España ante la encrucijada

España ante la encrucijada.

A few days away from an unprecedented political outcome, Spain faces another challenge (internal and external) that feels very similar to the one it had to face in 2008.

A solo unos días de un desenlace político inédito, España se enfrenta nuevamente a dos desafíos (interno y externo) similares a las que tuvimos que enfrentar en 2008.

En cuanto a la coyuntura interna, aparte del lio político que debo confesar ni lo entiendo ni creo que valga la pena profundizar mucho, el país tiene un nuevo desafío y es el de funcionar con un gobierno en minoría parlamentaria que sea capaz de llegar a acuerdos suficientes que garanticen la gobernabilidad.

Si los políticos, la opinión pública y la ciudadanía no entienden este nuevo escenario se hará muy difícil avanzar. La mejor muestra de que cuesta entenderlo es que las cuatro formaciones con aspiraciones de gobierno presentaron un programa electoral para el 20-D que sabían no iban a cumplir.

Pactar es ceder. Por eso, para que el electorado mejor informado pueda elegir, los partidos también deberían haber incluido en los programas el “grosor de sus líneas rojas”. De lo contrario, la alternativa que se impone es una visión asamblearia en la que en el momento en que las formaciones tienen que pactar, los partidos políticos nos dicen a los ciudadanos que consultarán a sus bases; pero se olvidan que no son las bases las que votan, sino los ciudadanos . Para muestra un botón, los militantes del PSOE -200 mil afiliados- pueden validar una propuesta de pacto que no consultarán a los 5,3 millones de sus votantes.

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En cuanto a la economía, la situación de lo que llamamos Macroeconomía está ahí, casi todos afirman que es mucho mejor y debemos entender que “sí” que la macro tiene que ver con la micro, solo es una cuestión temporal pero si la macro está bien la micro también. De lo contrario algo falla y quizás sea la propia macro pues no es de recibo pensar que la economía se divida en macro y micro sino que al final es una sola.

Un buen ejemplo es la medida del crecimiento económico y de la desigualdad. En el primer caso, si medimos el crecimiento económico a través de su evolución observamos cómo de una caída del 3,6% en 2009, la economía ha crecido al 3,4% en 2015. Pero como nos recuerda Hausman Klinger y Wagnern en un Documento de Trabajo muy interesante, hay diferencias a la hora de mirar el crecimiento: bien, a través del diagnóstico (tasas de crecimiento) bien, a través de la teoría económica (productividad total de los factores. PTF), o bien, a través de las opiniones (basado en ranking internacionales).

En este sentido, aún cuando la tasa es positiva cuando uno analiza el índice de competitividad global, la situación ya no es tan alentadora. Para dar solo un par de cifras (el índice tiene 12 pilares), en 2008 España ocupaba el lugar número 29 de este índice y hoy ocupa el 33; en algunos pilares como el institucional hemos pasado de estar en el lugar 43 al 65; y, en cuanto al ambiente macroeconómico, la situación ha ido a peor, pasando de estar en el lugar 30 al 116 . Por último, si usamos la teoría y una medida del PTF realizada por el (Banco de España) BDE entre 2002 y 2007, éste ha caído un -0,4; y, entre 2008 y 2012 ha caído -0,2; y, se espera que en el período 2013 al 2015 también tenga tasas negativas (aunque, a decir verdad, según se mire el mercado de trabajo, a veces estos datos bailan un poco).

En definitiva, España crece, pero no es competitiva internacionalmente y su productividad va en caída libre. Quizás esto puede explicar la disonancia que percibimos cuando observamos cómo vive la gente. Quizás el crecimiento se justifica por el comportamiento de las tres variables con que todo ministro de Economía sueña: una caída del precio de petróleo en una economía totalmente dependiente; una devaluación de su moneda del 20% en los últimos dos años; y, un Banco Central que está dispuesto a comprar toda la deuda a intereses bajos. Pero no nos engañemos: quizás lo que falla no es el puente entre la macro y la micro; sino que la propia economía no está tan bien.

