE.UU. impuso sus condiciones: liberalización del comercio sin restricciones y un sistema donde todas las monedas se vincularan al dólar y, donde solo el dólar podía tener la posibilidad de devaluarse con el oro. Y, por supuesto, los organismos estaban controlados por el sistema de cuotas que EE.UU. y sus aliados asignaron en ese momento.

 Dicho esto, en 2014 los países BRICS han decidido dar un paso adelante y organizar una conferencia a imagen y semejanza de BW, al menos en las cuestiones de fondo: cómo organizar una política económica mundial para este grupo de países que ahora representa mas del 25% del PIB mundial y casi el 45% de la población. En cuanto a las formas, Fortaleza no es New Hampshire y Keynes aunque su espíritu mas vivo que nunca en muchos foros, no ha estado presente ni nadie que se le parezca..

 El 15 de julio de 2014, los BRICS se reunieron en su sexta cumbre anual y sentaron las bases para la creación de nuevas instituciones internacionales que de alguna forma vienen a reemplazar, al menos para ellos, al FMI y el BM. Se crea el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB en sus siglas en inglés) para financiar proyectos de infraestructuras y generar un desarrollo sostenible. El capital inicial será de 50 mil millones de dólares (con el objetivo de que la contribución de otros países, le permita llegar a los 100 mil millones dólares); y, una segunda institución denominada Acuerdos de Reservas de Contingencia (CRA en sus siglas en inglés) con un capital de 100 mil millones dólares se asemeja a la idea inicial del FMI.

 

bricsSin embargo los comienzos están siendo difíciles pues China e India se disputan la residencia de la sede (al final será en Shangai); y, Rusia y Brasil se disputan los votos de la Mesa del directorio y de los puestos de los gobernadores, que no siempre van en la misma dirección. Otra cuestión importante es que las magnitudes si importan. China es treinta veces mayor que Sudáfrica, la renta de Rusia e India es de diez veces mayor y, así podemos mencionar muchas más diferencias. En todo caso, un buen comienzo es que el capital inicial del Banco de Desarrollo nace con aportes iguales y esto es una buena señal.

Volviendo a nuestras cuestiones iniciales: ¿Funcionará esta iniciativa? Seguramente si, pues cualquier cuestión que ayude a la coordinación siempre viene bien a la política económica; y, además un banco de desarrollo para países en desarrollo siempre es una buena noticia. En segundo lugar, ¿Cuál será el sistema de tipo de cambio que regirá en el futuro? Como siempre no lo sabemos, pero lo más probable es que China imponga, igual que EE.UU. en 1944, su moneda como moneda de reserva; y, eso implica volver de alguna manera a tipos fijos hacia el interior del subdesarrollo; y, sistemas flexibles con el euro y con el dólar. En tercer lugar ¿Cuál será la tesis que se imponga? sin lugar a dudas será China la que marque el rumbo de ese acuerdo y será China quién posea las cuotas mayoritarias.

Una cuestión pendiente será la actitud de los BRICS ante la estancada y prometida reforma del FMI y el BM. Mucho me temo que no habrá movimientos en el corto plazo y es posible que veamos posturas dispares sobre estos organismos internacionales por parte de los BRICS. Está claro que el futuro de los organismos de desarrollo está en fomentar no solo el desarrollo como en 1944, sino también en fomentar un desarrollo inclusivo y sostenible; y, en este último caso los BRICS llevan ventaja.

Un último punto a tener en cuenta es que este acuerdo nace de forma explícita con una clara voluntad política de fomentar un sistema de regulación internacional multipolar y cooperativo contando con la función central de Naciones Unidas. Es un buen inicio, pues hasta ahora ejemplos como los de Irak y Libia muestran que las decisiones unilaterales no siempre llevan a un buen final.

Daniel Sotelsek

Qué nos espera en el 2014 y qué dejamos atrás

What awaits us in 2014 and what we are leaving behind

At this point,the end of the year, there are many analysis about what has happened in 2013 and what to expect in 2014 and the many different opinions; optimists and pessimists; liberals and conservatives; serious and less serious; those who support the far right or the far right etc…

Qué nos espera en el 2014 y qué dejamos  atrás…….

A estas alturas, último día del año, ya son muchos los análisis que se han hecho sobre lo que pasó en 2013 y que nos espera para 2014 y además tenemos como siempre diversas opiniones; optimistas y pesimistas; liberales y conservadoras; serias y menos serias, ideológicas de izquierdas y de derechas etc…..

