La deuda española no para de subir…..

The Spanish debt  going up …..

The veracity of the Spanish tax accounts

A few weeks ago, the President of Spain, Mariano Rajoy, announced that the consolidated state budget deficit reached 6.7% of GDP in 2012. This figure, was presented as “good news”, because it is a value lower than expected, which represent a significant consolidation over the 2011 deficit . But the truth is that: The reduction of public spending in a recession does not necessarily generate improved solvency.

Lies have short legs….., if you want to know more about this, read following post.

La veracidad de las cuentas fiscales españolas

Hace unas semanas, el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, anunció que el déficit público del Estado consolidado alcanzó el 6,7% del PIB en 2012. Esta cifra, si bien elevada y superior al límite establecido por Bruselas situado en 6,3%, se presentaba como una buena noticia, debido a que es un valor menor al esperado, a la vez que representa una importante consolidación respecto al déficit de 2011. Este resultado fiscal se alcanza debido a un déficit del orden del 3,8% del Gobierno Nacional, 1% de la seguridad social y el resto de los gobiernos sub-nacionales (del cual la gran mayoría corresponde a las Comunidades Autónomas). Asimismo, cabe destacar que este valor se obtiene gracias excluir de las partidas de gasto a las ayudas de las entidades financieras, que se ubicaron en torno al 3% del PIB.

En relación al déficit de la seguridad social, cabe hacer una mención especial, ya que en 2012 registró el mayor déficit en su historia. Asimismo, representa un fuerte deterioro respecto al año anterior, cuando exhibió valores también negativos pero de solo 0,1% del PIB, a la vez que evidencia un muy significativo error de predicción, ya que el presupuesto esperaba que terminara el año en equilibrio. El sistema de seguridad social está compuesto por el sistema de pensiones, el seguro de desempleo y el Fondo de Garantía Salarial. Los tres cerraron al año con más gastos que ingresos, pero casi el 90% del déficit está explicado por el primero.

En lo que respecta al control directo del Estado Nacional, el gobierno se jacta de haber logrado disminuir significativamente el déficit, ya que en el anterior año, cuando aún el PSOE mandaba en Moncloa, el desequilibrio conjunto entre gobierno y seguridad social alcanzó el 5,2% del PIB.

Pero para sorpresa de muchos, cuando Hacienda publicó los datos de devoluciones impositivas del mes de enero, éstas venían con fuertísimos incrementos. En efecto, los pagos a contribuyentes crecieron un 176% por IRPF, 111% por sociedades y 56% por IVA. La versión oficial de esta particular evolución es que se debe a un mayor control tributario, reflejado en una estricta revisión de las solicitudes de devolución, para lo que se está aprovechando al máximo el plazo legal de 6 meses para analizar las reclamaciones, cuyo volumen está afectado por los importantes cambios normativos sobre los impuestos del año pasado. La versión más plausible es que el retraso de las devoluciones a enero se haya realizado para mostrar un déficit menor en 2012.

Las devoluciones extraordinarias de enero alcanzan los 40.000 millones de euros, es decir casi 0,5% del PIB. Así, de haberse computado estas devoluciones al año pasado, el déficit total se habría incrementado hasta 7,2% del PIB. Pero más relevante aún es que el déficit del gobierno nacional más seguridad social se hubiera situado en 5,3% del PIB, es decir 0,1 punto porcentual por encima de 2011. Según estos datos, no habría habido ajuste de la administración de Rajoy en comparación al último año de Zapatero. En efecto, del menor déficit registrado en 2012, la mayor parte lo lograron las Comunidades Autónomas, que se consolidaron en casi 1,6 puntos del PIB (pasaron de un déficit del 3,3% al 1,7%).

Hollande i merkel

A partir de los datos anteriores, se pueden extraer varias conclusiones. En primer lugar, algo que venimos repitiendo seguidamente en este blog: la reducción del gasto público en recesión no necesariamente genera una mejora de la solvencia, ya que puede provocar un efecto contractivo sobre los ingresos que más que compensen las menores erogaciones. Segundo y principal, el Gobierno está jugando con un arma de doble filo. Subestimar con “contabilidad creativa” el déficit alcanzado puede generar un efecto de confianza por el menor desequilibrio publicado. Sin embargo, también puede emitir una señal de desconfianza en las cuentas públicas, aumentando la desconfianza en el país. De cualquier manera, este tipo de comportamiento, como toda mentira, tiene las patas cortas. Este año ya se comenzó con un primer mes en el que el déficit superó el registrado en el mismo período del año anterior. Por lo tanto, para volver a mostrar una consolidación fiscal, se requerirá de mayores esfuerzos y ajustes, lo que redundará nuevamente en menor nivel de actividad y empleo. ¿O acaso hay otras partidas de este año para postergar al siguiente y maquillar un poco el resultado?.

En este sentido es necesario, de una vez por todas, admitir que los recortes y la recesión no nos llevan a ninguna parte. Cuidar el gasto, cambiar su dinámica, hacerlo mas productivo no implica reducir el gasto sino ponerse a trabajar en un plan de crecimiento en serio pero sobre todo, buscar una salida a la deuda que a estas alturas y con la cifra de déficit actual casi todos entendemos que es difícil  de pagar.