El otro punto a debate es la desigualdad en España. La mayor parte de los ciudadanos tiene la percepción que esta crisis ha generado una situación de injusticia y desigualdad sin precedentes. Lo primero que deberíamos decir a la ciudadanía es que esta percepción no es del todo cierta. España ya figuraba antes de la crisis entre los países con mayores niveles de desigualdad de la UE, región que por cierto tiene una distribución bastante igualitaria comparada con otros países. El segundo comentario que hay que señalar es que cuando crece el ingreso (como sucedía antes de 2008), el problema de la desigualdad tiene que ver más con la estabilidad que con el tamaño. En otras palabras, que si nos va bien, solemos preocuparnos menos por la desigualdad.

Dicho esto, si es cierto que a partir de la crisis las rentas medias y bajas han sufrido un golpe importante. Y “la renta anual equivalente de la población” ha pasado en media de 17.000 € a 14.150 € entre 2009 y 2014. Pero lo mas importante de todo es que este impacto ha sido muy desigual: el primer decil de renta equivalente (10% de los más pobres) ha caído un 32,6 % durante el período de mayor ajuste 2008-2014, mientras que el décimo decil (10% mas rico) solo ha caído el 16%. O sea que cuando las cosas van mal, la distribución de los esfuerzos entre los ricos y los pobres es desigual.

La distribución de los esfuerzos es, por tanto, el meollo del asunto. El debate sobre la sobre la desigualdad debería centrarse en esta cuestión, más que en el propio indicador GINI (indicador de desigualdad). Las políticas públicas deberían orientarse a incorporar mecanismos para que una vez recuperada la economía, sean los sectores mas desfavorecidos los que reciban una recuperación mayor que los sectores más favorecidos.

Pero las cifras muestran otro dato curioso. Desde el decil 5 al 9 (una gran parte de la clase media) la caída y el esfuerzo es muy parecido al de las clases más favorecidas. Mi opinión es que, en esta primera etapa, es urgente recuperar a ese porcentaje que ha sufrido la crisis de forma mucho mas dura; y dejar para una segunda etapa, la mejora en la distribución entre toda la población. Esta elección implica que las políticas de apoyo deben ser claras y contundentes si esto es lo que se quiere, pues de lo contrario podemos caer en la tentación de recuperar a las clases medias, a costa de dejar en la cuneta a los sectores menos favorecidos.

Quizás valga la pena mencionar dos cuestiones adicionales que pueden condicionar los niveles futuros de desigualdad: una es la cuestión demográfica: el envejecimiento de la población y la precariedad laboral amenazan el mantenimiento de las futuras pensiones; y una segunda tiene que ver con la educación como vector de formación de un capital humano, que puede generar aumentos de productividad.

Respecto a la educación, cada vez hay más consenso en que lo relevante es discutir los aspectos relacionados con la calidad y no con la cobertura universal. Matiz que no siempre es bien entendido en los sectores progresistas de nuestra sociedad, puesto que la calidad es lo único que puede asegurarnos una mejor distribución de la renta en el futuro. La cobertura universal puede ser muy bien recibida, pero no asegura como hemos comprobado en los últimos 25 años mayores niveles de igualdad.

Otro tema que nos toca de cerca es la vulnerabilidad de nuestra economía frente a la amenaza de una crisis mundial, que de llegar a producirse causará estragos. La caída de las bolsas, si bien los mercados han exagerado en su reacción, auguran que algo está pasando. Las políticas monetarias no han logrado sacar adelante a las economías más desarrolladas, lo que a su vez genera problemas en el sector bancario. Este cada vez tendrá mas dificultades, tanto por el lado de una mayor regulación como, y esto es lo relevante, por la disminución de los márgenes del negocio, lo que amenaza la propia existencia del concepto bancario comercial tal cual lo conocemos hoy.

Por lo tanto, es obvio que habrá crisis del negocio bancario y en algún momento descubriremos que los bancos centrales tienen un límite. A este escenario, le sumamos que la panacea de los BRICS se ha esfumado. A excepción de la India todos los países de este grupo se encuentran en recesión y con problemas muy serios en sus estrategias de desarrollo. Al fin y al cabo pensar que las materias primas desarrollan a los países es un concepto poco realista en la historia económica.