Por todo esto, no creo que pueda yo agregar demasiado rigor al análisis sobre la situación económica a nivel mundial y regional y sobre las perspectivas del futuro cercano, sin embargo si me gustaría reflexionar sobre algunas cuestiones que están en el ambiente …

En primer lugar ya se puede afirmar que la crisis económico-financiera que comenzó en el 2007-2008 está dando sus coletazos finales ( 5 años no está nada mal). Si se toma en cuenta lo que ha sucedido en los mercados de valores, la mayoría de ellos han tenido beneficios por encima del 20% y en algunos casos marcando record histórico al cierre del 2013 como el DJ; esto significa que a las empresas cotizadas les va mejor y eso es cierto al menos en el sector financiero donde los grandes bancos han retomado la senda de los beneficios (es curioso el último anuncio de AIG en un canal de TV de EEUU, donde viene a decir mas o menos:  “confíe en nosotros que siempre cuidamos y cuidaremos de su futuro” y en España han regresado los anuncios de hipotecas eso si “responsables”).

Creo que esto seguirá en el 2014 y que la recuperación será importante sobre todo porque el crédito retorna al mercado en muchas regiones del planeta (América y Asia) y eso hará que en los próximos meses veamos  tasas de crecimiento aceptables junto a recuperación del empleo y aumentos de la productividad.  Mientras las tasas de interés sigan en estos niveles las empresas comienzan a considerar nuevamente los proyectos de inversión (en algún momento pero no será 2014 los efectos de la emisión monetaria  de los bancos centrales se dejará sentir…..sino se esteriliza a tiempo)

En Europa y particularmente en España la situación creo que será muy distinta la recuperación ha venido de la mano de las ayudas financieras y no mucho mas, hubo muchos muchos muchos recortes pero pocas pocas pocas reformas serias, lo cual implica que la calma se logra con grandes esfuerzos por parte del factor trabajo o mejor dicho del  PARO. El crédito no llegará en el 2014 sencillamente por que los bancos no pueden prestar con el capital que tienen y el negocio comprando los bonos de los gobiernos les alcanza para sobrevivir “sin riesgos”: que más se puede pedir en estos momentos. El gran reto en 2014 para la banca europea será  sanear ya no la deuda hipotecaria o del ladrillo sino la deuda empresarial que no para de dar malas noticias en cuanto a su capacidad de recuperación.

La Unión Europea no nos ha defraudado en este fin de año, como viene siendo habitual se han puesto sobre la mesa todas las cartas para crear una Unión Bancaria (requisito necesario aunque no suficiente) y como siempre en el último momento buenas palabras y postergación: hasta cuando los mercados seguirán confiando en este mecanismo de Unión… , no lo sabemos pero el riesgo moral tiene un límite y no es infinito.

Europa y España tendrán un 2014 anodino donde las buenas noticias se presentarán como grandes logros por parte de los gobiernos y las malas noticias como desastres por parte de la oposición pero lo cierto es que no habrá crecimiento que mejora las condiciones de los trabajadores, ni del paro ,ni de la productividad y por ello solo creo que podemos decir que se deja atrás la gran recesión y se sigue en la pequeña recesión a la japonesa.

El otro interrogante para 2014 será América Latina que ya no espera un año tan bueno como los anteriores, los signos de debilidad del precio de algunas materias primas (la demanda ha dejado de crecer por parte de China e India) y la realidad de una enfermedad holandesa en casos como Venezuela, Argentina , México y Brasil se dejaran sentir y es posible que los problemas regresen a la región en términos de inflación y pujas distributivas.  Todo esto sin contar con la situación política que no augura buenas perspectivas al menos de momento.

A continuación adjunto unos datos que creo reflejan de la mejor manera posible la realidad de un 2013 que se acaba y un 2014 que comienza.

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Por último decir que hoy mas que nunca debemos reflexionar sobre la globalización como un fenómeno que se nos presenta contradictorio porque si bien queremos beneficiarnos de sus aspectos positivos (en palabras de D. Rodrik: “integración comercial y financiera intensificada”) a través de accesos rápidos a la tecnología, bienes de capital mas baratos, maximización de las ventajas comparativas del comercio y un mundo integrado en lo financiero (movilidad de capitales) no queremos afrontar cambios para paliar los efectos negativos que provienen básicamente de un exceso de nacionalismo que debilitan las instituciones regulatorias y distributivas tan necesarias para compensar lo que se ha dado en llamar el exceso de capitalismo. En este  siglo XXI  los mercados lucharán para volverse cada vez más globales mientras que las instituciones que pueden ayudar a que los mercados funcionen mejor cada día son mas nacionales (D. Rodrik, 2012): la globalización económica solo será provechosa para el bienestar si logra la globalización institucional.

Cerramos 2013 con este post  agradeciendo a los lectores por su apoyo y colaboración y deseando a todos un feliz año nuevo…

La crisis de Europa acaba de comenzar……….

Banco Central de Japón

The Europe crisis is just beginning ……….

