El futuro del negocio bancario en entredicho

The future of banking: ⇓⇓⇓⇓

“Big bank have changed a lot, but not sufficient , since the crisis (2008-2009) it has become commonplace to argue that bank should be run as utilities, not casinos”. What happens to the profits?.

El futuro del negocio bancario: “un mal presagio”

Las próximas horas conoceremos los resultados de los test del Banco Central Europeo sobre la banca, lo que ha despertado las alarmas en la prensa económica. Por supuesto tendremos análisis para todos los gustos. Ya ha empezado The Economist (25/10/14) calentando motores con un artículo sobre la deuda de los países en el que viene a decir, mas o menos, que la deuda es impagable; y, más si se suma que a la recesión, lo siguiente es la deflación.


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También se han adelantado, al coro que vendrá, voces nacionales que alertan de la recesión europea, que de darse, también será española. Santiago Carbó escribe en El País (21/10/14) un artículo muy interesante sobre la foto de lo que sería el purgatorio (7 años) de la banca europea. Lo que no sabemos es cuántos van al infierno y cuántos van el cielo. En todo caso, lo que si parece un hecho es que Europa en conjunto, y España en particular, no despega a pesar del activismo de Draghi y de la buenas palabras del ministro Montoro. Europa está en recesión y deflación, y España tiene 5,4 millones de parados, 6% de déficit, 300% del PIB de deuda pública y privada…

Pero de lo que quería hablar es de un tema algo mas de fondo que de coyuntura, aunque sin duda no es fácil desvincularlos. Me refiero a que, poco a poco, se va descubriendo que el negocio bancario está en declive y que sus causas se han agravado con la crisis. La tendencia venía de antes y, por lo tanto, la industria de la banca (especialmente, la comercial) ya no será la misma en el mediano plazo. Algunos se atreven a decir que “ya no será” en el largo plazo. Frases como “Too big to fail” seguidas de “Too big to bail out”, “leverage”, “bail out”, “bail in”, “Basilea”, “Tobin Tax”, “big data”, “Euribor flat” deberían habernos dado una pista de que las cosas no iban bien.

Hasta 2007, según Oliver Wyman (la consultora bancaria por antonomasia) la banca americana tenía retornos del 30% (acciones). En la actualidad, una vez ajustado el sector, la rentabilidad no llegaría al 8%, rentabilidad mas parecida a las compañías de servicios públicos. Incluso en 2013, el promedio para los grandes bancos no ha superado el 5%.

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Lo que está pasando es que los tres pilares sobre los que se sustenta la rentabilidad bancaria comercial (al menos en el mundo desarrollado) se están quebrando y el camino no parece tener un retorno fácil.

1. Los bancos necesitan de un ambiente donde la intermediación entre el ahorro y la inversión sea necesaria. Antes los bancos ayudaban a reducir los así llamados costes de transacción y las asimetrías de información. En otras palabras, alguien (los bancos) estaban en el medio para evitar costes y riesgos no deseados. La crisis ha demostrado que esto ya no es así. Al contrario, cuando los riesgos llamados sistémicos aparecieron, la justificación de la intermediación y la confianza sobre la industria cayó en picado.

2. Los bancos necesitan una ecuación de rentabilidad-riesgo que les permita obtener ingresos suficientes para mantenerse en pie, que están disminuyendo inexorablemente. Algunas variables coyunturales como los bajos tipos de interés pueden cambiar la tendencia en el mediano plazo (aunque la sangría de estos años puede dejar huella para aquellas instituciones que no han realizado una adecuada reestructuración). El resto de ingresos como las comisiones por servicios y los préstamos en condiciones ventajosas del BCE tampoco parecen ser el camino. (por cierto, es un tema que atañe a la política de ayudas y subsidios, de la que curiosamente nadie en la UE quiere hablar demasiado).

