¿Reforma impositiva o patada hacia delante?

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¿Reforma impositiva o patada hacia delante?

This past friday among so many news and political changes, the Prime Minister´s cabinet has disclosed the so called “tax reform” (truthfully the economic crisis has brought thousands of problems but one of them is that the goverment refers to any change as a “reform”) that in my opinon is not more than a slight “ricardian equivalence” adjustment wich does not affect the core taxation of our country.

The tax reform has consisted on reducing personal income taxes (which was increased), lowering corporation taxes (also increased in the previous reform), mantaining the indirect taxes and VAT.

Esta semana ha sido algo movidita, lo primero nuestra selección de fútbol no ha tenido la fortuna necesaria para pasar la primera ronda del mundial y como siempre pasa: “todo tiempo pasado fue mejor” aunque en este caso, si de agradecimientos por los servicios prestados se trata; a la “Roja” le debemos haber elevado nuestro estandarte a lo más alto y por más tiempo que ninguna otra selección. Lo segundo tiene que ver con el cambio de nuestro Jefe de Estado, la abdicación de un rey y la proclamación de otro, en medio de una tranquilidad institucional y un “cierto” fervor popular que  veremos si mejora con el tiempo. En este caso, desear suerte a nuestra ” monarquía parlamentaria” para que consolide un país en libertad y prosperidad para todos los españoles y de ser posible llevar el estandarte a lo más alto.

Por último, este viernes y casi pasando desapercibido en medio de tantas noticias y cambios, el Consejo de Ministros pone en marcha la “denominada reforma fiscal” ( la verdad es que la crisis trae muchos problemas pero uno de ellos es que se llama reforma casi a cualquier cosa) que a mi entender no es más que un pequeño ajuste de“equivalencia ricardiana”  que no afecta  el núcleo impositivo de la nación y en todo caso se queda en lo de siempre: reajustes poco profundos

La reforma ha consistido básicamente en bajar el IRPF (que había subido), en bajar los impuestos a sociedades (que había subido) , no tocar lo impuestos indirectos, ni hablar del IVA, algunos retoques menores y algo que no se ha dicho mucho que es  comenzar una campaña de publicidad para reducir los niveles de fraude fiscal (que no creo tenga mayor efecto que el de generar negocio de publicidad del Estado como anunciante en los medios de comunicación).

Sin entrar a valorar los cambios y las medidas específicas que se explican con detalle en muchos sitios en la Red,  me interesa hacer una reflexión sobre lo que veo, leo y escucho respecto a si esta reforma debería hacerse de esta u otra manera, si hay que cambiar la base tributaria, si……… En fin, algo parecido a la discusión que tuvimos con la “Roja” y con la “monarquía parlamentaria”.

Y esas valoraciones sobre nuestros sistema de impuestos  casi siempre consideran tres objetivos muy diversos: a) político (consiste en obtener la mayor rentabilidad en términos de votos), b) equidad (significa mejorar a través de los impuestos los niveles de desigualdad que tenemos y que, por cierto, va en aumento en los últimos cinco años), c) eficiencia u objetivo económico-financiero (consiste en obtener la máxima recaudación de ingresos, mejorar las cuentas públicas, financiar el gasto etc… sin menoscabar los cimientos de los fundamentos económicos). Y dicho así,  cada uno critica las reformas impositivas según estos tres elementos.

Lo  que sucede y  deberíamos aclararnos todos (incluido el Gobierno) es que en política económica no siempre se pueden cumplir todos los objetivos y que muchas veces toca renunciar a uno de ellos: el mejor ejemplo que los economistas y los políticos entienden rápidamente tienen que ver con el “trilema” del tipo de cambio: uno puede querer que el tipo de cambio sea flexible, querer controlar el tipo de interés y querer que exista libre movilidad de capitales pero todos sabemos que sólo es posible cumplir con dos de esos objetivos a la vez y, que siempre debemos renunciar al menos a uno de ellos.