You reap what you sow …

In the last days there have been published the latest statistics of growth of most developed countries. The evolution seems to start showing the effectiveness of the different strategies to deal with the new deceleration of developed economies, which in several cases already it has become recession.

Cosecharás lo que siembras…

En los últimos días se publicaron las estadísticas de crecimiento del primer trimestre del presente año de los principales países desarrollados. La evolución parece empezar a mostrar la efectividad de las diferentes estrategias seguidas para hacer frente a la nueva desaceleración de las economías desarrolladas, que en varios casos ya se ha convertido en recesión.

Al respecto, Japón lanzó en noviembre un ambicioso plan de estímulo tanto monetario como fiscal. En relación al primero, el Banco de Japón se propuso duplicar la base monetaria en un plazo de dos años, a través de la compra masiva de títulos de renta fija públicos y privados. Por el lado fiscal, se anunciaron obras públicas por un monto de 100.000 millones de euros. El objetivo del plan es fomentar el bajísimo crecimiento que evidenció el país en 2012 y salir de una vez por todas de la situación de deflación que lo aqueja hace ya más de una década. En efecto, el Banco de Japón anunció que la ampliación de la base monetaria continuará hasta que la inflación no se ubique en torno al 2% anual. Los primeros resultados del plan son mejores a los esperados, pues el primer trimestre del presente año presentó un crecimiento desestacionalizado de 0,9%, escapando así de la recesión e incrementando todas las previsiones de los próximos períodos.

Sin embargo, la política seguida por Japón no es nueva ni innovadora. Por el contrario, Estado Unidos ya la viene implementando desde el inicio de la crisis. Los resultados saltan a la vista, ya que después de la caída inicial de finales de 2008 y principios de 2009, el gigante norteamericano no volvió a mostrar tasas de variación del PIB negativas. Pero un dato reciente ha sorprendido a los analistas: a pesar de los estímulos fiscales, el déficit del país no solo se redujo, sino que va a presentar valores menores a los esperados. En efecto, el parecer va a terminar el año fiscal 2012 – 2013 con un déficit fiscal del 4% del PIB, cuando se proyectaba que alcanzara el 5,3%.

Por su parte, la Zona Euro exhibió un decrecimiento de 0,2% en el primer trimestre del año, alcanzando así la recesión más larga de su historia. De los países más grandes de la región, solo Alemania se salva –y por muy poco- de estar en recesión. En cambio, Francia mostró la cuarta caída en los últimos cinco trimestres, mientras que Italia y España llevan ya su séptimo trimestre de caída consecutiva.

¿Cuál es el motivo de este diferente comportamiento? Desde ya que son varios, pero a grandes rasgos puede destacarse que mientras Japón y Estados Unidos mantienen políticas monetarias y fiscales expansivas, la Zona Euro recomienda recortes al gasto público y el Banco Central Europeo sigue sin participar de forma tan activa como otros bancos centrales. El ejemplo más claro es la negación de las autoridades monetarias europeas a comprar deuda pública, que contrasta con la actitud de los bancos de Estados Unidos y Japón comprando no solo deuda pública sino también privada. El argumento utilizado es el posible incremento de la inflación, cuando el resto del mundo desarrollado lucha contra la deflación. Así, además, Europa se priva de una fuente de financiamiento que permitiría reducir los recortes e incluso hacer algo de política fiscal contracíclica.

Un último comentario en relación a las políticas monetarias expansivas de Estados Unidos y Japón. Si bien el argumento para actuar de esta forma es reducir los tipos de interés y así fomentar la demanda privada, este comportamiento también provoca una ampliación de la oferta de Yenes y Dólares, lo que reduce su precio. En otras palabras, deprecian su moneda, haciendo más competitiva su economía y beneficiándose no solo del mayor gasto interno, sino también de la demanda externa. Esto, desde ya, es en detrimento de la demanda de otros países. El Banco Central Europeo, realizando una menor política expansiva no solo pone en duda el cumplimiento de las obligaciones de los países miembro e impide que los tipos activos se vean reducidos, sino que también provoca una apreciación relativa de la moneda. Este juego de modificaciones del valor de las monedas, de modo de obtener una ventaja en detrimento del resto de países, con el objetivo de salir de la recesión o fomentar el crecimiento, se denominó guerra de divisas. Es cierto que no es una situación deseable y que requeriría una coordinación internacional para evitarla, pero en este caso, quien no entre en la guerra, saldrá derrotado.

Quizás vale la pena insistir en el argumento de la inflación porque claro que es posible un rebrote inflacionista si los estímulos no se retiran a tiempo, pero pensar en ello en estos momentos, donde está en juego la supervivencia del EURO, es casi un absurdo.