Pero el tiro de gracia a esta, antaño virtuosa, ecuación rentabilidad-riesgo viene del lado de las regulaciones que en pocos meses más se empezarán a imponer. Las normas de Basilea III (además de ser muy complejas en su cálculo –casi 5.000 variables) apuntan básicamente a tres cuestiones relevantes: la primera es el aumento del capital exigible, tanto en calidad como en cantidad (mayor seguridad pero menos rentabilidad). Y, esto especialmente aplicable para los bancos “too big to fail” llegando incluso a niveles que duplican los ratio anteriores a la Crisis (del 8% al 15%.) La segunda tiene que ver con el ratio de liquidez que ajustan el balance para evitar en lo posible crisis de liquidez (pues el riesgo sistémico hace que la frontera entre liquidez y solvencia sea cada vez mas fino y evita las ganancias vía desfase temporal). Esto implica un sistema mas desapalancado (leverage) o, lo que es igual con menos activos. Lo que supone, voilà, un sistema con menos crédito. La tercera vía apunta a cómo se comportarán en la gestión y la transparencia los bancos, ya que se reducen los incentivos para generar productos financieros de alto riesgo, y, al tiempo, aparece una reglamentación del supervisor orientada a que los problemas no los paguen los contribuyentes (bail out) sino los accionistas (bail in).

Todo esto tiene un claro componente restrictivo desde el punto de vista del negocio y, por tanto, de la rentabilidad. En este contexto, la pregunta obvia es: ¿Quién pone capital en una actividad poco rentable? Si, como parece obvio la respuesta es negativa -a no ser que se asuman mas riesgos- los bancos tendrán problemas para mejorar su capital y, en consecuencia, en un entorno donde la situación de la economía no es favorable, la falta de eficiencia del sistema es elevada, los préstamos disminuyen, las ayudas públicas (rescates) solo existen luego de la perdida del capital, etc. etc. Se genera un circulo vicioso donde el resultado es una caída en la rentabilidad desconocida hasta ahora.

3. En tercer lugar, los bancos, como industria, necesitan de un ambiente donde los costes de entrada sigan siendo importantes. O, lo que es igual, en un negocio donde los competidores se mueven en un mercado imperfecto, lleva naturalmente a la formación de bancos mas grandes. Inevitablemente, la hegemonía de estos bancos “demasiado grandes para caer” conlleva dejar un poco de lado la presión regulatoria y supervisora. Pero es evidente que la globalización tiene un apellido llamado “innovación tecnológica” que favorece que los competidores en esta industria aumenten y aparezcan nuevos jugadores, que conocen mejor el juego de las nuevas tecnologías. Es posible que veamos novedosas fórmulas y transacciones financieras que lleven, en algunos casos, a un perfecta desintermediación…

Dicho esto, son muchos los elementos que estamos dejando de lado, entre los cuales vale la pena destacar la propuesta de Piketty ahora y de muchos otros antes sobre el “Tobin Tax” (impuesto a las transacciones bancarias). Hay mucha literatura al respecto que se puede consultar, solo quería incidir en que el cóctel del negocio bancario parece tener una difícil solución. Seguramente nos llevará a cuestionar el funcionamiento de muchas entidades cuya ecuación rentabilidad-riesgo no dará respiro a la salida de capitales de la industria en busca de otros derroteros, algunos de los cuales tomarán el relevo de la tradicional banca comercial.

Mientras tanto, en Europa seguimos deshojando la margarita sobre la famosa intervención del BCE que nunca llega. En este sentido, los resultados  sobre el sistema europeo de bancos pueden dar un primera pista, pero creo que las ramas del árbol nos siguen tapando el bosque.

Por último, creo importante diferenciar este análisis de países mas o menos desarrollados. A estos últimos, es posible que el tirón del negocio bancario les sea mas duradero. Todo dependerá de la capacidad de adaptación que a estas alturas se nos antoja muy difícil de predecir.