En las cuestiones impositivas pasa algo similar, el trilema que se plantea es que no se puede hacer una reforma que coseche votos especialmente de las clases medias (la más numerosa), que disminuya la desigualdad social y, que se resuelva el problema de la financiación pública: si uno relaja y disminuye el impuesto de la renta es posible que coseche votos, pues es un factor que afecta, según el nivel de ingresos, casi a todos los ciudadanos; es posible que la bajada no incremente la desigualdad, pero dudo mucho que mejore la financiación del Estado (aún en los términos de las propuestas liberales relacionadas con la idea de la curva de Laffer).

En cambio cuando se habla del IVA la situación es distinta, al ser un impuesto que no se paga en función de la renta sus objetivos son claros: mejora la recaudación y, en su caso, puede ayudar a disminuir la desigualdad si se aplica a generar bienes públicos que se demandan por las personas de menos rentas; pero, sin duda lo que es claro es que no cosecha votos. Ahora imaginemos una situación donde el IVA de productos de lujo pasara al 28%. ¿Seguiríamos pensando que esto no cosecha votos?, ¿No sería algo que mejora la igualdad?. Pero, sin duda, también sabemos que esto no mejora la situación del déficit dado el volumen real de ingresos.

Cuando uno analiza lo que pasa en España está claro que hasta ahora el objetivo no ha sido otro que recaudar y no perder votos; por ello la igualdad ha sido la perjudicada y, ahora que estamos saliendo (por decir algo ya que  el 100% de deuda, el 7% de déficit y el 26% de paro no dan para mucho) parece que el Gobierno ha decidió utilizar los impuestos para cosechar votos y, creo que para mejorar en algo la igualdad; pero la recaudación no va a mejorar. Si el Gobierno yerra en sus previsiones, en muy poco tiempo veremos recortes por el lado del gasto (mejorar los ingresos a costa de mayor desigualdad) o, como yo estimo, veremos una subida del IVA o de otros impuestos indirectos que nos dejaran como antes. Eso sí, es posible que ya hayan pasado las elecciones municipales.

En todo caso, pensar que el trilema impositivo es de fácil solución es muy ingenuo. Al final las cifras de votos, los índices de desigualdad y las tasas de déficit son las que son. Por ello, es hora de quitar ciertos tabúes respecto a los impuestos directos o indirectos como síntomas de mayor o menor desigualdad. Una discriminación del IVA por productos según la franja de consumidores que lo consumen puede ser mucho mas justo desde el punto de vista de la desigualdad que cambiar el IRPF en una misma proporción a todos los tramos. Y, así ejemplos como este nos sobran pues de lo que se trata es de elegir ALGUNO/S DE LOS OBJETIVOS A LA HORA DE MODIFICAR LOS IMPUESTOS Y TENER LA PLENA SEGURIDAD QUE NINGÚN CAMBIO O REFORMA PUEDE CUBRIR TODOS LOS OBJETIVOS A LA VEZ.

Daniel Sotelsek

El “Efecto Draghi”

El efecto “Draghi”

This week has reached a crucial point.  As usual the ECB has given us “good news”: the possibility to generate liquidity mechanisms and measures which aim to improve the economy through credit facilities. 

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Ésta semana se ha llegado a un punto de inflexión y como de costumbre el BCE que nos tiene acostumbrados a sorpresas nos ha dado una buena nueva: la posibilidad de generar mecanismos de liquidez y medidas que apuntan a reactivar la economía vía el crédito.

No voy a entrar en los detalles pues están muy bien explicados en muchos artículos de opinión (yo recomiendo el de Martin Wolf, este domingo 8 de junio). Cuando el mercado se adelanta tanto a los acontecimientos las expectativas pierden su magia.

Pero vamos por parte: la primera es que unos de los objetivos del BCE es mantener la inflación en el 2% y eso por ahora lo está haciendo mal, nos guste o no el problema de Europa y, en el caso de España mucho más, es la deflación. Señor Draghi, el BCE no está cumpliendo uno de sus objetivos fundamentales y además tenga en cuenta que fomentar inflación no es lo mismo que reducir inflación, en el primer caso los retardos son de casi un año desde que se toman las medidas y, cuando uno tiene un enfermo en terapia, un año es demasiado. La mejor muestra de que esto es así la encontramos en la actitud de Alemania que esta vez si ha votado a favor de las medidas (como dicen los expertos en estos temas “por algo será”.)

