Daniel Sotelsek y Guido Zack
Cada día es más evidente que la estrategia del gobierno para enfrentar la crisis está destinada al fracaso. España está ante una situación en la que ningún país quiere estar: recesión, desempleo intolerable, con escasas herramientas para enfrentarlo, dado que la política monetaria está fuera del control de directo, mientras que la fiscal se encuentra muy limitada por las dudas sobre la solvencia. No obstante, que las herramientas sean escasas no significa que sean nulas. Pero lamentablemente el gobierno está tomando las equivocadas, aquellas que empeoran la situación y que dejan a la política económica con cada vez menos posibilidades. Solo de esa forma se explica que cada medida de política que se toma es tomada por los mercados con un incremento de la prima de riesgo. Llegados a este punto el mercado quiere ver crecimiento y no mucho más lo demás son especulaciones y el asunto es si trabajar para el mercado o para los especuladores.
El gobierno parece no entender que las medidas de ajuste no provocan una mejora en la situación fiscal del país. El cálculo es sencillo: el multiplicador keynesiano es cercano a 0,7 en la economía española, mientras que la elasticidad de la recaudación respecto al PIB se ubica alrededor de 2. Así, por cada 1% que se reduce el gasto (o se aumenta el ingreso), la economía deja de crecer 0,7% y la recaudación 1,4%. Así, el resultado fiscal se deteriora 0,4%. Por su parte, el desempleo sigue su marcha ascendente y el descontento social va creciendo, poniendo el riesgo la estabilidad de las instituciones, entre ellas al Euro.
La situación, como decíamos, no es nada fácil. Pero el gobierno debería negociar con la Comisión Europea y el Banco Central Europeo antes de actuar. Si estas instituciones “recomiendan” los recortes del gasto como única medida posible, se debería negociar compra de deuda española en el mercado secundario a cambio, de forma de bajar la prima de riesgo y que el recorte al menos sea capaz de reducir el déficit. Como decíamos en un post reciente, si la prima no baja, gran parte del ajuste se termina gastando en mayores intereses de la deuda. El gobierno no debe olvidar que España es un país sistémico de la Zona Euro, en la terminología financiera es “demasiado grande para quebrar”. De esta forma, una salida de España de la moneda única tendría costos elevadísimos no solo para nuestro país, sino para toda la región, más aun teniendo en cuenta que lo más probable es que también se arrastre a Italia. Por esto mismo es que tampoco termina de comprenderse la actitud tan reacia del BCE de no intervenir nuevamente en el mercado secundario.
Con las medidas adoptadas hasta el momento, solo se logra perpetuar la recesión. Y como decíamos también en un post anterior, país que no crece no es solvente. El rescate no logró calmar a los mercados, tampoco lo hizo el ajuste récord de 65.000 millones de euros. Ahora, las novedades son el pedido de rescate de Valencia, al que se sumarían otras Comunidades Autónomas. De inmediato la bolsa reaccionó con una caída del 5,8%, una violencia no vista desde el 14 de mayo de 2010, justamente el día que Zapatero hizo el anuncio de su recorte más fuerte (¿casualidad?). La prima de riesgo subió hasta alcanzar los 610 puntos básicos, valor que de permanecer obligará a España a pedir el rescate completo. En ese caso, ya no habrá discusión: el rescate vendrá con exigencias macroeconómicas de más ajuste, lo que se traducirá en más recesión, más déficit y más ajuste. También en más desempleo, más descontento social, más manifestaciones, hasta que España ya no estará en jaque, sino en jaque mate.
En todo caso también me gustaría decir que la situación no es sencilla, si se rompe el bipartidismo y entran en escena los especuladores políticos es posible que la prima de riesgo suba aún mucho más y es probable que ni el rescate sea posible. Grecia es un buen ejemplo de lo que digo, en Septiembre vuelve el sainete y no creo que la cuerda se pueda seguir estirando.
Las apuestas han cambiado, ahora se trata de ver si Grecia se sale del euro o no y si España como dijimos más arriba, es “demasiado grande para caer” (la huida de depósitos no parece confirmar esta afirmación).
Para terminar me gustaría dar una opinión sobre el ajuste que está practicando el gobierno: reducir no es transformar y la economía española y mucho de lo que hay ella desde el carbón hasta los astilleros pasando por el parlamento y la administración pública necesita reformas y no reducciones…….