Daniel Sotelsek

Bruselas flexibiliza los ajustes fiscales

Brussels flexibilizes fiscal adjustments

In an unexpected twist, this Monday the president of European Commission, José Manuel Barroso, announced that austerity exceeded recommended limits, and that this result is no longer because of the crisis (I wonder if it ever was?).

Marcha y contramarcha de la UE…

En un giro impensado hasta hace poco tiempo, el lunes de esta semana el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, anunció que la austeridad superó los límites recomendados y que ya no es respuesta a la crisis (¿acaso alguna vez lo fue?). De esta forma, se espera que en los próximos días se anuncien oficialmente los nuevos plazos para que los países de la Zona Euro cumplan con el límite del 3% del PIB del déficit fiscal. Este giro en las opiniones se da debido al retorno de la recesión en la región, las presiones del FMI por reducir las políticas de consolidación fiscal, la sensación de que el BCE no va a hacer mucho más de lo ya anunciado, e incluso por un informe (comentado en este blog) acerca del error cometido en las estimaciones de los multiplicadores fiscales y por tanto el costo de los recortes en términos del PIB. En definitiva, al parecer Francia y Portugal contarán con un año más para cumplir con el límite de déficit, mientras que España podrá disponer de dos más.

Asimismo, junto con el mayor plazo, se dará un mayor margen para los próximos años. En 2013, según el plan presentado a la Comisión Europea, España tenía que situar su déficit en 4,5% del PIB. Era evidente que esto no iba a poder cumplirse, luego de haber terminado 2012 con un rojo de 10,6%, el máximo de los 27 países miembros, aunque  sin contar el dinero utilizado para el rescate a la banca el saldo negativo se reducía hasta 7%. Entonces, al parecer, el nuevo objetivo para este año será de 6,5%, por encima del 6% que el mismo Gobierno había ido a negociar. Por su parte, considerando que el déficit relacionado con los rescates no debería volver a repetirse este año, el ajuste queda solo en  0,5% del PIB, mucho menor que los 2,5% pensado originalmente.

Estos anuncios dan algo de oxígeno al Gobierno de Rajoy, ya que a pesar de todo el esfuerzo realizado, la recesión producto de los recortes anuló toda mejora al resultado fiscal. En efecto, de los dos niveles administrativos que controla el Ejecutivo (Administración central y Seguridad Social), el recorte respecto al Gobierno de Zapatero es insignificante: del 5,2% en 2011 al 5,1% en 2012. En línea con estos datos, la deuda pública española no para de crecer. Ya se ubica casi en el 85% del PIB, que si bien hay muchos países de la Unión más endeudados, en ningún caso el crecimiento es tan acelerado.

La incógnita que persiste es si los gobiernos de Europa aprovecharán estos nuevos plazos para realizar alguna política fiscal de estímulo, o al menos para intentar salir de la lógica de ajustes, recesión, menor recaudación, necesidad de más ajustes. Como venimos afirmando desde este blog, los países más indicados para ello son los que presentan posiciones fiscales más solventes. El caso más evidente es Alemania, quien a pesar de estar muy próxima a volver a entrar en recesión, logró en un 2012 superávit fiscal de 0,2% del PIB. Pero ya perdimos las esperanzas de que el país germano apoye a la Eurozona a través de su déficit. Al menos estas medidas serán útiles para aliviar la situación de los países, como España, con una necesidad permanente de acudir a los mercados financieros. La holgura en los plazos deja a estas economías menos expuestas y con un mayor margen de maniobra. Otro tema es si este margen es bien utilizado. Eso se verá con el transcurrir del tiempo.

Y con esto me gustaría introducir una nueva hipótesis respecto a la deuda española y quizás la propia deuda de los países de Europa: “es posible que no se pueda pagar la deuda” o dicho en otros términos si no hay crecimiento en el 2014, Europa deberá reestructurar su deuda o pagar con inflación. Japón lo tiene claro y así casi todos los países menos la UE de Merkel y Draghi.

Carpe Diem

El Oráculo de DELFOS y el BCE…..