La segunda cuestión tiene que ver con el reconocimiento de que el BCE está actuando justo en sentido contrario a lo que están haciendo o pensando los otros grandes Bancos Centrales. Me refiero que en el otro lado están pensando como retirar los estímulos y eso nos pone en una situación favorable siempre y cuando en lugar de promesas y expectativas, el BCE cumpla lo que anuncia en términos de efectividad: digo favorable porque es una buena  oportunidad para depreciar el EURO, cosa que los mercados no han reaccionado aún. Este tema es la clave para mejorar la competitividad y la posibilidad de recuperación y crecimiento vía el sector exterior. Con deflación en todos los países de la zona EURO las posibilidades de recuperación vía el sector exterior han ido desapareciendo.

Una tercera cuestión es la falta de trasparencia en cuanto a lo que se ha hecho hasta ahora. Al utilizar la represión financiera nos damos cuenta que durante dos años, si digo bien dos años, se ha estado generando liquidez en el sistema financiero pero solo para que los banqueros duerman tranquilos sabiendo que tenían depósitos a buen recaudo en el BCE sin perder dinero y para, en su caso, comprar deuda pública, que relaje la prima de riesgo en el sur de Europa. Las expectativas tienen un límite y ese se encuentra cuando uno también incorpora la historia para evaluar el futuro. En 6 años de crisis hemos dicho dos veces “que viene el lobo”: el tiempo lo dirá pero por ahora los mercado no han reaccionado, la moneda única está en los mismos niveles de tipo de cambio, la bolsa ha reaccionado bien pero cuando vengan las correcciones la situación será la misma.

Es necesario decir alto y fuerte que el EURO será una moneda única cuando se consolide la Unión Bancaria y la Unión Fiscal mientras tanto la situación es inestable.

Una cuarta cuestión es la deuda pública de los países de la zona Euro que no solo se incrementa por el flujo de los déficit sino también por la amenaza de una deflación a la japonesa. ¿Qué propone el BCE al respecto? no sabe no contesta…La otra alternativa es solucionar la deuda con crecimiento y eso a la vista está que no sucederá. Con niveles de inflación como los que prevé la institución es difícil que la economía se anime. Cuando se piensa que los precios no cambiarán en el futuro, las decisiones de consumo y de inversión se postergan y el empleo no se recupera.

La quinta y última cuestión que me parece importante poner sobre la mesa es la reactivación del crédito que se reclama desde todos los ámbitos. Todos sabemos que los bancos no harán fluir el crédito por dos razones principales: uno porque cada vez que tienen oportunidad refuerzan su capital pero no para prestar sino simplemente para no quebrar y la segunda es que los riesgos asociados a prestar son muy elevados en una situación de incertidumbre como la actual.

Con estos comentarios (reflexiones en voz alta) me parece que la conclusión es obvia, no se puede esperar un año para confirmar “que el lobo viene y esta vez si está merodeando”, es necesario un QE donde el BCE asuma los riesgos de compra de activos directamente a las empresas y la economía comience a mejorar. No hay alternativas por el lado de la política monetaria tradicional y en ese sentido las políticas heterodoxas (si bien es un riesgo porque no sabemos como van a terminar desde el punto de vista de recaídas y de inflación) se antojan como única solución.

Bajar el tipo de interés no afectará el consumo, aumentar la liquidez a los banco no parece aumentará el crédito. Por ello actuar sobra el lado real puede ser una alternativa para que tanto el consumo, la inversión y el sector exterior tiren de la recuperación.

Mi sensación es que al final estamos haciendo lo que se dice que hay que hacer pero con retrasos tan significativos que el “lobo nos puede comer”.

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 Daniel Sotelsek