Europa ya no es lo que era…….

Europe is no longer what it was…

The European Union in a full economic recession.

The latest growth figures confirmed that the recession in Europe not only affects the peripheral countries of the South, but also to large northern economies. Europe is another case of the long list of failed attempts to way out of a recession by adjustment policies.

La Unión Europea en plena recesión

Los últimos datos de crecimiento confirmaron que la recesión en Europa no solo afecta a los países periféricos del sur, sino también a las grandes economías del norte. Este comportamiento no es una sorpresa, sino lo esperable a la luz de las políticas contractivas y a los estrechos lazos comerciales entre los países de la Unión Europea. La historia ya nos mostraba que el momento adecuado para la austeridad es el auge, no la recesión. Europa, hoy, no es la excepción, sino un caso más a la larga lista de intentos fallidos de salir de una recesión por la vía del ajuste.

La semana pasada se conocieron los datos de variación del PIB del cuarto trimestre de 2012 de varios países y de la Euro Zona. Se destaca la caída en el nivel de actividad de las cuatro economías más grandes de la Europa: Alemania (-0,6% en relación al trimestre anterior), Francia (-0,3%), Italia (-0,9%) y España (-0,7%). Asimismo, Portugal sigue mostrando una recesión espeluznante (-1,8%). Estas cifras son peores que todas las previsiones hechas tanto por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo, el FMI y la mayor parte de analistas privados.

Crecimiento de la Zona Euro y países seleccionados

Variación trimestral, datos desestacionalizados1

Fuente: elaboración propia sobre la base de Eurostat

Dados estos resultados, la Zona Euro presentó una contracción de 0,6%, la mayor caída desde 2009 y el quinto trimestre consecutivo de variación negativa. Incluso, si ampliamos el tamaño de la región, tampoco se logran mejores resultados, ya que la Unión Europea (27 países) muestra una reducción del nivel de actividad de 0,5%. Es evidente que, a pesar del crecimiento de los países del este, su tamaño no logra compensar la caída en las economías principales. A partir de estos resultados, es evidente que 2013 va a ser un año muy difícil para la UE.

El caso alemán es particularmente ilustrativo, ya que era el único de los países grandes de Europa que aún no mostraba signos de recesión. Esperemos que ante este escenario, y siendo un año electoral, Merkel se decida finalmente por hacer algún tipo de política de estímulo. Por su parte, Francia ya anunció que no será capaz de cumplir con el objetivo de déficit de 3% del PIB para 2013, pero eso no significa que hayan modificado su postura en relación al tema. Por el contrario, afirmaron que el objetivo de déficit cero para 2017 va a ser cumplido. En relación a Italia y España ya no queda mucho que decir: con sus políticas fiscales contractivas hacen todo lo posible por no salir de la recesión, a la vez que no logran la consolidación fiscal.

En otras regiones, Estados Unidos continúa sin retirar los estímulos fiscales, mientras que Japón anunció una política fiscal de estímulo cercana a los 87.000 millones de euros para revertir la situación. Claro que ambos países cuentan con un Banco Central dispuesto a financiar al sector público en estos casos excepcionales. ¿Y el fantasma de la inflación? En Estados Unidos controlada, en Japón sin lograr incrementarla hace décadas. Ya quisieran ellos unos puntos más de inflación para reducir sus deudas.

En Europa también se cuenta con la posibilidad de que el Banco Central financie ciertos países que lo necesiten temporalmente. Una forma es a través de la compra directa de deuda. Pero solo existe esa posibilidad si se pide el rescate, el cual viene con un paquete de ajusta fiscal extremo, por lo que sería contraproducente.

En definitiva, Europa sigue en recesión, y la amplía hacia países que hasta ahora aguantaban. Así, no solo se genera desempleo, sino que tampoco se avanza hacia la sostenibilidad fiscal. Otros países del mundo desarrollado no están mucho mejor, pero al menos parecen intentar algo diferente a seguir ajustando. La esperanza que nos queda es que Alemania, ante su contracción y las elecciones próximas, se anime finalmente a estimular la economía, y una vez pasadas las elecciones permita atrasar los recortes de países con mayores problemas. Esperemos que hasta entonces, ya no sea demasiado tarde.

El problema de fondo es que Europa pierde peso y competitividad y aquél “spirits animal” que nos hacía ser desarrollados comienza a desaparecer. Creo que ya es hora de pensar que el mundo de nuestros hijos ya no será el de una Europa con liderazgo e innovación. Mucho me temo que esos espacios están reservado para otras zonas del planeta.

europa

El tipo de interés y la causa de la crisis….