Con este panorama no es de extrañar que en los próximos semestres asistamos a fuertes desajustes de la economía mundial, que pueden provocar serios reveses en la economía que afecten al movimiento de capitales, el comercio mundial y produzcan una ralentización del crecimiento.

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Con este escenario, vuelve a ponerse de moda el argumento del estancamiento secular, concepto puesto en circulación a fines del año 2013, por el ex Secretario del Tesoro de Estados Unidos, Lawrence Summers. La idea no es nueva, viene de los años 30 del siglo pasado cuando Hansen (1938) atribuyó las dificultades para recuperar los niveles de actividad a factores de orden estructural. Hoy muchos piensan que la situación es similar; ya que, si bien hemos salido de la crisis, entramos en un estancamiento secular que no permite a la economía aprovechar su potencial. Summers habla que la diferencia entre lo que producimos y lo que podemos producir con nuestros recursos y tecnología es del 10% y todo esto porque hay factores estructurales que no permiten igualar los ahorros con la inversión. Por el contrario hay un exceso de ahorro y una exigua inversión, los precios caerán y la demanda no se recupera. Esto no es una nueva recesión sino que estamos transitando un estancamiento que a veces se disimula con políticas públicas pero estas no han sido suficientes o pero aún han sido poco adecuadas y cada tanto la realidad aparecerá en forma de amenaza de recesión hasta que por fin seamos capaces de explotar nuestro potencial, crear demanda e invertir (el ABC de la economía)

Más pronto que tarde, el próximo gobierno de España debe definir políticas que, por un lado, incluyan respuestas a las amenazas externas, que vendrán de la mano de contagios y que afectarán básicamente a las cuentas externas y a nuestra capacidad de financiación. Y, por otro lado, a las amenazas internas ocultas bajo la superficie, lo que implica tomarse en serio que crecer no es solo tener una “tasa de crecimiento”, sino, básicamente, mejorar la productividad y la competitividad internacional. Y, mientras reparar los efectos de la crisis en las capas mas desfavorecidas, que si bien no son muchos en términos cuantitativos si lo son en términos de perjuicios. El populismo puede echar por traste esta estrategia, y las políticas conservadoras pueden ahondar en las restricciones de una convivencia social que el 20% mas pobre de la población no creo que pueda seguir soportando.

Un nuevo aniversario de la crisis y van 5 años…

LA LUZ AL FINAL DEL TUNEL

Fue hace 5 años, un mes de agosto cuando dos episodios, entre muchos que luego se sucederían,  marcaban el inicio de la crisis, el primero fue la reacción de Bearn Stern cerrando dos fondos de inverisón hipotecarios y segundo cuando el Banco Northern Rock sufrió una retirada de depósitos como consecuencia del cierre del mercado interbancario. De allí en mas, y hasta hoy, la historia es mas o menos conocida y ustedes tienen muchos  artículos y blogs que en estos días lo explican de una manera detallada. Al fin y al cabo, una de las cosas que se le da mejor a los economistas es explicar muy bien lo que ha sucedido. Por ello he renunciado a escribir sobre la historia reciente.

Pero el objeto de este post es reflexionar sobre tres cuestiones que creo pueden aportar algo al debate: (Mas aún si tenemos en cuenta la elección de un vicepresidente republicano del TEA PARTY para las próximas elecciones de Estados Unidos, y con una Comunidad Europea que solo tiene entre sus recetas la reducción de gastos y no mucho más).

1. La “auto regulación de los mercados” es una de ellas y es lo único que importa, porque  una vez se salga de esta crisis y, por definición siempre se sale, la cuestión será  si volveremos a pensar que lo mejor es que dejemos funcionar libremente a los mercados o los regulemos con el objeto de preservar el bienestar social. Esta crisis como ninguna otra nos ha mostrado la cara mas dura de las carencias del mercado para auto regularse, sobre todo hay dos razones: una es porque los intereses del mercado no tienen horizonte temporal ni social y por ello es necesario intervenir. Una segunda y, esta si es una novedad, es que la globalización ya no permite errores como los que han sucedido sin que ocurran graves consecuencias (por ejemplo que Grecia volverá a los niveles de vida de hace varias décadas).