En nuestro post sobre el BCE se ha comentado de forma casi objetiva lo que está sucediendo, ahora en este post la idea es avanzar en el análisi de la actuación del BCE de forma crítica.

El Banco Central Europeo habla.   

Como en otros tiempos el oráculo de Delfos, el BCE hace lo propio en boca del presidente Draghi.

¿Cuál ha sido su anuncio?: pues la verdad es que escuchando a Draghi y leyendo la resolución de la semana pasada es muy difícil dar una opinión mas o menos definitiva

Como no puede ser menos, la cantidad de opiniones de economistas, expertos, empresarios y periodistas ha sido muy profusa (como me decía un amigo: en España se ha pinchado la burbuja inmobiliaria pero ahora debemos enfrentarnos a otras dos: las de las plataformas que reclaman y la de las personas que opinan).

El BCE ha vuelto a decir que defenderá el EURO y que prestará el dinero a quien sea necesario siempre y cuando tenga la garantía de que va a cobrar: Para ello pedirá mas ajustes a los países que no lo están haciendo y en segundo lugar comprará a corto plazo.

Si nos fijamos un poco más en detalle es casi lo mismo que hacen los mercados sólo que al ser el BCE no especula de la misma manera.

Pero no habrá barra libre como al otro lado del Atlántico, ni habrá expansión monetaria solo anuncios que en el mejor de los casos pueden demorar 30, 60 o 90 días (o sea una eternidad) pero sin duda, el efecto puede ser bueno: calmar a los mercados por un tiempo. En boca de Draghi y con la oposición alemana nadie se puede creer que las compras sean ilimitadas  y por lo tanto se puede interpretar como un señuelo. Cuidado los mercados saben de expectativas y este juego puede ser peligroso sino sale bien.

Imagínense que el BCE compra mucha deuda y que luego sube la prima por factores exógenos quién asumirá las pérdidas: una cosa es la reestructuración de los bonos griegos y otra es España e Italia. Lo segundo que no es fácil de imaginar es la forma de esterilizar la expansión monetaria a no ser beneficiando a los bancos.

En definitiva ahora tenemos al BCE en el juego y como un jugador más pero lo mas probable es que cuando comience el baile se retire ya que la capacidad de movimiento y de hacer declaraciones (día si día no) no tienen nada que ver con la política y los políticos europeos.

Creo por tanto que la actuación del BCE no ha sido equivocada pero si un señuelo para que los países como España pidan un rescate total, realicen un ajuste y a cambio tendrán el apoyo ante el ataque de los mercados. Sin embargo, lo que intento decir es que el BCE es parte de la solución de la deuda soberana, pero ni mucho menos “la solución”. Esto lo señalan algunos pocos expertos en crisis: la supervivencia del EURO o de cualquier moneda no depende exclusivamente de su valor sino también de la capacidad de tomar decisiones como emisor y en eso Europa tiene un problema importante.

Me gustaría seguir una línea más ortodoxa y sumarme a la opinión generalizada que el BCE está actuando bien y por fin apoya el EURO como un proyecto irreversible y de manera incondicional pero creo que la situación del EURO es mucho mas compleja y que es probable que el BCE no pueda hacer demasiado por la deuda soberana en estas condiciones. Puede, en efecto, aliviar el dolor de los intereses, incluso puede que el crédito vuelva al mercado pero la incertidumbre de movernos en el corto plazo con una recesión en marcha pasará factura cuando en 2 o 3 años no haya capacidad de pago.

Cuando han sucedido cosas parecidas (que la deuda no se puede pagar en la moneda que está emitida) casi siempre se han resuelto con reestructuración o con inflación y no veo a Draghi aceptando esas soluciones. En todo caso, siempre nos quedará el crecimiento (largo plazo) como una tercera alternativa a la cual nos apuntamos todos pero en realidad nadie ha hecho mucho en 4 años de crisis ni siquiera el  propio BCE.