Los límites del tipo de interés como instrumento estabilizador (1)

Nos encontramos actualmente en una crisis que lleva ya cinco años de duración y que parece no tener fin, en un momento de recaída de la misma, de profunda recesión. Las urgencias son muchas, pero en este post vamos a tomarnos un (necesario) respiro y a pensar en cuestiones más estructurales. En particular, queremos hacer una reflexión de las limitaciones que tiene el tipo de interés como instrumento estabilizador.

El tipo de interés extremadamente bajo en los años previos al estallido de la burbuja es considerado uno de los causantes de la crisis. Taylor incluso afirmó que el tipo establecido por la Fed se encontraba por debajo del recomendado por su famosa regla monetaria. Los tipos bajos suelen estar asociados a ahorros abundantes, sin embargo Estados Unidos en los años previos a la crisis presentó porcentajes ínfimos de ahorro, reflejado en su fuerte déficit de cuenta corriente. Entonces, ¿cómo pudo combinar tipos bajos con ahorros pequeños? La respuesta es que el ahorro provenía de otra parte del planeta: los países con superávit de cuenta corriente y fuerte acumulación de reservas internacionales, como Asia en desarrollo (en especial China), productores de petróleo, Latinoamericanos, etc.

De esta forma, es evidente que una política mayores tipos por parte de la Fed hubiera sido prudente e incluso deseable. Pero, ¿hubiera esto evitado la crisis? Claramente no. Veamos por qué.

En primer lugar, los tipos que regula la Fed son de muy corto plazo, mientras que los tipos relevantes para el mercado inmobiliario son a 15 ó 30 años, tipos que no bajaron tanto. Además, otros países como Gran Bretaña o España no redujeron tanto los tipos, pero también presentaron una importante burbuja.

Pero también hay un motivo más estructural respecto a la dificultad de los tipos de interés para desinflar burbujas. Las inversiones productivas se realizan siempre que el beneficio porcentual esperado o tasa interna de retorno (eficiencia marginal del capital en términos de Keynes) sea mayor que el tipo de interés. En caso de ser igual o menor, los inversionistas preferirán colocar su capital en activos más seguros y que lleven menos trabajo, como un inversión pasiva. Entonces, es cierto que un tipo más elevado hubiera reducido el ciclo ascendente previo a la crisis. Pero, ¿hubiera afectado al sector inmobiliario?

Evidentemente no, dado que su retorno esperado era posiblemente el mayor de toda la economía. Así, para lograr afectar una burbuja en forma significativa a través de los tipos de interés de referencia es necesario incrementarlos tanto que haría inviable cualquier actividad productiva. Sin llegar a este extremo, un tipo más elevado hubiera afectado actividades cuyo crecimiento habría sido estructural, sin presencia de burbuja, por lo que su rendimiento era relativamente menor, al igual que su caída posterior. En cambio, poco hubiera hecho para ralentizar la creación de la burbuja.

En definitiva, es muy importante tener esto presente a futuro. Es necesario crear otros mecanismos para desinflar las burbujas a tiempo y evitar situaciones como las actuales. Después de todo, el tipo de interés es utilizado para controlar la inflación, en muchos países también para regular el crecimiento y el desempleo, en países pequeños generalmente en desarrollo también para controlar los movimientos del tipo de cambio. ¿Dónde quedó ese precepto que decía “un instrumento de política para cada objetivo”? Que desinfle burbujas, ya es mucho pedir…

Una posibilidad a considerar sería que el regulador bancario exigiera requerimientos de capital diferenciales según sectores. Así, en caso de identificar un sector que presente comportamiento del estilo de las burbujas, se puede exigir un mayor requerimiento de capital. Así, se incrementará el tipo al que se financie el sector sin afectar a los otros. Posiblemente, de esta forma tampoco se desinflaría una burbuja, por los mismos motivos expuestos anteriormente. Pero una señal de este estilo por parte de la autoridad monetaria puede servir como señal de alarma de los inversores y, en el mejor de los casos, para moderar sus expectativas de beneficios. Así, no solo se estaría incrementando los tipos, sino también reduciendo la eficiencia marginal del capital. Asimismo, se estaría fortaleciendo la posición de capital de las entidades bancarias, haciéndolas más resistentes a un eventual estallido de la burbuja. En efecto, una política realmente contracíclica es aquella que fortalezca la posición de solvencia en los auges, permitiendo así un deterioro en las recesiones.

Creo que aclarar y debatir este punto nos ayuda en dos direcciones: la primera es que el tipo de interés bajo no ha sido la causa fundamental de la crisis y la segunda es que la regulación todavía no discrimina el tipo de interés.

(1) Este post nace de la discusión que mantenemos con Guido Zack respecto al rol que juega el tipo de interés en la crisis.

