Impactante dato de empleo del cuarto trimestre de 2011

El último viernes de enero, el INE publicó los principales resultados de la EPA del cuarto trimestre de 2011. Se destaca la destrucción de casi 350 mil puestos de trabajo, lo que redundó en un incremento de los desempleados, hasta superar los 5,27 millones de personas. Esto representa una tasa de paro de 22,85%, cifra máxima desde el primer trimestre de 1995. Con las previsiones de crecimiento de los próximos dos años (ver post), lamentablemente veremos seguir subiendo la cantidad de parados.

Desde el estallido de la burbuja inmobiliaria, el mercado de trabajo de España se vio seriamente afectado, fundamentalmente por la destrucción de empleo en el sector construcción, que se veía parcialmente compensado por un leve crecimiento en los servicios. No obstante, el último dato muestra que este último sector también está destruyendo puestos de trabajo, ya que en último trimestre de 2011 empleó 200 mil personas menos que el año anterior. Así, la recesión se muestra generalizada a la totalidad de la economía y ya no se circunscribe a la construcción.

Por su parte, hay casi 1,6 millones de hogares con todos sus miembros en paro y por lo tanto solo perciben ayudas estatales. Pero ni siquiera todos los hogares cuentan con tal privilegio. En efecto, la tercera parte de los parados ya no tienen ningún tipo de protección, y de los que sí la tienen la tercera parte solo cobran los 400 euros de la no contributiva. Así, el mayor riesgo actual no es la insolvencia del Estado, sino la fractura social.

La estrategia seguida por el gobierno para enfrentar esta situación no parece la más adecuada. Los recortes del gasto público, que alcanzaron los 20 mil millones de euros en 2011 (2% del PIB), generan un efecto contractivo en la demanda y por lo tanto en el mercado de trabajo. Asimismo, para cumplir el objetivo de déficit del presente año, considerado como prioritario para el nuevo gobierno, se deben reducir 30 mil millones de euros adicionales de gasto en 2012. Así, se podrá asegurar el pago de la deuda, pero no uno de los principios rectores que recoge la Constitución: la promoción del pleno empleo.

En definitiva, España se encuentra en una situación crítica. Pero la recesión recién comienza, por lo que de continuar con la dirección de las políticas económicas actuales, no hay expectativas de mejoras, sino todo lo contrario.

 

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