Esta globalización ha hecho que  en estos 5 años pasemos de ver el video de las hipotecas de Alabama  a viñetas del desastre del euro y que ahora ya estemos jugando con la posibilidad de un default en USA….en fin la auto regulación ha generado una deuda de caso 50 trillones de dólares (hagan el ejercicio, lápiz en mano de escribir la cifra) y lo peor es que nadie sabe nadie contesta.

2. La posibilidad que esta crisis que lleva 5 años se transforme en estancamiento más inflación: no sería la primera vez ,, pero si sería la primera vez que esto sucediese de manera global y por lo tanto el circulo vicioso sería muy difícil de romper. Ya sé que me dirán que en estos momentos lo importante es apagar el fuego y no diseñar estrategias sobre fuegos futuros, pero mucho me temo que esto ya está en marcha no solo en USA sino también en muchos países Asiáticos y cuando el BCE empiece a comprar deuda de países europeos  ya estará en marcha en Europa (en todo caso soy de los que piensan que si no hay Eurobonos o algo parecido Europa no puede continuar como hasta ahora y por eso creo que el BCE debe dejarse de tonterías  y actuar sino será como la orquesta del TITANIC).

Cómo se puede romper este círculo vicioso: la respuesta no es fácil, porque nadar y guardar la ropa al mismo tiempo es muy complicado, pero lo cierto es que ganar tiempo solo debería tener un objetivo: “AUMENTAR LA PRODUCTIVIDAD” que es la única solución cuando el problema es global: ya no hay margen para guerras comerciales ni para devaluaciones. A continuación debemos pensar que ese aumento de productividad solo se logra con REFORMAS ESTRUCTURALES muy dolorosas pero REFORMAS y no recortes. Eso si,  hay que blindar  ese esfuerzo y aquí el Estado tiene mucho que decir ya que si esto se logra debería aumentar la cuota parte de los trabajadores en ese logro y no como ha sido hasta ahora: por ejemplo en USA donde la participación del salario ha ido muy por debajo del incremento de la productividad.

3. La última cuestión que quería mencionar es sobre el “Estado de Bienestar” en Europa y Estados Unidos, creo que este punto era tema de elección cuando las cosas iban bien en todo el mundo y por ello había modelos como el americano y modelos como el Europeo, pero tengo la sensación que esta crisis que lleva 5 años, y cuya estela será larga, nos debe hacer pensar que los modelos deben converger. Es probable que el Bienestar tal cual lo conocemos en Europa, o en España para ser más preciso, no será el mismo y por ello debemos ser muy cautos y cuidadosos en distinguir el polvo de la paja y quitar aquello que realmente hace menos daño al bienestar de los individuos, no hay lugar para el corporativismo ni para los privilegios por encima de los derechos. También es probable que el bienestar tal cual se conoce en América deba mejorar, no es posible dejar fuera del sistema a millones de excluidos y por lo tanto, poco a poco es necesario incluir a esa gente con servicios universales en salud y educación (solo estoy pensando en la PRODUCTIVIDAD). En definitiva en un mundo global las condiciones de bienestar debe ser también globales.

Mi intención es reflexionar sobre temas que creo son relevantes y dejar por un momento (este quinto aniversario nos lo permite) la coyuntura y el corto plazo, para debatir lo que creo  son los problemas de fondo mas allá de la supervivencia del euro.

Brasil en el punto de mira

La importancia de los países periféricos en la salida de la crisis (visita del Prof. Barbosa)

Esta semana tuvimos el placer de recibir al profesor Alexandre de Freitas Barbosa, investigador del Instituto de Estudios Brasileiros de la Universidad de Sao Paulo y de la Cátedra Celso Furtado de la Universidad Complutense de Madrid. En dos encuentros, uno en el Banco de España y el otro en la sede de CIFF de Alcalá, el Prof. Barbosa nos mostró que es fundamental observar a América Latina para buscar posibles alternativas a las actuales soluciones planteadas para sortear la crisis.