Un nuevo aniversario de la crisis y van 5 años…

LA LUZ AL FINAL DEL TUNEL

Fue hace 5 años, un mes de agosto cuando dos episodios, entre muchos que luego se sucederían,  marcaban el inicio de la crisis, el primero fue la reacción de Bearn Stern cerrando dos fondos de inverisón hipotecarios y segundo cuando el Banco Northern Rock sufrió una retirada de depósitos como consecuencia del cierre del mercado interbancario. De allí en mas, y hasta hoy, la historia es mas o menos conocida y ustedes tienen muchos  artículos y blogs que en estos días lo explican de una manera detallada. Al fin y al cabo, una de las cosas que se le da mejor a los economistas es explicar muy bien lo que ha sucedido. Por ello he renunciado a escribir sobre la historia reciente.

Pero el objeto de este post es reflexionar sobre tres cuestiones que creo pueden aportar algo al debate: (Mas aún si tenemos en cuenta la elección de un vicepresidente republicano del TEA PARTY para las próximas elecciones de Estados Unidos, y con una Comunidad Europea que solo tiene entre sus recetas la reducción de gastos y no mucho más).

1. La “auto regulación de los mercados” es una de ellas y es lo único que importa, porque  una vez se salga de esta crisis y, por definición siempre se sale, la cuestión será  si volveremos a pensar que lo mejor es que dejemos funcionar libremente a los mercados o los regulemos con el objeto de preservar el bienestar social. Esta crisis como ninguna otra nos ha mostrado la cara mas dura de las carencias del mercado para auto regularse, sobre todo hay dos razones: una es porque los intereses del mercado no tienen horizonte temporal ni social y por ello es necesario intervenir. Una segunda y, esta si es una novedad, es que la globalización ya no permite errores como los que han sucedido sin que ocurran graves consecuencias (por ejemplo que Grecia volverá a los niveles de vida de hace varias décadas).

Esta globalización ha hecho que  en estos 5 años pasemos de ver el video de las hipotecas de Alabama  a viñetas del desastre del euro y que ahora ya estemos jugando con la posibilidad de un default en USA….en fin la auto regulación ha generado una deuda de caso 50 trillones de dólares (hagan el ejercicio, lápiz en mano de escribir la cifra) y lo peor es que nadie sabe nadie contesta.

2. La posibilidad que esta crisis que lleva 5 años se transforme en estancamiento más inflación: no sería la primera vez ,, pero si sería la primera vez que esto sucediese de manera global y por lo tanto el circulo vicioso sería muy difícil de romper. Ya sé que me dirán que en estos momentos lo importante es apagar el fuego y no diseñar estrategias sobre fuegos futuros, pero mucho me temo que esto ya está en marcha no solo en USA sino también en muchos países Asiáticos y cuando el BCE empiece a comprar deuda de países europeos  ya estará en marcha en Europa (en todo caso soy de los que piensan que si no hay Eurobonos o algo parecido Europa no puede continuar como hasta ahora y por eso creo que el BCE debe dejarse de tonterías  y actuar sino será como la orquesta del TITANIC).

Cómo se puede romper este círculo vicioso: la respuesta no es fácil, porque nadar y guardar la ropa al mismo tiempo es muy complicado, pero lo cierto es que ganar tiempo solo debería tener un objetivo: “AUMENTAR LA PRODUCTIVIDAD” que es la única solución cuando el problema es global: ya no hay margen para guerras comerciales ni para devaluaciones. A continuación debemos pensar que ese aumento de productividad solo se logra con REFORMAS ESTRUCTURALES muy dolorosas pero REFORMAS y no recortes. Eso si,  hay que blindar  ese esfuerzo y aquí el Estado tiene mucho que decir ya que si esto se logra debería aumentar la cuota parte de los trabajadores en ese logro y no como ha sido hasta ahora: por ejemplo en USA donde la participación del salario ha ido muy por debajo del incremento de la productividad.

3. La última cuestión que quería mencionar es sobre el “Estado de Bienestar” en Europa y Estados Unidos, creo que este punto era tema de elección cuando las cosas iban bien en todo el mundo y por ello había modelos como el americano y modelos como el Europeo, pero tengo la sensación que esta crisis que lleva 5 años, y cuya estela será larga, nos debe hacer pensar que los modelos deben converger. Es probable que el Bienestar tal cual lo conocemos en Europa, o en España para ser más preciso, no será el mismo y por ello debemos ser muy cautos y cuidadosos en distinguir el polvo de la paja y quitar aquello que realmente hace menos daño al bienestar de los individuos, no hay lugar para el corporativismo ni para los privilegios por encima de los derechos. También es probable que el bienestar tal cual se conoce en América deba mejorar, no es posible dejar fuera del sistema a millones de excluidos y por lo tanto, poco a poco es necesario incluir a esa gente con servicios universales en salud y educación (solo estoy pensando en la PRODUCTIVIDAD). En definitiva en un mundo global las condiciones de bienestar debe ser también globales.

