Europe is no longer what it was…
The European Union in a full economic recession.
The latest growth figures confirmed that the recession in Europe not only affects the peripheral countries of the South, but also to large northern economies. Europe is another case of the long list of failed attempts to way out of a recession by adjustment policies.
La Unión Europea en plena recesión
Los últimos datos de crecimiento confirmaron que la recesión en Europa no solo afecta a los países periféricos del sur, sino también a las grandes economías del norte. Este comportamiento no es una sorpresa, sino lo esperable a la luz de las políticas contractivas y a los estrechos lazos comerciales entre los países de la Unión Europea. La historia ya nos mostraba que el momento adecuado para la austeridad es el auge, no la recesión. Europa, hoy, no es la excepción, sino un caso más a la larga lista de intentos fallidos de salir de una recesión por la vía del ajuste.
La semana pasada se conocieron los datos de variación del PIB del cuarto trimestre de 2012 de varios países y de la Euro Zona. Se destaca la caída en el nivel de actividad de las cuatro economías más grandes de la Europa: Alemania (-0,6% en relación al trimestre anterior), Francia (-0,3%), Italia (-0,9%) y España (-0,7%). Asimismo, Portugal sigue mostrando una recesión espeluznante (-1,8%). Estas cifras son peores que todas las previsiones hechas tanto por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo, el FMI y la mayor parte de analistas privados.
Crecimiento de la Zona Euro y países seleccionados
Variación trimestral, datos desestacionalizados
Fuente: elaboración propia sobre la base de Eurostat
Dados estos resultados, la Zona Euro presentó una contracción de 0,6%, la mayor caída desde 2009 y el quinto trimestre consecutivo de variación negativa. Incluso, si ampliamos el tamaño de la región, tampoco se logran mejores resultados, ya que la Unión Europea (27 países) muestra una reducción del nivel de actividad de 0,5%. Es evidente que, a pesar del crecimiento de los países del este, su tamaño no logra compensar la caída en las economías principales. A partir de estos resultados, es evidente que 2013 va a ser un año muy difícil para la UE.
El caso alemán es particularmente ilustrativo, ya que era el único de los países grandes de Europa que aún no mostraba signos de recesión. Esperemos que ante este escenario, y siendo un año electoral, Merkel se decida finalmente por hacer algún tipo de política de estímulo. Por su parte, Francia ya anunció que no será capaz de cumplir con el objetivo de déficit de 3% del PIB para 2013, pero eso no significa que hayan modificado su postura en relación al tema. Por el contrario, afirmaron que el objetivo de déficit cero para 2017 va a ser cumplido. En relación a Italia y España ya no queda mucho que decir: con sus políticas fiscales contractivas hacen todo lo posible por no salir de la recesión, a la vez que no logran la consolidación fiscal.
En otras regiones, Estados Unidos continúa sin retirar los estímulos fiscales, mientras que Japón anunció una política fiscal de estímulo cercana a los 87.000 millones de euros para revertir la situación. Claro que ambos países cuentan con un Banco Central dispuesto a financiar al sector público en estos casos excepcionales. ¿Y el fantasma de la inflación? En Estados Unidos controlada, en Japón sin lograr incrementarla hace décadas. Ya quisieran ellos unos puntos más de inflación para reducir sus deudas.
En Europa también se cuenta con la posibilidad de que el Banco Central financie ciertos países que lo necesiten temporalmente. Una forma es a través de la compra directa de deuda. Pero solo existe esa posibilidad si se pide el rescate, el cual viene con un paquete de ajusta fiscal extremo, por lo que sería contraproducente.
En definitiva, Europa sigue en recesión, y la amplía hacia países que hasta ahora aguantaban. Así, no solo se genera desempleo, sino que tampoco se avanza hacia la sostenibilidad fiscal. Otros países del mundo desarrollado no están mucho mejor, pero al menos parecen intentar algo diferente a seguir ajustando. La esperanza que nos queda es que Alemania, ante su contracción y las elecciones próximas, se anime finalmente a estimular la economía, y una vez pasadas las elecciones permita atrasar los recortes de países con mayores problemas. Esperemos que hasta entonces, ya no sea demasiado tarde.
El problema de fondo es que Europa pierde peso y competitividad y aquél “spirits animal” que nos hacía ser desarrollados comienza a desaparecer. Creo que ya es hora de pensar que el mundo de nuestros hijos ya no será el de una Europa con liderazgo e innovación. Mucho me temo que esos espacios están reservado para otras zonas del planeta.