En la reunión en el Banco de España, el lunes de esta semana, la ponencia del Prof. Barbosa se centró en la actualidad de la economía brasilera. En el transcurso de la misma, se encargó de derribar ciertos mitos y de enaltecer algunos logros recientes de Brasil. En particular, opinó que dicho país aún se encuentra lejos de poder escapar al subdesarrollo. Los 40 millones de pobres que aún tiene y la precariedad laboral y en los sistemas de protección social del gigante sudamericano son ejemplos de ello. No obstante, esto no quiere decir que no se hayan alcanzado importantes logros en el pasado reciente. En efecto, se sacó de la pobreza a 30 millones de personas, se creció fuertemente y se sentaron ciertas bases para la positiva evolución futura de la economía.

El encuentro del miércoles en CIFF se basó en temas más teóricos, relacionados con el pensamiento de posiblemente los dos economistas latinoamericanos más influyentes del siglo pasado, Raúl Prebisch y Celso Furtado. Sin embargo, la ponencia buscaba también encontrar los aportes de estos dos teóricos para superar contextos como el que vive actualmente el mundo desarrollado. En particular, afirmó que de la crisis no se sale con medidas ortodoxas. América Latina de los `90 es una prueba de ello. Las políticas de ajustes y la reforma laboral no serán efectivas. Tampoco propone medidas proteccionistas, como algunos académicos dicen que Prebisch y Furtado aconsejarían actualmente, en una mala interpretación de sus textos. Una parte indispensable de la solución a la crisis tiene que ser la creación de un nuevo ordenamiento internacional, una especie de nuevo Bretton Woods, en el que se tenga en cuenta la importancia de las economías “periféricas”.

En definitiva, el Prof. Barbosa nos presentó una mirada alternativa de la crisis, que hasta ahora ningún dirigente político europeo está considerando. Dado que las recetas conocidas por los europeos hasta ahora no están dando los resultados deseados, es posible que sea necesario recurrir a pensamientos diferentes, de otras latitudes. Para ello qué mejor que contar con gente conocedora y experimentada que nos pueda contar una alternativa. Eso fue justamente lo que hizo el Prof. Barbosa.

La reforma laboral

Quizás estemos ante una reforma en profundidad o quizás no como diría MR pero sin duda esta reforma no nos deja indiferente o al menos parece mas reforma que la financiera. Sin duda hay un cambio que nadie discute si los jueces siguen como hasta ahora, considerando casi (lo de casi es una exageración creo que son todos) todos los despidos improcedentes el trabajador verá mermado de 45 a 33 días la indemnización. No creo que esto aumente el paro porque parece que con 5 millones de parados las empresas no estaban esperando esta medida para despedir. Por otra parte aumentan lo argumentos a favor de los 20 días y  casi lo mismo que antes no creo que incremente el paro sustancialmente (digo esto porque con o sin reforma el desempleo no dará tregua hasta el 2013 por aquello que nadie dice nada y es la RECESIÓN)

Pero sin duda la reforma tiene otros puntos relevantes que intentan mostrar que se hace para favorecer el empleo y en especial de los jóvenes, por ejemplo la formación que está muy bien aunque me caben dudas sobre quién hará esa formación porque ahí está el problema (tenemos ejemplos de sobra sobre recursos invertidos en la formación de parados que no dieron sus frutos) de fondo: la capacitación para obtener puestos de trabajo que generen aumento de competitividad. Cuando en los 90 el PP mejoró las cifras del paro se olvidó de este tema y todos fueron a parar a la construcción.

En cuanto al absentismo tampoco parece muy reformador el texto sobre todo porque no toca el sector público donde la cifra de abstenciones es muy superior al sector privado pero es verdad y se nota que la reforma no solo es abaratar el despido sino que alguien ha pensado en la productividad.

Una cuestión más, esta reforma va a generar movilizaciones en la calle y especialmente los sindicatos (tema que no entiendo en el caso de los sindicatos pues la clave por la que sobreviven: negociación colectiva no se ha tocado en profundidad). Todo esto influirá en las expectativas de los inversores que puede afectar el crecimiento y pienso que a estas alturas es casi lo único que importa.

De todas formas creo que al menos se están dando pasos para un debate que nos acerque más a los problemas que tiene España tanto en el corto plazo (deuda elevada si se suma lo público con lo privado) como en el largo plazo (crecer y producir algo que nos compren de fuera??).

 

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