Mi intención es reflexionar sobre temas que creo son relevantes y dejar por un momento (este quinto aniversario nos lo permite) la coyuntura y el corto plazo, para debatir lo que creo  son los problemas de fondo mas allá de la supervivencia del euro.

España en jaque

Daniel Sotelsek y Guido Zack

Cada día es más evidente que la estrategia del gobierno para enfrentar la crisis está destinada al fracaso. España está ante una situación en la que ningún país quiere estar: recesión, desempleo intolerable, con escasas herramientas para enfrentarlo, dado que la política monetaria está fuera del control de directo, mientras que la fiscal se encuentra muy limitada por las dudas sobre la solvencia. No obstante, que las herramientas sean escasas no significa que sean nulas. Pero lamentablemente el gobierno está tomando las equivocadas, aquellas que empeoran la situación y que dejan a la política económica con cada vez menos posibilidades. Solo de esa forma se explica que cada medida de política que se toma es tomada por los mercados con un incremento de la prima de riesgo. Llegados a este punto el mercado quiere ver crecimiento y no mucho más lo demás son especulaciones y el asunto es si trabajar para el mercado o para los especuladores.

El gobierno parece no entender que las medidas de ajuste no provocan una mejora en la situación fiscal del país. El cálculo es sencillo: el multiplicador keynesiano es cercano a 0,7 en la economía española, mientras que la elasticidad de la recaudación respecto al PIB se ubica alrededor de 2. Así, por cada 1% que se reduce el gasto (o se aumenta el ingreso), la economía deja de crecer 0,7% y la recaudación 1,4%. Así, el resultado fiscal se deteriora 0,4%. Por su parte, el desempleo sigue su marcha ascendente y el descontento social va creciendo, poniendo el riesgo la estabilidad de las instituciones, entre ellas al Euro.

La situación, como decíamos, no es nada fácil. Pero el gobierno debería negociar con la Comisión Europea y el Banco Central Europeo antes de actuar. Si estas instituciones “recomiendan” los recortes del gasto como única medida posible, se debería negociar compra de deuda española en el mercado secundario a cambio, de forma de bajar la prima de riesgo y que el recorte al menos sea capaz de reducir el déficit. Como decíamos en un post reciente, si la prima no baja, gran parte del ajuste se termina gastando en mayores intereses de la deuda. El gobierno no debe olvidar que España es un país sistémico de la Zona Euro, en la terminología financiera es “demasiado grande para quebrar”. De esta forma, una salida de España de la moneda única tendría costos elevadísimos no solo para nuestro país, sino para toda la región, más aun teniendo en cuenta que lo más probable es que también se arrastre a Italia. Por esto mismo es que tampoco termina de comprenderse la actitud tan reacia del BCE de no intervenir nuevamente en el mercado secundario.

Con las medidas adoptadas hasta el momento, solo se logra perpetuar la recesión. Y como decíamos también en un post anterior, país que no crece no es solvente. El rescate no logró calmar a los mercados, tampoco lo hizo el ajuste récord de 65.000 millones de euros. Ahora, las novedades son el pedido de rescate de Valencia, al que se sumarían otras Comunidades Autónomas. De inmediato la bolsa reaccionó con una caída del 5,8%, una violencia no vista desde el 14 de mayo de 2010, justamente el día que Zapatero hizo el anuncio de su recorte más fuerte (¿casualidad?). La prima de riesgo subió hasta alcanzar los 610 puntos básicos, valor que de permanecer obligará a España a pedir el rescate completo. En ese caso, ya no habrá discusión: el rescate vendrá con exigencias macroeconómicas de más ajuste, lo que se traducirá en más recesión, más déficit y más ajuste. También en más desempleo, más descontento social, más manifestaciones, hasta que España ya no estará en jaque, sino en jaque mate.

En todo caso también me gustaría decir que la situación no es sencilla, si se rompe el bipartidismo y entran en escena los especuladores políticos es posible que la prima de riesgo suba aún mucho más y es probable que ni el  rescate sea posible. Grecia es un buen ejemplo de lo que digo, en Septiembre vuelve el sainete y no creo que la cuerda se pueda seguir estirando.

Las apuestas han cambiado, ahora se trata de ver si Grecia se sale del euro o no y si España como dijimos más arriba, es “demasiado grande para caer” (la huida de depósitos no parece confirmar esta afirmación).

Para terminar me gustaría dar una opinión sobre el ajuste que está practicando el gobierno: reducir no es transformar y la economía española y mucho de lo que hay ella desde el carbón hasta los astilleros pasando por el parlamento y la administración pública necesita reformas y no reducciones…….

España e Italia llegan a la final y se imponen en la cumbre del Euro

España e Italia llegan a la final y se imponen en la cumbre del Euro

Alemania ha perdido dos-cero frente a Italia, con goles de Monti y Rajoy  quienes contaron con la buena suerte y un árbitro de lujo: Holland.

El jueves y viernes se realizó en Bruselas la cumbre de líderes europeos. En la agenda había numerosos temas de gran relevancia. Uno de los principales era la forma en que se terminaría formalizando el rescate a la banca española. En especial se discutiría la forma en que se iba hacer llegar el dinero a las entidades. La forma estipulada por la Unión Europea era necesariamente a través de los estados. Así, el rescate iba a generar un incremento en la deuda pública española, así como en el déficit a través de los intereses, además de que abría la puerta a exigencias de parte de Bruselas al Estado, dado que éste era el deudor directo. La posición del Gobierno era intentar que el dinero llegase en forma directa a los bancos, pero no existía mecanismo para formalizar este tipo de ayuda. Los detractores de esta idea argumentaban que Bruselas no podía otorgar un crédito directo a los bancos, dado que su supervisión era responsabilidad de los respectivos estados.

El otro tema de relevancia era el pedido de España e Italia de hacer un uso “flexible” de los fondos del rescate, permitiéndoles comprar deuda soberana en el mercado secundario, de los países sometidos a presión de los mercados pese a estar realizando las reformas necesarias. Así, se posibilitaría disminuir los tipos de interés, sin ser sometidos a planes de ajuste adicional, sino simplemente cumpliendo con las recomendaciones ya realizadas por la Unión Europea.

Un tercer tema, de menor relevancia, fue el disparador de la discusión. Al tratar la aprobación del plan de crecimiento de 120.000 millones de euros, ideado por las principales economías del continente, los mandatarios de España e Italia (apoyados por Francia) se negaron a formalizar el acuerdo. Para ello, solicitaban medidas adicionales tendientes a estabilizar los mercados financieros, de forma de relajar las primas de riesgo que ambos países estaban enfrentando y que eran poco sostenibles por mucho más tiempo.

Para sorpresa de muchos, la presión surtió efecto, en parte también por el apoyo del gobierno francés. Por un lado, se decidió que se comenzará a desarrollar el mecanismo por el cual el Banco Central Europeo se convertirá hacia fines de año en el supervisor único de las entidades financieras. Así, se da un gran paso en pos de la unión bancaria, y se permitirá que el rescate a la banca se desarrolle en forma directa, imponiendo condiciones a las entidades ayudadas y, al menos en los papeles, no a los Estados. Asimismo, no incrementará el endeudamiento ni el déficit público, evitando la exigencia de ajustes adicionales. Incluso, los fondos de rescate perderán su carácter de acreedor preferente, algo que intranquilizaba mucho a los otros acreedores. Por otro lado, también se podrá adquirir deuda en el mercado secundario con los fondos de rescate, lo que permitirá incrementar el poder de fuego para controlar la prima de riesgo.

En definitiva, la cumbre ha sido una buena señal en medio de una tormenta perfecta. Las modificaciones darán un mayor margen de maniobra a las instituciones tanto europeas como nacionales. En el corto plazo, permitirán que se pueda controlar los costos de las financiaciones de los países de la Unión Monetaria. Pero los más importante es que deja en claro la posición de los gobernantes europeos de enfrentar la crisis con más Europa, y no con la disolución del Euro. Es un pequeño paso en la dirección correcta, que debe complementarse con menores exigencias respecto a los ajustes y con avances hacia la unión fiscal, de forma de interrumpir el proceso recesivo en el que gran parte del continente se ve inmerso.

Ahora bien esto se llama cesión de soberanía, El Banco de España ya no tendrá tutela sobre el sistema y lo más probable (una vez se conozca la letra pequeña) es que al final Merkel dará el visto bueno siempre y cuando la unión fiscal sea una realidad porque Europa es lenta en la toma de decisiones pero los estados a través de sus parlamentos nacionales son muy poco de fiar a la hora de cumplir los sacrificios.

Como ya dije son buenas noticias, esperemos que la final del domingo no sea un presagio sobre la posibilidad de un solo ganador España o Italia, por el contrario lo ideal sería que todos ganen. Estos acuerdos permiten esbozar un pequeño gesto al mundo: Europa se pone de pié. Ahora bien no echemos las campanas al vuelo: distribuir el ajuste entre más ciudadanos, en este caso europeos del norte, no disminuye ni el monto del ajuste ni los problemas de productividad  y seguramente la alegría de unos se verá compensada por el cabreo de los otros.

Aprovechemos la oportunidad……………